viernes, 28 de febrero de 2020

El temor de un hijo

Él estaba en su habitación, a modo de ensayo y en voz alta, como iba a "leerle la cartilla" a su madre. ¿Qué era eso de no dejarlo ir a la fiesta de su amigo Luis? No era motivo de castigo el hecho de no haber aprobado matemáticas. 

"Con mi edad, con saber sumar y restar, debería ser suficiente"--, se decía a sí mismo mientras daba vueltas en la habitación.

"Ahora mismo voy a explicarle a mi madre, que ya soy un adulto y solo se le castiga a los niños", -- volvía a hablar en voz alta, contradiciéndose con la frase anterior.

Así que, salió muy dispuesto de su cuarto para dirigirse a la habitación contigua, la de su madre. Abrió la puerta y entró furioso, orgulloso, en cólera..., y allí estaba ella, echada en la cama, con los ojos cerrados. Se acercó, y ya de pie a su lado, comenzó a decirle;

"No es de recibo que me sigas imponiendo castigos absurdos. Ya soy mayorcito como para tener que andar dando explicaciones mañana a todos, de por qué no he ido a la fiesta. Todos mis amigos se reirán de mí. ¿Qué es eso de castigar a un adolescente como yo?. Hace tiempo que soy un adulto, ¿me entiendes?", -- seguía replicando mirándola fijamente.

La madre, seguía inerte sobre la cama. Sin moverse, sin pestañear. Como si estuviera metida en un sueño profundo...

"Mamá, te estoy hablando seriamente..¿me escuchas? --, le dijo zarandeándola, pero sin que ella diera en sí lo más mínimo. El miedo se apoderó de él, su gesto se retorció y unas lágrimas incontroladas empezaron a resbalar por sus mejillas.

"¡Mamá!. ¡Mamáaaaaa!. ¿Me estás escuchando?, -- Le gritó fuertemente ahora de forma nerviosa.

Su madre, ya no pudo aguantar la broma. Abrió un ojo, luego otro, primero sonrió pero al ver la cara de su hijo, pero luego una gran carcajada inundó aquella habitación. Él, en cambio, quedó paralizado, en estado de pánico, más luego un gran alivio se apoderó de él. En cualquier caso, entendió que, ante ese tipo de miedo, siempre iba a ser un niño.


Cabeza la Vaca, 28 de febrero de 2020. Imagen libre en la red.


viernes, 21 de febrero de 2020

Dar ejemplo

En estos días he tenido la visita en mi Comarca de periodistas del canal de televisión de la BBC inglesa. Su estancia, que ha durado varios días, era para hacer lo que esperamos que sea un interesante documental sobre la sensibilización y concienciación para con el medio ambiente. Se trataba de ver un poco de todo; sobre cómo vivían nuestras anteriores generaciones sin nada de plástico y otros residuos contaminantes, de cómo aprovechaban todos los recursos, y de ahí, hacer luego una comparación con los jóvenes.

Así, en una de las escenas, una señora de 90 años y madre de un amigo, y con una simpatía desbordante, le explicaba a un joven de 12 años sobre cómo vivían antes con tan pocos recursos. Los utensilios eran de corcho, muchos envases hechos con huesos de animales, otros de porcelana o que, incluso el agua, había que sacarla de los pozos, no salía del grifo.

Además de eso, vivimos y compartimos otras experiencias sobre la cantidad de cosas que al usarlas, generan de forma abusiva y desmesurada residuos de todo tipo difíciles de eliminar. Descubrimos este abuso visitando el mayor centro de reciclaje de la región, quisimos saber la opinión de los jóvenes de cómo ellos, empezarían a cambiar el mundo, y todo ello buscando siempre un optimista intercambio de impresiones dónde la frase protagonista, siempre era la misma; 

"Los que sabemos cómo reciclar y qué hacer, al menos, tenemos que dar ejemplo..."

Lamentablemente, no siempre ocurre así. Por unas razones u otras, con lo fácil que es dar ejemplo, no se pasa el mensaje como se debiera. O no sabemos, o no queremos, o damos mal el ejemplo sin nosotros saberlo. Porque para darlo en condiciones, hay que creérselo y esa, creo que es la clave de todo.

Entonces, claro, me acordé de un cuento para poner un ejemplo...de cómo a veces, si uno no se cree las cosas, es mejor no dar ejemplos...

A propósito de la educación moral de los niños, el Maestro dijo en cierta ocasión:

"Cuando yo era un adolescente, mi padre me previno contra determinados lugares de la ciudad. Recuerdo que me dijo";

- No vayas nunca a un "night-club", hijo mío -

"¿Por qué?", le pregunté yo.

- Porque verías cosas que no debes ver.

Aquello, lógicamente, despertó mi curiosidad. Por eso, en cuanto se me presentó la primera ocasión, entré en un "night-club".

-- ¿Y viste algo que no deberías haber visto? --, le preguntaron los discípulos.

"Ciertamente que sí, - dijo el Maestro -. Vi a mi padre". 



Marbella, 21 de febrero de 2020. Fotografía de Jesús Apa.

viernes, 14 de febrero de 2020

El blanco y negro

A mí me gustaba mucho más el blanco y negro de antes, que el mundo en color de ahora. Podrán ser otros tiempos, tendremos que acostumbrarnos a ello..., de acuerdo, pero es que todo es tan artificial... Y lo peor de todo, es que ha sido de la noche a la mañana, sin avisar. De repente, ayer, vivíamos en nuestro mundo incoloro, y hoy hemos pasado a la vida cromática.

¡No me digas que antes, hasta ayer, no era todo más natural! No había filtros, nada podía retocarse, era todo puro, innato, sencillo y con una transparencia increíble. Adoraba el blanco y negro. No me cansaba de ver esas fotos antiguas, esa enorme caja con una pantalla dónde tenías que adivinar cómo era ese vestido, de qué color era aquella corbata, si ese traje iba a juego con los zapatos...La imaginación estaba viva. 

Pienso que antes, todo eran ventajas, por todo esto que digo y, porque la imaginación, estaba en un continuo entrenamiento. Ahora, con tantos retoques y filtros, ya nada es creíble. Bueno, solo una cosa es cierta, y es que ahora, con este mundo en color, puedo confirmar que tengo los ojos verdes...



Fuente de Cantos, 14 de febrero de 2020. Imagen libre en la red.

viernes, 7 de febrero de 2020

El Gran Circo

¡Y llegó el día esperado por todos!. El Gran Circo ya estaba instalado a las afueras de la ciudad y, cientos de personas se agolpaban a sus puertas. Una inmensa carpa con unos fuertes tensores como vientos, sujetaba los miles de kilos de aquella lona colorida.

"Por favor, hagan fila y pasen por taquilla", gritó una enorme voz que parecía que venía de un megáfono gigante. La gente se estremeció ante aquel torrente de voz, y se colocaron educadamente tal y como había ordenado.

Una vez iban entrando, fueron descubriendo que no había asientos, sino que las gradas, solo te permitían estar de pie, pero ciertamente con un orden apropiado y con suficiente espacio como para tener una clara visión del escenario central de la carpa.

En uno de los laterales, una cortina entreabierta daba a entender que por ahí llegarían los protagonistas del espectáculo, y que éste no tardaría en comenzar, pues la música iba anunciando que algo muy pronto iba a ocurrir. 

Así fue que, detrás de aquellas cortinas, salió el presentador del evento, levantando un gran asombro entre todos los asistentes. Un hombre enorme, gigantesco, que podía medir cerca de los tres metros de altura, se presentó justo en el centro, y pronto pudieron adivinar de quién se trataba; era el mismo que ordenó hacer fila por su torrente de voz.

"Pasen y vean, damas y caballeros, porque ante ustedes, se encuentra el circo más asombroso del mundo", gritó con su enorme vocerío que asustó de nuevo a todos los allí presentes.

Dicho esto, comenzaron a salir detrás de aquella cortina personas de distinto género que, bien eran gigantes tan grandes como él, o bien eran enanos con la estatura más pequeña para una persona jamás vista. Fueron colocándose de a poco en el centro de aquella grandiosa carpa, mirando a su alrededor, asombrados, sorprendidos, con los ojos abiertos de par en par. El murmullo de todos era generalizado, hasta que el enorme presentador volvió a tomar la palabra;

"Ser digno de exhibición, ¿es proeza, ventaja o beneficio? ¿Es maravilla? Juzguen ustedes mismos.
Pero en cualquier caso, tal y como os había prometido... ¡He aquí los medianos!. Los he traído para su exhibición ante ustedes. Y lo mejor de todo, es que les pedimos que nos paguen para que se muestren ante nosotros..."


Fuente de Cantos, a 7 de febrero de 2020. Imagen libre en la red.