A todo el mundo le ilusiona recibir un regalo. Éste, siempre viene como una muestra de afecto, un mensaje de cariño, o sencillamente, porque el emisor piensa que te puede venir bien. Hace algún tiempo, me hicieron un regalo un tanto peculiar. Cuando lo recibí, me quedé un poco asombrado, no sabía como encajarlo. Pero en aquel momento, me lo tomé bastante bien. Ahora mismo, también. ¡Se trataba de una brújula!!.
Todos sabemos que las brújulas son instrumentos de orientación, que utilizan una aguja imantada para señalar el norte magnético terrestre. Se empezó a usar hace más de una decena de siglos en China, principalmente para determinar las direcciones en mar abierto. Esa es siempre la referencia, de ahí la importancia de no "perder el norte", ni tan siquiera en la vida. No creo que el trasfondo del recado fuera ese. Pero bueno, es lo que pasa con los "exploradores", que a veces se sienten perdidos; ¿o acaso sabía Colón dónde iba?.
Todos sabemos que las brújulas son instrumentos de orientación, que utilizan una aguja imantada para señalar el norte magnético terrestre. Se empezó a usar hace más de una decena de siglos en China, principalmente para determinar las direcciones en mar abierto. Esa es siempre la referencia, de ahí la importancia de no "perder el norte", ni tan siquiera en la vida. No creo que el trasfondo del recado fuera ese. Pero bueno, es lo que pasa con los "exploradores", que a veces se sienten perdidos; ¿o acaso sabía Colón dónde iba?.
Sé que el bonito detalle venía con la mejor de las intenciones, porque sobre todo, detrás traía un gran mensaje que descubrí con el tiempo, que ni tan siquiera la persona que lo enviaba sabía, y donde la interpretación que yo le di, era bastante positiva. Es evidente que Lucía, que así se llama la autora del presente, trató de mezclar cariño y amistad con un poco de burla, y esa mezcla por supuesto, fue muy bien recibida por mi parte. Además lo sé, porque este blog acababa de nacer, y el texto que provocó que ella pensara en ese pequeño regalo, en esa brújula cargada de intenciones, también era de lo más peculiar. Decía así;
"Ahí va algo para tu blog....
Luego de pensar un poco en esta semana y de dormirme una siesta a la uruguaya, aunque me han dicho que no piense tanto, creo que voy a lograr decirte algo sobre ustedes, o más bien sobre ti, un par no más, porque quien sabe si todos serán tan raros....
Puedo decir que son personas sumamente amables, educadas, cultas, que por supuesto viven una realidad completamente diferente a la nuestra, y vos además, me hablas de jamones de bellotas.
Y a pesar de eso, algunos completamente perdidos viajan por el mundo y llegan aquí, para conocer otras culturas, vidas, gentes, personas, y por qué no, caminos...
Seguramente también buscando ese algo que todos necesitamos para quizás, sentirnos un poco más completos en la vida...
Y se encuentran con este país; pequeño, desprolijo, con la gente más impuntual de este planeta, y a pesar de todo, siguen siendo positivos. ¡Realmente admirable!!.
Lucía acertó de lleno respecto a que en aquel momento, quizás andaba un poco perdido, o a lo mejor mucho, y tal vez yo ni tan siquiera lo sabía. Y a pesar de ello, me sentía de lo más positivo, optimista y conciliador con mi vida. Y mira que no es algo muy común hoy día, ya que para muchas personas, el hecho de estar perdidos, supone un gran obstáculo en sus vidas. Un gran freno que te impide avanzar, te estanca y te queda paralizado por un tiempo.
Y resulta que hablo con "gente perdida" casi a diario. Y la mayoría de esas personas sin ellas saberlo. Porque quien ha estado perdido más de una vez, puede ver con más claridad quienes pasan por eso mismo. Y esforzarse por enmendar la situación, cuando ni tan siquiera hay nada que hacer, puede derivar en un error. Pero si el "hallarte", está en tus manos, no deberías esperar ni un segundo y salir de esa, a veces, "maldita zona de confort". Porque lo peor de todo, es saber que estás perdido y aún así, dejar que el tiempo se apodere de tus decisiones, o mejor dicho, de tus no-decisiones. ,
Del mismo modo que todo llega a quien sabe esperar, y a la vez lo anda buscando, todo aquel que se halla perdido y quiere encontrarse, lo acaba consiguiendo. La clave es la paciencia, y el punto fuerte dentro de ésta, el hecho de saber afrontar esa espera con la mejor de las actitudes.
Del mismo modo que todo llega a quien sabe esperar, y a la vez lo anda buscando, todo aquel que se halla perdido y quiere encontrarse, lo acaba consiguiendo. La clave es la paciencia, y el punto fuerte dentro de ésta, el hecho de saber afrontar esa espera con la mejor de las actitudes.
Lo que no sabría Lucía, es lo que me ayudaron sus palabras, incluso su brújula. Y es que, uno no puede encontrarse, hasta que no sabe que está perdido. Incluso a veces, es bueno perderse para encontrar lo que ni sabías que andabas buscando....
Fuente de Cantos, 8 de abril de 2016. Fotografía de Jesús Apa.
...no siempre perdemos el norte, en ocasiones necesitamos encontrar nuestro sur...
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