viernes, 26 de mayo de 2023

Microrrelato; Las voces

Oír el tarareo de los pájaros en el despertar. Oírlos hasta descubrir cuál de ellos hace del canto, el gorjeo más invencible mostrando al mundo cuán feliz son en ese nuevo amanecer. Es fascinante atender a "sus conversaciones"

También resulta curioso oír el aullido de los perros, oírlos hasta descubrir cuál de ellos alcanza el gemido más desgarrador para mostrar que existen a la vez que defienden su territorio.

Es fascinante escuchar las voces de los animales. Cómo tratan de protagonizar su vida, y que los demás lo sepan.

También hay quien todos los días, solamente quiere escuchar a su Dios. Prefiere estar en silencio, no quiere expresarse, ni hacer ruido, hasta finalmente descubrir cómo es en la alegría y en el desamparo la voz de Dios. Y hayamos sido creyentes en mayor o menor medida, pienso que todos alguna vez hemos necesitado escucharlo. Es místico, pero solamente Él tiene un tono de voz único para cada uno de nosotros, que nos reconforta.

Lo demás, su atroz silencio, ya lo conocemos... suele sonar igual para quien ya no consigue escucharlo.


Fuente de Cantos, 26 de mayo de 2023. Imagen libre en la red.


viernes, 19 de mayo de 2023

Llegar, aunque sea tarde

La cuestión es que nadie más lo sabía. Solamente tú y yo. Te vi ausente, dobladita en tu asiento carnal. Recordé que una vez me dije; "Nada más delicado en mi boca que cuando pronuncio tu nombre" 

No sé si fue ayer que enterré mi cómodo pasado y puse mi atención hacia ti. ¡Ya no habrá nadie más que tú!. Todavía hay una luz que juega con mis sueños, mueve mis pupilas y el iris conserva la forma del corazón. ¡Eres tú! No tengo duda.

Me doy vuelta para irme, o para despertar, y comprendo que lo que nunca llega, duele más que lo que llega tarde...


Fuente de Cantos, 19 de mayo de 2023. Imagen libre en la red.



viernes, 12 de mayo de 2023

Las margaritas

Esta es la historia de unas margaritas que compré, las cuales puse en un florero transparente y las orienté hacia donde vive la persona que amo. Cuento esta historia, porque al mirarlas, creí que sus pétalos decían; "Sí me quiere".

Las compré en una floristería de las afueras, y el señor parecía un poco loco, o es que tal vez, su pasión por las flores desataba un entusiasmo fuera de lo normal. El caso es, que todo sucedió así...;

Al entrar en aquella floristería, sentí en el aire el golpe perfumado del azahar, el frescor de las rosas, también el suave olor del jazmín. Había hermosas gardenias, lirios, jacintos...

"Nada de eso que puede ver, se puede comparar con las margaritas de este lado de la tienda", -- me dijo una voz de quien parecía el dueño de aquella floristería.

Efectivamente, un señor entrado en canas, con un peto de cuero y tijeras en mano, acicalaba un enorme ramo de margaritas. 

-- En verdad, busco otro tipo de flores. Quizás algo típico, como un ramo de rosas --, le dije, mientras me acercaba a él.

"Estas margaritas las cultivan bajo el influjo de la Luna. Pero a su vez, el Sol les llega con el reflejo de varios ríos que se unen en un hermoso valle que está cercado por las montañas. Nevadas en invierno y verdes en verano. Son las mujeres de una vieja tribu indígena, quienes se encargan de cultivarlas. Ten en cuenta que estas margaritas han resistido a tempestades, largas sequías e incluso tormentas de lava volcánica. Es por ello que son fuertes y resisten todo tipo de clima. Son capaces de adornar un gran banquete o el altar más humilde, al igual que llevar mensajes de amor o buenos deseos."    

Sin lugar a dudas, aquel señor estaba empeñado en cambiar mi idea de un ramo de rosas, de gardenias o jacintos, por un sencillo ramo de margaritas...  

"Los pétalos en un principio, son transparentes, después se llenan de palidez y terminan en blanco sideral. El centro de la flor parecería estar en llamas, pero luego sobreviene un amarillo suave que tapiza el resto. Lo grandioso es, cuando uno se asoma a ellas".

En ese momento, bajó sus pesadas lentes para observarme, arqueó sus pobladas cejas y afinando su mirada, continuó;

"Pero he de decirle que las flores ya no son de usted, pertenecen desde este mismo momento, a esa persona a quien ama y que esperaba otro tipo de ramillete."

Me dejó intrigado y empecé a observar mejor el centro de las flores.

"A ellas no les gusta que las miren fijamente; hágalo suave, como si las moviera una brisa fresca."

Acepté el ramo porque desde ese momento, me parecía que eran ciertamente las flores más bonitas que había visto en mi vida. Pagué lo que me pidió por ellas, y antes de salir de la tienda, lo escuché decir a mis espaldas;

"No es fácil entender a las flores, se precisa paciencia y sabiduría, como con todo en la naturaleza. Si dispones de todo eso, estas flores no te decepcionarán. Póngalas en un florero transparente y oriéntelas hacia donde vive la mujer que ama. Y si a estas margaritas sabes escucharlas, verás que al deshojar sus pétalos, siempre va a salir "Sí me quiere"...


Marbella, 12 de mayo de 2023. Imagen libre en la red.


viernes, 5 de mayo de 2023

En la cima de la montaña

En la cima de la montaña, me senté observando la puesta de sol. Media vida me costó escalarla, no sin un gran esfuerzo y perseverancia, valorando cada etapa, teniendo mucho más en cuenta las vivencias complicadas, que las alegres. 

A lo mejor no era la montaña más alta, pero consideraba que ya había subido y escalado lo suficiente. Así que ahí, en su punto más alto, hice una pila de las historias, cuentos y poemas escritos en mi vida. No sé si estaban ordenados por fechas, categorías o por temáticas, pero creí que estaban todos.

Allí estaba el agua marina que se enrollaba al llegar a la arena, y las sirenas brincando sobre la espuma. También los textos sobre las miradas, las risas y lágrimas. Las historias de amor, de tristeza y alegría. La sonrisa de un niño o la soledad de un anciano. Allí también estaban las experiencias trazadas con mi mejor letra posible.

Había textos que hablaban del bailar de los árboles, de la luna sobre las hojas y el río correteando las estrellas. Los besos volaron como palomas antes de que el viento los dispersara. El corazón quería hablarme y yo, estaba dispuesto a escucharlo como nunca. 

Ahí, en la cima de esa montaña, fue que me di cuenta que, aún sabiendo que podía tenerlo todo, siempre iba a faltarme algo.

Bajé con un siglo de edad, pero dispuesto a sonreír por unas nuevas historias, cuentos, poemas, pero sobre todo, por una nueva vida... 


Fuente de Cantos, 5 de mayo de 2023. Monasterio de Tentudía. Imagen de Jesús Apa.