viernes, 29 de diciembre de 2023

El último propósito

Todos los últimos días del año, por una razón que ignoro, despierto de madrugada y me levanto a caminar por el patio extenso de mi casa. En algunas ocasiones me he sorprendido mirando al cielo, y quizás sean las luces de colores, la nostalgia del año que acaba, o tal vez los azahares del naranjo, los que avivan mi vigilia.

No sé qué me pasa, pero cuando regreso a la cama, se me vienen a la cabeza los propósitos incumplidos del año que acaba. Me digo; ya está mi subconsciente martirizándome. ¿Para qué planeo cosas cada año nuevo y que no llevaré a cabo?

Tiendo el lecho, lo golpeo para hacerlo confortable y después, cierro cuidadosamente los ojos pensando en que el próximo año, o sea, mañana, no pensaré en ninguna promesa más, que la de dejarme llevar y vivir intensamente. Pero cierto es, que también hay que vivir con algún objetivo o meta.

Ahí toco mi panza y voy a la cocina. Al menos, he de cumplir con el propósito de acabar la caja de mantecados que aún está por la mitad...


Fuente de Cantos, 29 de diciembre de 2023. Imagen libre en la red.



viernes, 22 de diciembre de 2023

Chascarrillo de Navidad

Todas las Navidades ocurre lo mismo...

La cosa comienza con el día 22, que es el sorteo de la lotería de Navidad.

"Oiga, ¿es aquí para las quejas a la Mala Suerte?

-- No señor, lo siento mucho. Aquí es para las Dudas Existenciales. De hecho, creo que no hay sección de la Mala Suerte. Tal vez sí, la sección relacionada con el Destino --

"Vaya, pensé que había algún lugar donde maldecir mi Mala Suerte".

-- No señor, me temo que no. Sin embargo, puede maldecir en distintas secciones; "El día que te conocí", "Para qué me hice caso tuya", o incluso, "Tenía que haber ido en la otra fila, que va más rápido" --

"Pues no, ninguna de esas me vale"

-- De nuevo lo siento. Es que aquí, en la sección de las Dudas, no lo tenemos muy claro. ¿En la quinta planta ha mirado? --

"De allí vengo. Había tres secciones; La de los Nuevos Propósitos, que no abre hasta dentro de 15 días, la de Vuelva Usted Mañana, y la de No Debí Beber Tanto, pero estaba cerrada también"

-- Cierto. Es que esa solo abre los Lunes. Pues lo siento de veras. Ya sabe que en las Navidades, todo esto es un poco caótico. Me temo que, a no ser que tenga alguna Duda sobre la vida, sobre las emociones, incluso sobre la propia magia de la navidad, no podré ayudarle. --

"Pues no, precisamente todo eso lo tengo muy claro. Yo lo único que quería es quejarme sobre mi Mala Suerte"

-- Entonces quizás le venga bien acercarse a la sección del sótano --

"¿Cuál es esa?"

... -- Te lo Cuento, Pero No se Lo Digas a Nadie --


Fuente de Cantos, 22 de diciembre de 2023. Imagen libre en la red.



viernes, 15 de diciembre de 2023

Microrrelato; El reciclaje

Rasgó el sobre, y leyó el resultado;

"El noventa por ciento del personal encuestado, ha confesado que no recicla"

-- Haga lo que crea conveniente --, le dijo el Presidente.

Salieron pedacitos de papel que al arrojarlos por la ventana, volaron como palomitas avergonzadas.


Fuente de Cantos, 15 de diciembre de 2023. Imagen libre en la red.



viernes, 8 de diciembre de 2023

Un sincero acto de bondad...

Conocí a Félix López Wilfido Bosbelí una tarde de noviembre de este 2023. Él, sin embargo, no tenía la más remota idea de quién era yo. El aeropuerto de Honduras acontecía medio solitario, y apenas unos pocos deambulábamos esperando abrieran nuestras puertas de embarques y que un vuelo nos llevaran a nuestro destino. Los aeropuertos, sin saber por qué, siempre me han parecido lugares donde pueden ocurrir cosas bonitas, y no es que lo haya visto en alguna película, si no que yo mismo lo he vivido.

Fueron días intensos en el país hermano de Honduras. Uno sale de su zona de confort por un momento, y si te abres a aceptar todo lo que te venga, a buen seguro algo bueno ocurrirá dentro de ti. Estoy seguro que no me pasa a mi solo, y que cuando sales de casa, te vuelves receptivo a conocer gente, ayudar a otros, ser más tolerante, más empático, a mejorar la buena persona que puedas llevar dentro de ti. 

El estrés, las tensas relaciones profesionales y las pocas horas de descanso, te hacen vulnerable, irascible, irritable y lamentablemente no dejas salir de dentro de ti tu mejor versión. Si te paras a pensar, es así de triste. Vivimos en una espiral fea y desagradable, que nos lleva a convertirnos en alguien egoísta. Casi rozando el ser mala persona... Y ese hecho, sinceramente, puede conmigo.

Estas cosas las piensas con intensidad cuando ves las duras circunstancias de otras realidades. La gente que no tiene nada, que trata de ganarse la vida pasando sed, hambre, frío...y nosotros que lo tenemos todo, nos quejamos de cualquier cosa banal y ridícula, y aún así, solo mirando dentro de nosotros mismos.

Viajar me hace feliz, me enriquece de algún modo, pero principalmente, me hace colocarme en el humilde lugar que me corresponde en esta vida. Con razón dicen que viajar es algo enorme, pero que te hace pequeño. Solo fuera de casa, puede uno conocerse a sí mismo, su verdadero yo. Ver las dificultades de los demás, para sacar de dentro cualquier acto de bondad. 

Como decía, el aeropuerto de Palmerola en Honduras, estaba casi desierto, cosa poco corriente en los últimos tiempos. Y digo esto, porque recorrí la terminal de salida de arriba abajo en numerosas ocasiones. Y no es que estuviera aburrido, sino que necesitaba encontrar con urgencia a alguien cuyo vuelo salía en pocos minutos destino a Guatemala. Acompañado de quienes parecían su mujer y su padre, allí estaba Félix López Wilfido Bosbelí...

¿"Es usted el Señor Félix López Wilfido"?, le pregunté acercándome a él.

Ni siquiera respondió, se me quedó mirando paralizado. Le seguí hablando...

"Tiene usted cara de buena persona. Pero dígame, ¿cómo tenía usted pensado regresar a casa sin su pasaporte y su dinero?"

Tras un largo silencio, pero que iluminó su cara, me contestó;

-- Si señor, soy yo. Félix López Wilfido Bosbelí. --, me dijo aquel tipo, de unos sesenta años, con barba y pelo canosos, con realmente cara de buena persona y también pinta de ser un poco despistado.

"Aquí tiene usted su pasaporte, que encontré tirado por ahí. También puede mirar, que los 300 dólares que llevaba, están todos ahí. Guarde usted cuidado la próxima vez".

Así fue como conocí al Señor Félix López Wilfido Bosbelí, mirando la fotografía de su pasaporte y pesquisando por todo el aeropuerto. Fue entonces que pensé que sería un sincero acto de bondad buscarlo y entregarle lo que es suyo. Tratar que no perdiera su vuelo, que su esposa y su padre no pasaran un mal rato volviendo solos a casa, dejando en tierra al pobre de Félix, que tendría que hacerse un nuevo pasaporte, comprar un nuevo vuelo y seguramente, pasar algún día más en Honduras. 

Fue así, que conocí al bueno del Señor Félix López Wilfido. Sin embargo, ni él ni su familia, llegaron a conocerme a mí. Pero estoy seguro, que ellos, hubieran hecho lo mismo que yo.

Solamente sé, que al girarme de camino a mi sitio, escuché a su esposa decirme en voz alta;

-- Usted sí que es buena persona --

Siempre he pensado, que ¡un sincero acto de bondad, siempre provoca otro!

Imagen de las redes sociales de Félix López Wilfido Bosbelí


Niño vendiendo en las carreteras de Honduras. Fotografía de Jesús Apa.



    

viernes, 1 de diciembre de 2023

Partiendo piedras

Luis Omar es de los tipos más peculiares que he conocido en mucho tiempo. A sus 39 años, no he visto jamás un niño tan pequeño, en el cuerpo de un hombre. Inocente, jovial, risueño..., y con una vida pasada muy dura y que poco a poco fui descubriendo. Hasta el final de nuestro viaje, solo habíamos averiguado de él, que durante la mayor parte de su vida, había trabajado partiendo piedras.

Nuestro recorrido por Honduras nos permitía conocer a muchas personalidades, principalmente alcaldes o representantes que hacían de anfitriones por los distintos municipios. En las muchas presentaciones que tuvimos ante todas las personas o autoridades que íbamos conociendo en los distintos territorios, se presentaba así, con una gran sonrisa en su cara;

"Soy Luis Omar Ferreira, alcalde de la ciudad paraguaya de Tobatí. Apenas llevo dos meses, y estoy aquí para servir a ustedes y a Dios"

Lo cierto y verdad, y así se lo hice saber, que el perfil de alcalde no lo veía en él. Demasiado bueno y con un carácter muy amigable para ocupar un puesto así. Y se lo hice ver varias veces, pero su timidez o que apenas teníamos confianza, lo mantenía en silencio. La semana iba transcurriendo, y aquel tipo ya nos había conquistado a todos con su amabilidad, su bondad, pero sobre todo, demostrando con sus gestos la buenísima persona que había dentro de aquel tipo, en que todos coincidíamos en definir como un niño pequeño metido en el cuerpo de un adulto. 

Así que el último día, ante la curiosidad, y cuando vimos ya el último día que nos habíamos ganado su confianza, decidimos preguntarle por saber más por la historia de su vida...

"Justo al nacer, mi madre me abandonó. Mi padre siempre renegó de mí ya estando mi madre embarazada, así que él le pegaba obligándola a abortar, porque ese niño no era deseado. Al yo nacer, mi madre tuvo que elegir, y lo eligió a él. A mí, me entregó a mis abuelos, que vivían en el campo.

Nada más supe de ella, aunque venía por dos veces al año a la casa de mis abuelos. Una vez por cada cumpleaños de ambos. Sin embargo, por la celebración del día de mi nacimiento, nunca apareció.  

Así fui creciendo, trabajando de sol a sol junto a mi abuelo, y ayudando en lo que podía a mi abuela. Él me enseñó todo lo que hoy soy. Pero por encima de todo, me enseñó todo lo que un hombre puede llegar a conseguir si de verdad sueña con hacerlo.

Mi trabajo principal con mi abuelo, era partir piedras para empedrar las calles de mi pueblo, de Tobatí. En esas duras jornadas de trabajo y sudor, él me decía; un día hijo mío, pisarás sobre las piedras de estas calles siendo el alcalde del pueblo.

Y así, partiendo piedras, yo pensaba en el sueño de mi abuelo, pero desperté de esta ilusión cuando él falleció teniendo yo apenas 14 años. Entonces, mi abuela decidió que teníamos que irnos del campo y mudarnos al pueblo, pues a mi edad apenas si había pisado la escuela. Traté de alternar el partir piedras, con el ir a la escuela. Supongo que mi abuela también tenía sueños para mí, pero a los dos años, ella también falleció.

En la escuela, todos me hicieron bullying, supongo que porque no me integraba o me veían más atrasado que los demás, pero mis sueños eran mucho más fuertes. Así que tras la educación básica, estudié abogacía, y luego periodismo, ya que gran pasión, mi propio sueño, es ser algún día locutor de rodeos de caballos.

Hasta que eso llegue, por lo pronto, desde hace dos meses que soy alcalde, así que ya he conseguido cumplir los sueños de mis abuelos. Aunque os puedo decir, que yo lo que de verdad sé hacer bien, es partir piedras..."

Todos mirábamos atónitos y emocionados por aquellas palabras que he tratado muy brevemente de resumir. Ahí, al menos yo descubrí, que Luis Omar, además de saber partir piedras, acababa de partir los corazones de todos los allí presentes...


Trabajador partiendo piedras en Tobatí, Paraguay, en agosto de 2019. Fotografía de Jesús Apa.


Luis Omar Ferreira, Alcalde de Tobatí. Honduras, noviembre de 2023. Fotografía de Jesús Apa.