El felino olisqueaba detrás de su curiosidad. La botella dorada, con los envites del Sol, cambiaba de color continuamente. El gato cauteloso, la olisqueó, y el aroma no tardó en dar en su pequeña nariz. Precavido, la frotó con la zarpa. Intuyó un deseo escondido. Volvió a indagar con su manita..., desconfiado pero fisgoneando.
Pasado un tiempo, decidió asomarse a la boca del recipiente. En décimas de segundo, vio su nacimiento, a la vez que la destrucción de sus seis vidas. Angustiado, quiso desviar la mirada, y de repente, un profundo sueño se apoderó de él.
Cuando despertó, vio a su hermano que, al igual que él momentos antes, olisqueaba y manoseaba la botella color ocre. Antes de asomarse dentro, le peguntó a su hermano, que aún trataba de espabilar su sueño;
"¿Has visto algo dentro?"
Éste, repensó su respuesta por un momento.
-- Si. He visto la destrucción de tus anteriores seis vidas. Anda con cuidado, solo te queda una...--
Se marchó en pánico, teniendo que controlar su curiosidad...
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