viernes, 15 de marzo de 2024

Última llamada

Sentada en el rincón de la cafetería que siempre frecuenta, frente a una taza de café, aquella pálida mujer mira a la calle a través del enorme ventanal. El ajetreo de los viandantes en aquella amplia avenida, no enturbia su perdida mirada.

El cielo presenta un gris amargo y el viento acaricia tibiamente los árboles, que se han quedado desnudos por el influjo del otoño inmediato. Los rayos que el sol proyecta en sus pocas oportunidades, aunque tímidos, hacen brillar las hojas color ocre asidas de las ramas. 

Pero la joven no consigue ver el regalo que en horas tempranas le ofrece la naturaleza, aún en aquella pálida mañana; sus ojos color miel están empapados en lágrimas.

En el mismo asiento de todas las mañanas, y con mano temblorosa acaricia la taza de café, sin darse cuenta de que el aromático líquido se ha ido enfriando lentamente. Sobre la mesa, el periódico del día, abierto por la página de sucesos y obituario.


Marbella, 15 de marzo de 2024. Imagen libre en la red.


 


viernes, 8 de marzo de 2024

Las Mujeres con alas

Debo destacar que me siento afortunado con las maravillosas mujeres que forman parte de mi vida. Siempre han tenido un papel clave en mi existencia, y a buen seguro, seguiré admirándolas y respetándolas aún más si cabe y con el paso de los años. Y soy muy agraciado porque cuento con mujeres que tienen en mi vida "el papel" de madre, esposa, hermana, amigas, incluso ahora, con una futura mujer, que es mi hija. ¡No se puede pedir más.!

Hace unos meses, previo al nacimiento de Catarina, en casa habíamos acordado que, por nuestras circunstancias laborales, necesitaríamos ayuda. Una "mano" conocida, que fuera de la mayor confianza posible y pudiera hacerse cargo de cualquier situación con nuestra hija. Y desde un primer momento, mi esposa pensó en la persona que en su niñez cuidó de ella. Pero traer a una persona de Brasil, con toda su vida ya hecha, no iba a ser del todo fácil. Aún así, le hicimos la propuesta a Analia de venir a España y ocupar el papel que, casi cuarenta años atrás, ya le tocó hacerse cargo, pero ahora, con una generación más.

Hace unos meses, previo a la Navidad, hicimos una interesante visita guiada en la parroquia de mi pueblo. Y he de decir que, aunque esa iglesia la conozco como la palma de mi mano, siempre en una nueva visita hay historias desconocidas o que, simplemente antes, le había mostrado menos interés. Basta que tus sentimientos cambien hacia algo, para que tu atención se desvié a temas que ahora consideras mucho más importantes en tu vida.

Carlos, el guía, comenzó su explicación tal que así;

"Tiene nuestra iglesia parroquial tres grandes puertas que la comunican con el exterior: una mira al norte, otra al sur y la tercera, al oeste. Esta última, llamada Puerta del Perdón, hasta la fecha reciente, solo se abría en contadas ocasiones, por ejemplo, para que entrara en el templo la procesión de las palmas del Domingo de Ramos. Toma su nombre del hecho de que, antiguamente, se utilizaba únicamente en tiempo de Cuaresma para entrar por ella a recibir el perdón de los pecados, como preparación de la Semana Santa."

Finalmente, Analia lo dejó todo para venir a España. Su casa, su pareja, amigos y vecinos, pero sobre todo, sus dos hijas y un nieto. Cuando fui a recogerla al aeropuerto, mi primer pensamiento fue el cómo podría compensar el sacrificio que estaba haciendo esta valiente mujer, saliendo de su entorno, viajando por primera vez en su vida fuera de Brasil, para embarcarse en una aventura que, en definitiva, se convertiría en una gran responsabilidad con la llegada de Catarina. No todo el mundo está dispuesto a eso. Merece todos mis respetos.

Carlos, el guía turístico, siguió con su charla enseñándonos la iglesia;

"El nombre de La puerta del Perdón está acreditado documentalmente en el correspondiente libro de Bautismos, que nos dice que en dos ocasiones (1714 y 1715) se encontraron sendos niños abandonados, que fueron bautizados como Benito y María Manuela, en la pila bautismal que hay junto a la puerta.

Durante el transcurso de los años, y aunque ya no fueron anotados en el libro de Bautismo, pero sí en otro registro eclesiástico, han habido numerosos niños los que han sido aquí abandonados, principalmente por madres que no podían sustentarlos. Los dejaban al alba, en un cesto, abrigados y con algún tipo de alimento dentro, como miel o un poco de leche, con la intención que en los primeros compases de la mañana, fueran encontrados por algún alma que se compadeciera de ellos. También se dejaba en la puerta de personas pudientes. A estos niños, se les llamaba "Expósitos". Actualmente, se entregan a los orfanatos."

Ante la explicación de Carlos, busqué la mirada de Analia, que también nos acompañaba en la visita. En muchas ocasiones la observo y veo su mirada perdida, pero esta vez, creo que había un gran brillo en sus ojos. Se trata de una persona muy fuerte, como pocas veces he visto en una mujer, y puedo dar fe, que en cualquier persona el corazón se enternece ante historias como éstas, aunque estaba claro que la vida de Analia lleva dentro emociones tan fuertes como aquellas que escuchábamos.

"De entre las mil interpretaciones que se han dado al término "Expósito" hay una que nos remite al Imperio romano. Allí el paterfamilias, amo absoluto de su casa, podía ejercer el derecho ius exponendi de la potestad patria consistente en sacar de su hogar al hijo no deseado, dejándolo fuera para que muriese o hasta que alguien finalmente lo acogiera. De ahí el origen probable de un término (Ex pósitus, puesto fuera). 

Durante siglos ser un "Expósito" supuso una especie de estigma de por vida cuyo obstáculo no era tan fácil de superar. Al abandono, la vergüenza y la pérdida consiguiente de identidad se sumaba en ocasiones un desprecio social, tan injusto como cruel.

A fin de minimizar los efectos negativos que tal circunstancia pudiera suponer, el monarca Carlos IV decretó la "legitimidad para los efectos civiles de todos los Expósitos del Reino", de manera que a pesar de su origen ilegítimo fueran considerados "como hombres buenos del Estado llano".

Paralelamente, en los propios orfanatos se habilitan fórmulas alternativas como la de poner a los niños el nombre del santo del día, el de la persona que le hubiese encontrado o el de aquella que ejerciera las labores de tutor."

Cuando supe por primera vez de la vida de Analia, que por muchos años ha trabajado con la familia de mi esposa, todos hablaban de ella con un cariño y admiración especial, y no solamente por los buenos cuidados que tuvo hacia ellos. Como digo, Analia lo ha dejado momentáneamente todo para venir a cuidar de Catarina. Ha debido ser muy duro para ella dejar su casa, amistades, familia, su nieto, y sobre todo, a sus hijas... Dani y Paloma, que así se llaman, fueron niñas "Expósitas". Analia, que ayudó en toda la vida de voluntaria en un orfanato, acogió en adopción a estas dos niñas, sus hijas, una de ellas, con apenas 3 horas de vida.

Cuando conocí además la historia de los niños Expósitos, mi admiración hacia ella fue mayor si cabe. Podemos preguntarnos a veces, qué tipo de mujer puede abandonar a su hija en "la Puerta del Perdón", y quiero pensar que tiene que deberse a una causa de fuerza mayor, pero en definitiva un acto quizás de desesperación y que no sabría como llamarlo. Y si los niños abandonados, en la puerta de una iglesia, o en un orfanato, toman el nombre de niños Expósitos, entonces, ¿cómo se llaman aquellas mujeres que los reciben para darles la mejor vida posible?...

No pueden llamarse de otra manera que Ángeles... Por eso, que hoy, en el Día de la Mujer, quiero hacer énfasis en que también hay Mujeres con alas.

¡Feliz día a todas las mujeres!


Analia y Catarina. Marbella, 8 de marzo de 2024. Fotografía de Jesús Apa.




viernes, 1 de marzo de 2024

Microrrelato; dos locos

A veces, una conversación entre locos puede llegar a convertirse en un perfecto y cuerdo diálogo. Los locos suelen hablar de cualquier tema, pues bien es sabido, que la locura carece de ignorancia. Además, casi siempre, tienen salida con todo aquello sobre lo que se discute. 

Uno de los dos locos que conversaban, mirando al cielo, le dijo al otro;

"Las nubes de verano, son pasajeras, así como las grandes pasiones son nubes de verano, el viento las desplaza y en poco tiempo, desaparecen" 

El otro loco, quedó pensativo, y aunque tardó en contestar, le dijo;

-- ¿Ocurre lo mismo con las nubes de otoño? -- Porque tengo entendido, que hay amores que, incluso en contra del viento, jamás se disipan.

"Lo siento, pero ahí no puedo contestarte. Siempre he sido de amores de verano..." 


Fuente de Cantos, 1 de marzo de 2024. Imagen libre en la red.


viernes, 23 de febrero de 2024

Microrrelato; La Luna

Nunca fallaste, en todas las noches de mi existencia. Eras a veces un papel recortado, una silueta fugaz en el jardín, un puñado de ternura en la pupila de los ojos.

Eras el baile nocturno, la conversación interminable, el sueño de todas las noches de verano.

Eras la timidez felina, el azul claro en la oscuridad negra. El arco de tu lomo creciendo hacia la caricia, el brillo de tus reflejos en los mares y lagos. Eras, Luna, un retazo de gracia y belleza.

Eras el punto de encuentro de los amantes, y como tales, el día que desapareciste, nunca sabremos si fuiste nuestra o nosotros, tuyos...


Marbella, 23 de febrero de 2024. Imagen libre en la red


viernes, 16 de febrero de 2024

500.- La nube de historias

En este viernes, y como todos los viernes de casi los últimos 10 años de forma ininterrumpida, me siento frente al ordenador dispuesto a escribir alguna historia. Durante el resto de la semana, no le dedico a esto ni un solo minuto; es solamente el viernes el día en el que toca pensar qué escribir en este folio en blanco. Y con el de hoy, son ya 500 post, medio millar de historias. Se dice pronto!.

Algún día dejaré de escribir, o más bien, dejaré de publicar lo que escriba. Algún día no llegará la inspiración o, sencillamente, no habrá más ganas. Y claro, en eso tenía mis pensamientos mientras contemplaba el cielo obnubilado. Esta palabra quiere decir que estoy confundido, o nublado. Y entonces pensé, mirando a la bóveda celeste, en el significado de las nubes, y ahí me acordé de lo que cuentan que ocurre con una de ellas...

"Es cuestión de fijarse bien, pero hay una nube enigmática encima de nuestras cabezas. Una nube que está llena de historias. Realmente, las tiene todas, porque las historias nacen en la tierra pero luego se evaporan, se condensan y quedan ahí almacenadas.

Esta nube de las historias, es enorme y en ella están, -- en estado gaseoso --, todas las crónicas, los sucesos, los textos y los cuentos en todas las lenguas, en todas las culturas y de todos los estilos. Es increíble.

El contador de historias, cuando no consigue inspirarse, no tiene más que agarrar la escalera, subirse y meter la cabeza en la nube y aspirar. Después, se sienta y la historia sale automáticamente por su estilográfica. Lo malo de la nube de las historias es que no todo el mundo consigue verla, está ahí, pero hay que agudizar el ingenio.

Después de aquellos que consiguen verla, hay escritores que se enchufan a la nube desde primera hora y están todo el día aspirando historias. Así les salen unos cuentos larguísimos e insoportables, o unas novelas horrendas y con finales que nadie entiende.

Yo soy más de subir, asomarme y absorber o chupar solo un poquito de esas historias, de tal forma que salgan solamente cuentos cortitos, pequeños destellos, apenas cuatro líneas. Así, si un día dejo de ver la nube, que apenas nadie lo note... Pero hasta entonces, ahí va el "sorbo" número 500...


Marbella, 16 de febrero de 2024. Imagen libre en la red.


viernes, 9 de febrero de 2024

Sobre las discusiones

Después de pasar unos días en Italia por asuntos de trabajo, puedo decir que vengo satisfecho. Y es porque, el hecho de viajar, debe darte más de dos razones de estar feliz por haber realizado ese viaje. La primera, obviamente, contento por el motivo que lo organizaste, que en este caso, ha sido por un asunto laboral. Y al menos la segunda, y todas las razones más que vengan, por haber conocido gente interesante.

Entre estas personas, hablaré de un tipo que, pasado los sesenta, tiene una inteligencia destacada y muchas capacidades que definen el motivo por el que alguien me guste en su forma de ser. Giovanni, es una persona que me ha despertado gran interés, por muchas razones. En conversaciones distendidas, llega a conocerse muy mucho a alguien.  A modo de anécdota, me pareció que era muy peculiar con el interés sobre la edad de las personas. Al menos, de todos los allí presentes, y sin saber de dónde sacó tal información, se sabía la edad y el cumpleaños de todos nosotros.

A veces me frustro conmigo mismo porque digo de hacer una cosa, y luego hago la contraria. Siempre me digo a mí mismo que no pienso gastar energías donde no debo, relacionarme con gente que no me aportan nada o discutir con personas que no merecen la pena ni mi tiempo, y en algún momento y sin saber el motivo, lo vuelvo a hacer.

Me gustó la teoría de Giovanni sobre la edad;

"Hay cuatro franjas de edad que marcan a una persona. Todas van de 20 a 20 años. Desde que naces a los 20, es tu inocencia y aprendizaje. De estos 20 a los 40, es tu etapa de errores. Luego hasta los 60, piensas que lo sabes ya todo.  Y la mejor es ésta última, o sea, hasta los 80, que ya todo te ha puesto a prueba. De ahí hacia adelante, si es que hay otra etapa, nunca se sabe cómo te encontrarás."

Él, con más de 60, fue tajante en su versión; 

"Cuando llegas a esta edad, todo te da exactamente igual. No pierdo energía con nadie, ni discuto con nadie. Puedo decir, que hago lo que realmente quiero hacer y me da la gana. No disimulo si algo no me gusta, pues solo busco mi felicidad, y ni tan siquiera lo someto a discusión alguna".

No pude evitar ante eso, acordarme del cuento del burro y, en este caso, el rinoceronte...


En cierta ocasión se encontraron un burro y un rinoceronte.

El burro le dijo al rinoceronte:

–La hierba es azul.

El rinoceronte respondió:

–No. La hierba es verde.

La discusión se fue acalorando y decidieron someterlo al arbitraje del león, el Rey de la Selva.

Al llegar al claro de la selva donde el león estaba sentado en su trono, el burro gritó:

– Su alteza, ¿no es cierto que la hierba es azul?

El león respondió:

– Cierto, la hierba es azul.

El burro continuó:

– El rinoceronte no está de acuerdo conmigo y me contradice y molesta. Por favor, castígalo.

El rey entonces declaró:

– El rinoceronte será castigado con cinco años de silencio y colgado ante la multitud.

El burro siguió su camino, contento, saltando alegremente y repitiendo:

–La hierba es azul, la hierba es azul…

El rinoceronte aceptó su castigo, pero antes le preguntó al león:

– Su Majestad, ¿por qué me ha castigado? La hierba es verde.

El león respondió:

–Sí, la hierba es verde.

El rinoceronte preguntó:

– Entonces, ¿por qué me castiga?

El león respondió:

– Eso no tiene nada que ver con que el pasto sea azul o verde. El castigo se debe a que no es posible que una criatura fuerte, valiente e inteligente como tú pierda tiempo discutiendo con un burro y, encima, venga a molestarme a mí con esa pregunta.

P.D: Discutir con personas necias y/o fanáticas, que no quieren ver la verdad, es una pérdida de tiempo. Solo desean que se les dé la razón. No gastes un segundo de tu tiempo en discusiones sin sentido que no van a ningún lado.


Escultura de Bombardieri, Brescia, Italia. 9 de febrero de 2024. Fotografía de Jesús Apa.



viernes, 2 de febrero de 2024

La sordera

Después del orgasmo más intenso de su vida, Teresa quedó extasiada sobre las sábanas. Abrió los ojos, y vio que su novio movía los labios, pero ella no escuchaba absolutamente nada. De repente, se dio cuenta que se había quedado sorda.

"Ya te dije que no me susurraras así al oído mientras hacemos el amor", le reclamó histérica a su novio.

Un día después, Teresa entró en la consulta de la Otorrinolaringóloga.

-- Me indica la enfermera, que ha mandado usted un email diciendo que se ha quedado sorda de repente. Cuénteme lo que ha ocurrido --. Escribió la doctora en una pizarra.

Sin escuchar su voz, Teresa ya sabía que la doctora era una mujer de unos cuarenta años, divorciada, excitante y seguramente, ninfómana y viciosa. Al perder el sentido del oído, una percepción extrasensorial había aflorado en ella, o al menos, así lo pensaba.

-- Es extraño -, escribió la doctora en la pizarra, tras escuchar la explicación de la paciente. Se conocen casos de rotura de tímpanos de oídos, pero nunca por susurrar, y menos aún mientras se hace el amor, pues en todo caso, sería por gritar. --

"Debería saber, que mi novio trabaja de telefonista en una línea erótica" 

Tras un largo silencio, la Otorrinolaringóloga tomó el rotulador, y escribió en la pizarra;

-- Dígale a su novio, que venga a mi consulta... --


Marbella, 2 de febrero de 2024. Imagen libre en la red.