viernes, 30 de enero de 2015

10 cosas que deberías hacer

Siempre hablamos de propósitos cuando comenzamos un nuevo año. Dejar de fumar, hacer más deporte, retomar esas clases de inglés... y un sin fin de buenas intenciones, que a veces, se quedan en eso, en voluntades o deseos, que no siempre resultan conseguidos. Según dicen, resulta que si las escribes, andas con otra determinación y consideraciones sobre eso. Y dado que siempre estamos viendo en cualquier lado las típicas y utópicas listas de "100 cosas que deberías hacer antes de morir", o también "20 cosas imprescindibles para tu vida", y otras muchas listas que resultarían complicadas de cumplir incluso dedicándote exclusivamente a ellas. Yo hace algunos años me dedico a la mía, que estando muy cerca de la realidad, a veces tengo que leerla alguna que otra vez para seguir firme en su cumplimiento. Son cosas básicas, que al menos tratan de acercarte a la felicidad.  


1.- Conocer un lugar distinto del planeta cada año.

Está en primer lugar, y realmente es un objetivo cumplido año tras año. No por el hecho de ser algo esencial, sino que, viajar lleva implícito acción, vida, energía. Y conocer lugares distintos, te aporta cuanto menos, una mezcla de intriga e ilusión que te permiten estar entusiasmado hasta la llegada de ese momento. Y cierto que como digo no es primordial, pero sí altamente recomendable.

2.- Hacer deporte. Mucho deporte.
Es sin duda una de las propuestas que más te recuerdan que estás cumpliendo con tu lista, puesto que los resultados te llevan a la más objetiva realidad. No por el hecho de tener una más bonita figura, sino porque es la más bella disciplina que puedes tener, pues te ayuda a conseguir otras muchas. Es la droga más sana de todas. Cierto que a veces, resulta la muy sacrificada y la que mayor tiempo te ocupa, pero sin duda, la más satisfactoria. 

3.- Leer. Comer. Dormir....todo lo que puedas.
Estas podrían resultar básicas, pero dependen en gran medida de la intensidad con que las realices. Dormir con sueño, comer con hambre, beber con sed...indican que la acción está siendo realizada a modo de recompensa. Leer y absorber todo lo que lees, tener sexo, cocinar, y otros placeres cotidianos, si los realizas con pasión, sin duda aportarán más a tu vida que si lo haces como plenas tareas de subsistencia. Quizás ni tan siquiera deberían estar apuntadas en una lista, pero sí en cambio recordarte que debes hacerlas con intensidad y pasión.

4.- Pasar más tiempo con tu familia.
Es una situación que se repite de manera recurrente y la cual no percibimos a no ser que sea demasiado tarde por una pérdida de algún familiar. Es cuando nos planteamos que debemos pasar más tiempo con ellos. Pues antes que cualquier hecho de ese tipo ocurra, hazlo. Dedica tiempo a ello y recuérdatelo repetidamente. Además, manifestar cariño, es el camino más corto para recibirlo.

5.- Pasar tiempo solo para reflexionar.
Dedicar un tiempo al día a pensar qué deberíamos mejorar de nosotros mismos, ya implica que estamos mejorando algo. Incluso a menudo, puedes compaginarlo mientras haces otras tareas de tu lista. Resulta que pasamos horas muertas y perdidas viendo la televisión, conduciendo, paseando o realizando otras actividades, sin valorar el tiempo tan valioso que resulta en dedicártelo a ti mismo. Podría resultar trivial, pero no lo es cuando realmente le sacas el máximo partido.

6.- Sigue aprendiendo algún idioma.
Cuando viajas es donde más lo valoras. Es algo que te acerca a los demás, pues además de ser tremendamente útil para poder informarte de todo cuanto necesitas en un país distinto al tuyo, te genera confianza y positividad a la hora de visitar otro lugar. Sacrificada como la que más, pero una de las que resultan más satisfactorias. No puede ser más frustrante poder conocer a alguien y no conseguir comunicarte debidamente.  

7.- Da las gracias.
Sin duda, una de las más importantes y más olvidadiza. No todo es por derecho. Ser agradecido favorece el optimismo y genera felicidad. Socialmente está vinculado a ser educado, pero íntegramente te aporta mucho más que eso. Al igual que ocurre en el caso de la familia, la mejor forma de que nos agradezcan lo que hacemos, es haber dado nosotros previamente las gracias. Una vez que forma parte de tu "rutina", acabas transformándolo en parte de tus valores.

8.- Mantén la ilusión de hacer algo nuevo una vez al año.
No podemos convertir nuestra vida en trabajo y responsabilidades. Los "premios" son necesarios y vitales. Tener un objetivo que pueda resultar ilusionante, te lleva a ser más feliz. Tener un viaje en mente, organizar una sorpresa a alguien, ahorrar para conseguir algo deseado, te permite desarrollar otras cosas más sacrificadas con cierta vehemencia. Si es algo nuevo y deseado, lo conviertes en una recompensa. Subir una montaña, bucear en el mar, visitar un país o ciudad ansiada, correr una maratón, etc..., y llegar a conseguirlo, puede ser un premio a tus sacrificios de todo un año.

9.- Ama.
Ama con todas tus fuerzas y todos los días. Si tienes la suerte de amar a alguien, ámala y demuestra que lo haces. Haz que lo sienta. Si no estás en ese punto, ama todo aquello cuanto hagas. Tu trabajo, tu familia, tus amigos. Sin lugar a dudas contribuye a tu felicidad. El hecho de estar amando cualquier cosa o a alguien, hace que tu estado de optimismo mejore y contagies todo cuanto te rodea. Las personas positivas y enérgicas son aquellas que aman.

10.- Cumple con tu lista.
Es la acción más importante de todas. Llegar a este punto te dará la motivación suficiente para proponerte cuantas listas te plantees. Te llevará sin lugar a dudas a ser mejor de lo que eres. Eso sí, que no se quede en el intento. Hay quien dijo alguna vez que, si te propones algo, hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes...

¿Ya tienes tu lista?





viernes, 23 de enero de 2015

Amenazante Cupido

En mi visita al Museo del Louvre de Paris, y en el recorrido por las distintas épocas de nuestra historia, pude comprobar que en todas ellas, de una manera u otras, se habla del Amor. Griegos, egipcios, romanos, persas, corintios...todos escenificaban de algún modo sus historias de amor y el amor de la época. Nada más lejos de lo que ocurre hoy en día. Una vez tuve tiempo para reflexionar sobre ello, pensaba que mirar una escultura o cuadro que nos habla de amor sin más, puede llevarnos a confundir sus distintos estados. Así es como me encontré con la escultura de "Amenazante Cupido", de Étienne Maurice Falconet. Eso me llevó a pensar lo que ocurre cuando esta acción repercute en cada persona, y en las distintas formas no personales del propio verbo, valga la redundancia. Amar, amando, amado. Tal vez sea cupido el que decide qué forma verbal es la tuya.

Si hay un verbo que lo diga todo, ese es el verbo Amar. Es escucharlo, y resulta incluso agradable al oído. Un verbo con el cual a todo el mundo le gustaría sentirse identificado alguna vez. Un verbo dulce, entusiasta, dichoso, incluso a veces sobre cogedor. Y viendo todas esas esculturas, pinturas o manuscritos en este famoso museo, se puede comprobar que el amor ha acompañado a todos nuestros antepasados a lo largo de la historia. Faraones y Faraonas, Reyes y Reinas, Emperadores y todos los personajes históricos que conocemos hoy en día, han disfrutado con este verbo. En cambio, todos ellos se sintieron alguna vez amenazados por Cupido, que es siempre quien decide.

Porque es cierto que estar amando, es algo maravilloso. Tu mente se nubla, tus ojos brillan continuamente, y la felicidad sale a borbotones. Es una situación asombrosa. El verbo amar, en su gerundio, es sin duda una de las mejores acciones que pueden existir. ¿Quién duda de ello?. Tus problemas son banales, tus alegrías se elevan a la enésima potencia, y todo cuanto te rodea adquiere colores que nunca jamás habías visto. Así ha ocurrido desde el principio de nuestros días y seguirá ocurriendo, siempre y cuando este sentimiento lo mantengamos con la pureza que merece.

¿Y qué ocurre cuando eres amado?. El participio del verbo se convierte en adulador, genuino, irremplazable. Porque no hay cosa más extraordinaria que ser amado. Tu autoestima está por las nubes, tus días pasan con gran egolatría y narcisismo. Ser amado es la razón de ser, valga nuevamente la redundancia. Todos y cada uno de nosotros necesitamos ser amados, pues amarse a uno mismo está muy bien, pero serlo por otra persona da sentido a tu comportamiento y a tu propio "yo".

Pero también es cierto que las acciones del verbo Amar pueden resultar de distinta interpretación. Porque, ¿y si resulta que estás amando y no eres correspondido?. No hay nada que pueda ser más catastrófico que eso. ¿Y sí también resulta que eres amado de quien no quieres serlo?. Este hecho en cambio, resultaría frustrante. La conjugación de este verbo, depende pues de si se es correspondido en los mismo términos o no. Y todo eso lo pensé mientras veía distintas esculturas o pinturas de "Cupidos", que ciertamente hay muchas en este museo que hacen honor a este personaje mitológico. Es por ello, que pensé que algo tendría que ver con la parte negativa de la acción de amar, y quise saber de él. Y de todos cuantos observé, fue el de la escultura titulada "Amenazante Cupido", la que más me llamó la atención, y la cual más me llevó a esta reflexión.

Resulta que Cupido era hijo de Júpiter y Venus, y ésta, tuvo que esconderle en los bosques y dejar que fuera amamantado por fieras que sólo con él eran piadosas. Venus no se atrevía a tenerlo junto a ella, debido a que Júpiter quería acabar con él nada más nacer, previendo todo el mal que el niño haría al universo. El destino hizo que Cupido quedara a salvo, y creció hermoso como su madre, audaz como su padre, e incapaz de ser guiado por la razón, a la manera de sus selváticas nodrizas y amamantadoras. En el bosque fabricó su propio arco, realizado con madera de fresno, y flechas de ciprés. Viendo Venus la destreza de su hijo, le regaló un arco de oro y con flechas de dos tipos; unas eran de oro, para conceder el amor, mientras que otras eran de plomo, para sembrar el olvido y la ingratitud en los corazones. Y para aún mayor persistencia a su poder, nadie sería inmune a las heridas que produjeran sus flechas, ni tan siquiera los propios dioses. 

Entonces observé a este Cupido. Representado tal y como lo tenemos familiarizado. Un niño semidesnudo y con alas blancas. Pero este concretamente, tiene una seducción particular. Se lleva el dedo índice a los labios para pedir silencio, como reclamando discreción y cautela ante el lance amoroso, pero a la misma vez, sigilosamente con su mano izquierda, y de manera traviesa, va sacando una flecha de su aljaba. Realmente me resulta más amenazante que afable. Entonces entendí que el amor depende de flechas, de oros o de plomos, y que a veces estarán al antojo del destino, o en este caso, de las travesuras de Cupido.

Pero no por ello hay que tener miedo a Amar. Cierto es que el destino puede ser caprichoso, pero si cuando quieras Amar, lo haces Amando y siendo Amado, nunca hallarás mayor equilibrio que ese. Y si este fracasa, no por ello hay que renunciar al mismo ni tener miedos. Muchas veces, perder el equilibrio por amor, forma parte de vivir una vida con equilibrio. 

El propio Cervantes en su Quijote, ponía versos en boca de Cupido diciendo; "Yo soy el dios poderoso, en el aire y en la tierra y en el ancho mar undoso, y en cuanto el abismo encierra en su báratro espantoso. Nunca conocí qué es miedo; todo cuanto quiero puedo, aunque quiera lo imposible, y en todo lo que es posible mando, quito, pongo y vedo".

Aún así, y como defensa de la acción de Amar, y protegiéndonos de cualquier Cupido, AMA sin temores, y no te sientas amenazado por ningún Cupido!!. Aún siendo heridas causadas por flechas de plomo, todo acaba curando. Y si son flechas de oro, que el brillo de éste no te ciegue. Llena con experiencias de amor tu corazón, y quédate con aquel, con el cual amando, te sientas amado. Porque amar es vital. Porque como dijo Juan de la Cruz; "y al atardecer de la vida, te examinarán del Amor....." .









Enero del 2015, Museo del Louvre, Paris. Imágenes del Louvre.







viernes, 16 de enero de 2015

Paris, El Alma y L´Amour

Siempre suele atribuirse a las grandes ciudades con un apelativo. De sobra es conocido, que New York es la ciudad que nunca duerme, Venecia es la ciudad del amor, o que Paris es la ciudad de la luz. Pero a ésta última concretamente, se la quiere asociar con otros muchos sobrenombres. La ciudad de la gastronomía, la ciudad del Sena, e incluso, al igual que Venecia, también la ciudad del amor. Así que hace unos días decidí visitarla, era mi segunda vez, y quería comprobar si realmente se le pueden atribuir estos adjetivos.

Pude contrastar, que ciertamente tiene una luz especial. Hecho éste, dado que es una ciudad inmensa, enorme, con avenidas grandiosas, que permite al sol iluminar sus majestuosos edificios aún más si cabe. También se trata de una ciudad de buen comer. Alubias, foie, quesos, carnes, pescados, buenos vinos; en definitiva, un notable en gastronomía. Y en cuanto al río Sena, he de decir, que es maravilloso. Recorrí el mismo en barco, de noche, y francamente es algo especial. Así pues, solamente me faltaba buscar Al Amor, y efectivamente, allí lo hallé. Pero curiosamente, junto a él, me encontré con El Alma, y así fue como presencié la increíble conversación que ambos tenían.

Se presentaba ante mí El Alma en forma de mariposa. Todos sabemos que ellas, son inofensivas, coloridas, dulces, hermosas, muy silenciosas y pacíficas. Hablaba de paz, de libertad, de felicidad. El Amor, a su lado, la escuchaba atentamente. Éste, estaba simbolizado por un Ángel, representado en forma de niño, y con unas hermosas alas blancas. Él, se enamoró del Alma rápidamente, y quiso conquistarla de la manera más sutil. "Eres sin duda la mariposa más hermosa que jamás he visto", le dijo el Ángel, arrodillándose para acercarse a ella y persuadirla. "Eres realmente un Ángel muy agradable", le dijo ésta, "pero he sufrido muchísimo con seres como tú. Vete por favor de mi lado". 

"Pero no tienes que tener miedo de mí. Piensa bien que soy El Amor. De bien es sabido, que soy uno de los sentimientos más nobles y una de las experiencias más dulces y esperadas de cualquier Alma", le insistía el Ángel. "Debes confiar en mí. Como prueba de ello, te daré lo más preciado que una mariposa de tu belleza merece, como es esta bonita rosa. La más hermosa que existe". El Alma lo miraba atentamente. Parecía seducida por la propuesta. Al ver el Ángel que su poder de persuasión estaba resultando su efecto, tocó suavemente con sus dos dedos a la mariposa, y la acercó un poco más a la bonita rosa que le mostraba ante sus ojos. Pero la mariposa, en un primer momento, batió sus alas y se apartó. El Ángel, sorprendido, volvió a insistirle; "¿Pero porqué tienes miedo?. Pareces una mariposa libre, y yo soy El Amor. No hay sentimiento más puro y digno que éste. La rosa que te ofrezco, solamente es en señal de mi lealtad y confianza".

Entonces, la mariposa le contestó. "Es verdad que soy un Alma libre, y también es cierto que no hay cosa más bella que El Amor, y más aún, cuando viene representado como tú. A modo de Ángel, inocente, amable, y ofreciéndome la más bonita rosa que jamás he visto. Pero otros como tú ya vinieron, y resultó que sufrí mucho. No solamente me ofrecían rosas, sino que además, me brindaban lealtad, fidelidad, comprensión, e incluso me dijeron que no había nadie como ellos. Que la unión conmigo sería algo único, inseparable e irrompible. Pero por un motivo u otro, finalmente acababan cansándose de mí. Acababan jugando conmigo y dañando mis alas, antes de que llegara alguna otra mariposa más colorida, más joven, o con unas alas más llamativas, y decidían abandonarme. Es por eso que no me fío de Ángeles como tú".

De repente, se dieron cuenta que yo les observaba. Había sido testigo de toda la conversación. Por un momento, pensé que saldrían corriendo cada cual por su camino, pero lejos de asustarse, me miraron, y me preguntaron qué pensaba al respecto de lo que había escuchado. Un poco contrariado y a la vez sorprendido, les contesté...

"Es cierto que El Amor como sentimiento, es noble, cariñoso y complaciente. Es sabido, que allá donde hay felicidad, existe éste. Pocas veces se habla mal de Él. Pero también es cierto, que es quien más dolor produce. Nadie rompe tantos corazones como El Amor, incluso viniendo de un niño con cara de Ángel, o de un Ángel con cara de niño. Ocurre a diario, y seguirá pasando por el resto de los siglos.". La mariposa miró al Ángel como asintiéndole, y éste me miraba a mí desolado y confuso.

"Pero he de decir en favor de este Ángel",>continué>, "que no siempre El Amor busca Al Alma con intención de hacer daño". Sonrió entonces el Ángel. "Pienso que toda mariposa debe buscar y encontrar a su Ángel, sin miedos y desconfianzas, pero para ello, todo Ángel que se precie a esto, debe tratar a esa mariposa de la manera más dulce y delicada,  puesto que sus alas son frágiles y si se rompen, el daño puede ser irreparable. Es por ello que pienso, que El Alma y El Amor, como más felices son, es compartiendo la vida juntos. Y tú, tan dulce como eres, mariposa, si crees en este Ángel, no mires la rosa que hoy te regala, pero sí piensa que si otros Ángeles te hicieron daño, no por ello debes renunciar a lo que éste te ofrece. Y en cambio a ti Ángel, te diré, que si decides conquistar a esta bella mariposa, no juegues con ella, como otros hicieron, pues no hay mayor dolor que cuando El Amor disfruta sádicamente con las Almas."  

Una vez dicho esto, les deseé suerte, y me marché del museo del Louvre, que fue donde me los encontré...

Dedicado a todas aquellas Almas que aún esperan Al Amor. O mejor dicho, dedicado a todas aquellas mariposas que aún esperan a su Ángel!!!.





Enero del 2015, Museo del Louvre, Paris. Fotografías de Jesús Apa.










viernes, 9 de enero de 2015

Je Suis Charlie

Justo aterrizo en París y la noticia vuela por todo el aeropuerto. Horas antes unos terroristas han acabado con la vida de 12 personas, de los cuales, 11 son periodistas de una revista satírica. El país se encuentra en alerta, y aparentemente me acompañará el miedo en toda mi visita a esta ciudad. 

Ese miedo que siempre duerme en cada uno de nosotros, y solamente despierta para ponerse en guardia y a la defensiva ante una situación de pánico. Un miedo, que si no es controlado puede resultar catastrófico para cualquiera. Pero en esta ocasión, el miedo ha despertado con ganas de lucha, y no de huida. A medida que van pasando las horas, la ciudad despierta, habla, incluso grita. Manifestaciones, pancartas, carteles, pintadas y un sin fin de anuncios que dicen al unísono que todos somos "Charlie Hebdo", nombre de la revista donde se ha producido el atentando. 

Hablo con algunos parisinos queriendo saber, y su actitud es clara. "Aún no hemos 
detenido a los terroristas, pero no tardaremos. El país entero luchará contra este crimen"

Al día siguiente de los atentados, decido penetrar íntegramente en las ciudad. Recorrer sus calles y entrometerme en la vida de la gente cual ciudadano más. Emociona como a las 12 del mediodía el país entero se paraliza para guardar un minuto de silencio. Incluso los vehículos que circulan por las vías se echan a un lado, y sus ocupantes bajan del coche para ponerse de pie y ser cómplices de este silencioso homenaje. Justo este momento lo vivo frente a la majestuosa catedral de Notre-Dame, y realmente es una estampa emocionante. Acabado ese minuto de silencio, la gran campana de la catedral, llamada  "Emmanuel", y que no toca más que en días de fiesta, decide ser la primera en protestar por tal barbarie con un sonido más grave que nunca. Una catedral con cientos de años "habla" en señal de protesta de esta manera.

Esa misma noche,  mientras recorro el río Sena en barco, y por primera vez en muchos años, soy testigo de como la famosa Torre Eiffel apaga sus luces durante 5 minutos en señal de duelo y protesta. Pero más lejos de cualquier miedo, lo que percibo es todo lo contrario. Valentía y rabia, no solo mostrada por los propios parisinos, sino reflejada aún más por cada uno de los principales monumentos de la ciudad y expresados de cualquier forma, esta vez con un imagen que dará la vuelta al mundo. 

Sin lugar a dudas habrá un antes y después para esta ciudad. Aunque vayan pasando los días, nada será lo mismo, pero a buen seguro, esto hará más fuerte a la ciudad. Escuchando y leyendo las miles de historias que acompañan a París en toda su vida, ésta será recordada como aquella en la cual, unos asesinos, quisieron robarle a unos periodistas su libertad de expresión, pero que el tiempo descubrirá, que precisamente causará un efecto contrario.

No puedo negar que mientras recorro las calles, visito cualquier monumento, o tomo un café en cualquiera de los bonitos lugares que me encuentro a mi paso, no cientos, sino miles de policías y soldados del ejército custodian cualquier rincón de la ciudad. Sus coches, al igual que los de ambulancias y bomberos invaden la calles con sus sirenas. El silencio es atronador, y la prudencia es visible. Todo volverá aparentemente muy pronto a la normalidad, pero hasta entonces, el ciudadano camina sigiloso y pensativo. Yo soy uno más, que además de observar y visitar esta ciudad en un estado de luto, trato de ser cómplice del mismo. Sin miedos, claro está, y sobre todo, pensando en que para cualquier francés, hoy su lema cambia para convertirse en "Liberté, Liberté y Liberté"!!!

Je Suis Charlie (Yo soy Chalie). 




Carteles en las calles de París, 9 de enero de 2015. Fotografía de Jesús Apa






viernes, 2 de enero de 2015

Mi primer día del año

Amanezco en Wellington, Nueva Zelanda, bajo el sonido de las flautas y tambores de los maoríes. No deja de asombrarme el baile típico del "haka", donde se muestra el poderío físico de los hombres de la tribu en tributo de la defensa de una tierra y sus costumbres.

Seguidamente paso a Sidney, Australia, después de una noche entera de fuegos artificiales desde la famosa Ópera. Estamos a mitad del verano y la gente disfruta de sus vacaciones. Una agradable temperatura acompañará el día, el cual estará dedicado hoy al descanso con las familias. Sigue siendo cada año considerada la mejor ciudad del mundo para vivir.

Seguidamente hago una parada en Hong Kong, la parte más occidental de China, y donde en el día de hoy, la familia se reúne para festejar este día cocinando juntos los jiaozi, unas empanadillas rellenas de carne y típicas de esta época. Más tarde, los adultos les entregan a los más pequeños unos sobres rojos con dinero, haciéndole extensivo los mejores deseos para el próximo año.

Y en Moscú, Rusia, empiezo el día con un escenario totalmente cubierto por la nieve. Voy a recorrer el frío país cruzando incluso 11 zonas horarias distintas debido a su enorme extensión. En este país el 1 de enero se celebra de manera muy peculiar. El abeto es el árbol por excelencia en cada hogar, y donde este día se saca todos los platos o muebles rotos que hay en cada casa y se tiran por la ventana, como símbolo que se empieza una nueva etapa vital. Hoy es el día de perdonar todos los males y todas las ofensas. También en este día se estrena algo nuevo, como ropa o zapatos.

Seguidamente paso por Londres, Roma, París, Berlín y Madrid, donde aquí puedo saludar a la gente que va de regreso a casa después de una noche de fiesta y ver las campañadas en la Plaza del Sol. A mi paso por Roma, me cuentan los italianos que la pasada noche la despidieron comiendo lentejas para despedir del año, en la Notte di Capodanno, ya que estas legumbres representan la prosperidad. En cambio, en España, se despide el año comiendo 12 uvas, y que según dicen, es una tradición que proviene de principios del siglo pasado, donde en un pequeño pueblo valenciano, hubo un excedente de producción de uvas y se decidió que se comieran esa noche como símbolo de la abundancia. Desde entonces es toda una tradición.

Doy un enorme salto hasta la brasileña ciudad de Río de Janeiro, donde saludo a los más rezagados de la fiesta celebrada en la playa de Copacabana, en la noche anterior, bajo hogueras que resplandecen toda la noche veraniega. Decido pasar a Buenos Aires, donde la gente descansa y reposa el asado de la noche anterior, para después hacer una visita fugaz a Chile, donde los ciudadanos de aquí me cuentan que decidieron adoptar la tradición tanto de comer lentejas, como uvas, al igual que en las ciudades europeas que antes comentaba. 

Y prácticamente en el mismo instante camino por el Time Square de New York, donde los vestigios de la fiesta de la noche anterior son evidentes. Aquí los viandantes me cuentan que horas antes vieron bajar "la pelota" del Time Square, y donde toda la muchedumbre allí agolpada iba contando hacia atrás, al contrario que en otros lugares del mundo, y desde el 12, 11, 10...hasta el 1, esperando a acabar la cuenta atrás y besar a la persona que tuvieran al lado.

Aunque Los Ángeles está en el mismo país, en mi paso por la ciudad, veo que las tradiciones son distintas, principalmente porque aquí se hablan hasta 200 lenguas distintas. La ciudad más multicultural que existe, y donde la noche anterior cada cual celebró el fin de año a su manera.

Para finalizar mi recorrido, decido hacerlo en la maravillosa isla de Hawai, y donde será mi último día de visita en este 1 de enero. Aquí llego después de hacer un viaje por todo el planeta y descubrir a la maravillosa gente de todo el mundo. Distintas costumbres en distintas culturas, pero donde siempre he sido bienvenido, y más aún el primer día del año. 

Da igual que no hayas tenido un buen día en este 1 de enero, pues mañana volveré a estar de nuevo contigo, y habrá 364 oportunidades más. Cuando se pasa por un día malo, lo mejor es que este acaba, y puede comenzar otro que será mejor. Yo estaré ahí, saldré para tí, y siempre que esté en tu mano hacer de este un gran día, no dudes en hacerlo. Y como podrás comprobar, y tal y como se suele decir, todos los días salgo para todos.

Firmado; El Sol.


Transcurso del sol a lo largo del planeta. Fotografía de "Wikipedia".