Siempre que vayas a una boda católica, observa uno de los pasajes bíblicos que suele leer el cura; Corintios 13:4-7.
Obviamente por el momento, siempre he pensado que hace referencia al amor entre las dos personas que deciden compartir matrimonio. Alaba el amor, lo ensalza y lo lleva a la máxima definición. Pero ahora pienso que ese texto de los Corintios, no se refería al amor sentimental entre dos personas que comparten matrimonio. Claramente, creo que sobre el amor para con los hijos.
Aquí, un pequeño cuento...
"Tomás tenía frío. Su abrigo ya no le servía, y el invierno se acercaba. Su madre, Clara, no dijo nada. Solo empezó a coser por las noches, usando pedazos de tela y hasta su propio abrigo viejo.
Cuando llegó la primera nevada, Tomás encontró un abrigo nuevo sobre su cama. Azul, cálido, perfecto.
—¿Cómo lo hiciste, mamá? —preguntó.
Ella sonrió.
"Con amor. El amor es paciente, bondadoso… todo lo soporta, todo lo espera."
Tomás lo abrazó, sabiendo que ese abrigo era más que tela: al lado, la biblia aparecía abierta por una página concreta; Corintios 13:4-7
¡El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni presumido ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.!
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