La soledad es una presencia silenciosa que nos acompaña desde los primeros días, aunque no siempre sepamos reconocerla. La soledad. Nos topamos con ella cuando mamá no está en ninguna parte. En ese instante, cuando la ternura que nos sostenía se disuelve, algo en nosotros despierta: la conciencia de estar solos en el mundo. Al volvernos conscientes, algo más íntimo e intenso nos abraza. Es una sensación extraña, mitad dolor, mitad descubrimiento.
Con el tiempo comprendemos que no se trata de un enemigo, sino de una condición inevitable del ser. Viviremos con ella toda la vida: es necesaria para encontrarnos. En sus silencios aprendemos a escucharnos, a entender lo que deseamos, a crear. Pero también sabemos que si la dejamos quedarse demasiado tiempo, puede convertirse en un filo. Si se hace cotidiana, muerde.
Así, la soledad es maestra y sombra. Nos enseña a habitar nuestro propio interior, pero nos recuerda que, para no perdernos en él, debemos seguir buscando el calor de otros.
Marbella, 14 de noviembre de 2025. Imagen libre en la red.

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