En la comisaría de policía es dónde comenzó el interrogatorio. La mujer, bien parecida y de mediana edad, había acudido aquella tarde de forma voluntaria a declararse culpable de asesinato;
"¿Y dice usted que antes de ser Pitonisa, era profesora de Lengua y Literatura?", le preguntó el inspector de policía.
-- Sí, así es. Lo de ser Pitonisa solamente es algo transitorio hasta que encuentre empleo. Se me da bien, pero lo mío, de verdad, es la enseñanza de nuestra Lengua --
"Y dígame... Fue a su consultorio buscando sus servicios, porque, a este señor, le leyó usted la mano, ¿no es así?"
-- Cierto. Quería saber cómo se le iba a presentar el próximo año, así que vino a mí a que le leyera la mano... --, contestó la mujer mientras quedaba pensativa.
"¿Y bien? ¿Cuál era su predicción para que usted lo asesinara? ¿Era un mal tipo? ¿Iba a hacer algo malo?"
-- No, en absoluto. Leí en su mano que tendría gran suerte en su vida, que todo le iba a ir bien; encontraría por fin el amor, le iría genial en el trabajo, su salud perfecta...prácticamente en lo más importante de la vida, iba a tener éxito --
"Pero..., entonces, ¿por qué decidió matarlo tras leer en su mano todo eso?"
-- El maldito tipo estaba lleno de faltas de ortografía... --
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