viernes, 29 de diciembre de 2023

El último propósito

Todos los últimos días del año, por una razón que ignoro, despierto de madrugada y me levanto a caminar por el patio extenso de mi casa. En algunas ocasiones me he sorprendido mirando al cielo, y quizás sean las luces de colores, la nostalgia del año que acaba, o tal vez los azahares del naranjo, los que avivan mi vigilia.

No sé qué me pasa, pero cuando regreso a la cama, se me vienen a la cabeza los propósitos incumplidos del año que acaba. Me digo; ya está mi subconsciente martirizándome. ¿Para qué planeo cosas cada año nuevo y que no llevaré a cabo?

Tiendo el lecho, lo golpeo para hacerlo confortable y después, cierro cuidadosamente los ojos pensando en que el próximo año, o sea, mañana, no pensaré en ninguna promesa más, que la de dejarme llevar y vivir intensamente. Pero cierto es, que también hay que vivir con algún objetivo o meta.

Ahí toco mi panza y voy a la cocina. Al menos, he de cumplir con el propósito de acabar la caja de mantecados que aún está por la mitad...


Fuente de Cantos, 29 de diciembre de 2023. Imagen libre en la red.



viernes, 22 de diciembre de 2023

Chascarrillo de Navidad

Todas las Navidades ocurre lo mismo...

La cosa comienza con el día 22, que es el sorteo de la lotería de Navidad.

"Oiga, ¿es aquí para las quejas a la Mala Suerte?

-- No señor, lo siento mucho. Aquí es para las Dudas Existenciales. De hecho, creo que no hay sección de la Mala Suerte. Tal vez sí, la sección relacionada con el Destino --

"Vaya, pensé que había algún lugar donde maldecir mi Mala Suerte".

-- No señor, me temo que no. Sin embargo, puede maldecir en distintas secciones; "El día que te conocí", "Para qué me hice caso tuya", o incluso, "Tenía que haber ido en la otra fila, que va más rápido" --

"Pues no, ninguna de esas me vale"

-- De nuevo lo siento. Es que aquí, en la sección de las Dudas, no lo tenemos muy claro. ¿En la quinta planta ha mirado? --

"De allí vengo. Había tres secciones; La de los Nuevos Propósitos, que no abre hasta dentro de 15 días, la de Vuelva Usted Mañana, y la de No Debí Beber Tanto, pero estaba cerrada también"

-- Cierto. Es que esa solo abre los Lunes. Pues lo siento de veras. Ya sabe que en las Navidades, todo esto es un poco caótico. Me temo que, a no ser que tenga alguna Duda sobre la vida, sobre las emociones, incluso sobre la propia magia de la navidad, no podré ayudarle. --

"Pues no, precisamente todo eso lo tengo muy claro. Yo lo único que quería es quejarme sobre mi Mala Suerte"

-- Entonces quizás le venga bien acercarse a la sección del sótano --

"¿Cuál es esa?"

... -- Te lo Cuento, Pero No se Lo Digas a Nadie --


Fuente de Cantos, 22 de diciembre de 2023. Imagen libre en la red.



viernes, 15 de diciembre de 2023

Microrrelato; El reciclaje

Rasgó el sobre, y leyó el resultado;

"El noventa por ciento del personal encuestado, ha confesado que no recicla"

-- Haga lo que crea conveniente --, le dijo el Presidente.

Salieron pedacitos de papel que al arrojarlos por la ventana, volaron como palomitas avergonzadas.


Fuente de Cantos, 15 de diciembre de 2023. Imagen libre en la red.



viernes, 8 de diciembre de 2023

Un sincero acto de bondad...

Conocí a Félix López Wilfido Bosbelí una tarde de noviembre de este 2023. Él, sin embargo, no tenía la más remota idea de quién era yo. El aeropuerto de Honduras acontecía medio solitario, y apenas unos pocos deambulábamos esperando abrieran nuestras puertas de embarques y que un vuelo nos llevaran a nuestro destino. Los aeropuertos, sin saber por qué, siempre me han parecido lugares donde pueden ocurrir cosas bonitas, y no es que lo haya visto en alguna película, si no que yo mismo lo he vivido.

Fueron días intensos en el país hermano de Honduras. Uno sale de su zona de confort por un momento, y si te abres a aceptar todo lo que te venga, a buen seguro algo bueno ocurrirá dentro de ti. Estoy seguro que no me pasa a mi solo, y que cuando sales de casa, te vuelves receptivo a conocer gente, ayudar a otros, ser más tolerante, más empático, a mejorar la buena persona que puedas llevar dentro de ti. 

El estrés, las tensas relaciones profesionales y las pocas horas de descanso, te hacen vulnerable, irascible, irritable y lamentablemente no dejas salir de dentro de ti tu mejor versión. Si te paras a pensar, es así de triste. Vivimos en una espiral fea y desagradable, que nos lleva a convertirnos en alguien egoísta. Casi rozando el ser mala persona... Y ese hecho, sinceramente, puede conmigo.

Estas cosas las piensas con intensidad cuando ves las duras circunstancias de otras realidades. La gente que no tiene nada, que trata de ganarse la vida pasando sed, hambre, frío...y nosotros que lo tenemos todo, nos quejamos de cualquier cosa banal y ridícula, y aún así, solo mirando dentro de nosotros mismos.

Viajar me hace feliz, me enriquece de algún modo, pero principalmente, me hace colocarme en el humilde lugar que me corresponde en esta vida. Con razón dicen que viajar es algo enorme, pero que te hace pequeño. Solo fuera de casa, puede uno conocerse a sí mismo, su verdadero yo. Ver las dificultades de los demás, para sacar de dentro cualquier acto de bondad. 

Como decía, el aeropuerto de Palmerola en Honduras, estaba casi desierto, cosa poco corriente en los últimos tiempos. Y digo esto, porque recorrí la terminal de salida de arriba abajo en numerosas ocasiones. Y no es que estuviera aburrido, sino que necesitaba encontrar con urgencia a alguien cuyo vuelo salía en pocos minutos destino a Guatemala. Acompañado de quienes parecían su mujer y su padre, allí estaba Félix López Wilfido Bosbelí...

¿"Es usted el Señor Félix López Wilfido"?, le pregunté acercándome a él.

Ni siquiera respondió, se me quedó mirando paralizado. Le seguí hablando...

"Tiene usted cara de buena persona. Pero dígame, ¿cómo tenía usted pensado regresar a casa sin su pasaporte y su dinero?"

Tras un largo silencio, pero que iluminó su cara, me contestó;

-- Si señor, soy yo. Félix López Wilfido Bosbelí. --, me dijo aquel tipo, de unos sesenta años, con barba y pelo canosos, con realmente cara de buena persona y también pinta de ser un poco despistado.

"Aquí tiene usted su pasaporte, que encontré tirado por ahí. También puede mirar, que los 300 dólares que llevaba, están todos ahí. Guarde usted cuidado la próxima vez".

Así fue como conocí al Señor Félix López Wilfido Bosbelí, mirando la fotografía de su pasaporte y pesquisando por todo el aeropuerto. Fue entonces que pensé que sería un sincero acto de bondad buscarlo y entregarle lo que es suyo. Tratar que no perdiera su vuelo, que su esposa y su padre no pasaran un mal rato volviendo solos a casa, dejando en tierra al pobre de Félix, que tendría que hacerse un nuevo pasaporte, comprar un nuevo vuelo y seguramente, pasar algún día más en Honduras. 

Fue así, que conocí al bueno del Señor Félix López Wilfido. Sin embargo, ni él ni su familia, llegaron a conocerme a mí. Pero estoy seguro, que ellos, hubieran hecho lo mismo que yo.

Solamente sé, que al girarme de camino a mi sitio, escuché a su esposa decirme en voz alta;

-- Usted sí que es buena persona --

Siempre he pensado, que ¡un sincero acto de bondad, siempre provoca otro!

Imagen de las redes sociales de Félix López Wilfido Bosbelí


Niño vendiendo en las carreteras de Honduras. Fotografía de Jesús Apa.



    

viernes, 1 de diciembre de 2023

Partiendo piedras

Luis Omar es de los tipos más peculiares que he conocido en mucho tiempo. A sus 39 años, no he visto jamás un niño tan pequeño, en el cuerpo de un hombre. Inocente, jovial, risueño..., y con una vida pasada muy dura y que poco a poco fui descubriendo. Hasta el final de nuestro viaje, solo habíamos averiguado de él, que durante la mayor parte de su vida, había trabajado partiendo piedras.

Nuestro recorrido por Honduras nos permitía conocer a muchas personalidades, principalmente alcaldes o representantes que hacían de anfitriones por los distintos municipios. En las muchas presentaciones que tuvimos ante todas las personas o autoridades que íbamos conociendo en los distintos territorios, se presentaba así, con una gran sonrisa en su cara;

"Soy Luis Omar Ferreira, alcalde de la ciudad paraguaya de Tobatí. Apenas llevo dos meses, y estoy aquí para servir a ustedes y a Dios"

Lo cierto y verdad, y así se lo hice saber, que el perfil de alcalde no lo veía en él. Demasiado bueno y con un carácter muy amigable para ocupar un puesto así. Y se lo hice ver varias veces, pero su timidez o que apenas teníamos confianza, lo mantenía en silencio. La semana iba transcurriendo, y aquel tipo ya nos había conquistado a todos con su amabilidad, su bondad, pero sobre todo, demostrando con sus gestos la buenísima persona que había dentro de aquel tipo, en que todos coincidíamos en definir como un niño pequeño metido en el cuerpo de un adulto. 

Así que el último día, ante la curiosidad, y cuando vimos ya el último día que nos habíamos ganado su confianza, decidimos preguntarle por saber más por la historia de su vida...

"Justo al nacer, mi madre me abandonó. Mi padre siempre renegó de mí ya estando mi madre embarazada, así que él le pegaba obligándola a abortar, porque ese niño no era deseado. Al yo nacer, mi madre tuvo que elegir, y lo eligió a él. A mí, me entregó a mis abuelos, que vivían en el campo.

Nada más supe de ella, aunque venía por dos veces al año a la casa de mis abuelos. Una vez por cada cumpleaños de ambos. Sin embargo, por la celebración del día de mi nacimiento, nunca apareció.  

Así fui creciendo, trabajando de sol a sol junto a mi abuelo, y ayudando en lo que podía a mi abuela. Él me enseñó todo lo que hoy soy. Pero por encima de todo, me enseñó todo lo que un hombre puede llegar a conseguir si de verdad sueña con hacerlo.

Mi trabajo principal con mi abuelo, era partir piedras para empedrar las calles de mi pueblo, de Tobatí. En esas duras jornadas de trabajo y sudor, él me decía; un día hijo mío, pisarás sobre las piedras de estas calles siendo el alcalde del pueblo.

Y así, partiendo piedras, yo pensaba en el sueño de mi abuelo, pero desperté de esta ilusión cuando él falleció teniendo yo apenas 14 años. Entonces, mi abuela decidió que teníamos que irnos del campo y mudarnos al pueblo, pues a mi edad apenas si había pisado la escuela. Traté de alternar el partir piedras, con el ir a la escuela. Supongo que mi abuela también tenía sueños para mí, pero a los dos años, ella también falleció.

En la escuela, todos me hicieron bullying, supongo que porque no me integraba o me veían más atrasado que los demás, pero mis sueños eran mucho más fuertes. Así que tras la educación básica, estudié abogacía, y luego periodismo, ya que gran pasión, mi propio sueño, es ser algún día locutor de rodeos de caballos.

Hasta que eso llegue, por lo pronto, desde hace dos meses que soy alcalde, así que ya he conseguido cumplir los sueños de mis abuelos. Aunque os puedo decir, que yo lo que de verdad sé hacer bien, es partir piedras..."

Todos mirábamos atónitos y emocionados por aquellas palabras que he tratado muy brevemente de resumir. Ahí, al menos yo descubrí, que Luis Omar, además de saber partir piedras, acababa de partir los corazones de todos los allí presentes...


Trabajador partiendo piedras en Tobatí, Paraguay, en agosto de 2019. Fotografía de Jesús Apa.


Luis Omar Ferreira, Alcalde de Tobatí. Honduras, noviembre de 2023. Fotografía de Jesús Apa.


 



viernes, 24 de noviembre de 2023

Sobre creer y respetar

Desde hace unos días me encuentro en Honduras, donde estaré trabajando por una semana junto con diferentes delegaciones de otros países de América Latina. En esta ocasión, comparto los días con distintas personas de Uruguay, Paraguay, El Salvador y los propios hondureños. No es la primera vez que vivo este tipo de experiencias en los países hermanos latinos, y lo cierto es, que el aprendizaje que suelo llevarme no tiene precio.

Aunque es la primera vez que visito el país de Honduras, la pasión y admiración que tengo por la gente latina, hace que mi adaptación a sus costumbres sea siempre mucho más fácil. Pero es cierto, que hay tradiciones que no dejan de asombrarme, y me fascina aprender de los distintos puntos de vista con los que se tratan determinadas cosas de la vida cotidiana.

El procedimiento es similar todos los días; una jornada de trabajo en la mañana, por la tarde visitamos algunos municipios donde intercambiamos experiencias y se abre un debate, siempre enriquecedor, y finalizamos con un proceso de conclusiones. El recibimiento, todas las veces, es por demás, pues son gente increíble. Al abrigo de la hospitalidad, compartimos un café, un té, dulces típicos, y con besos y abrazos nos despedimos con el corazón abierto.

Fue en el municipio de Cucuyagua, que estaba en fiesta, donde el recibimiento fue de lo más distinguido. El alcalde y todos los regidores, esperando ansiosos nuestra llegada. Allí había multitud de vecinos, asociaciones, todos ellos gentes de bien que esperaban la visita de sus hermanos latinos. Para mí como español, de no haber venido en numerosas ocasiones a este continente, podrían sorprenderme muchas de sus costumbres, las cuales respeto profundamente, pero siempre hay algo que puede llamar mi atención.

Nos colocamos en nuestros asientos, y frente a nosotros, las distintas autoridades del municipio. Antes de comenzar los discursos, llamaron a un señor que se presentó como D. Ignacio Cortés, Ingeniero jubilado de 65 años, y micrófono en mano, quiso darnos su bendición.

"Agradecido a Dios que os ha traído hasta nosotros, sanos y salvos...., bendito sea Dios, divino salvador, que nos ha permitido conocernos, y etc etc ..." 

Tras un gran discurso seguido de estas gloriosas palabras, comenzó a rezar en voz alta para todos. Y en ese rezo, todas las personas presentes, incluso mis compañeros, cerraron los ojos y en silencio, acompañaban en reflexión aquellas oraciones. Yo, sin embargo, mantuve mi mirada alrededor y fijándome en la actitud de los presentes. Al finalizar, tras unos minutos de oración del señor Cortés, una mujer de mediana edad y presidenta de la asociación de mujeres, que se presentó como Keti, se dirigió a mi;

"He visto que no rezabas. ¿Acaso no crees en Dios?"

El respeto que siento por todas las formas de vida, creo que lo he adquirido viajando. Me ha abierto la mente, me ha llevado a ser empático y eso, a su vez, me ha hecho vivir momentos extraordinarios. De un largo tiempo a esta parte, he dejado de juzgar, de tener prejuicios, he tratado de entender cualquier situación que se me ha pasado por delante, y he querido ver en cada costumbre o hábito, por muy distinto que sea al mío, la mejor forma de vida de esas personas.

Keti me invitó con un gesto que la acompañara a que probara un café, los ricos dulces que hacían y los manjares que nos habían preparado con gran placer. Tras un pequeño momento de servir el café y hablarme de los productos y de quienes lo hacían, vi que no había olvidado su pregunta, y volvió a querer saber;

"¿Y entonces?"

A veces, el no creer lo que los demás, puede llegar a entenderse con no respetar. A veces, podemos encontrar personas extraordinarias, pero que sin embargo, no están acostumbradas a toparse de frente con otros pensamientos. Y en ocasiones, más vale decir algo simple, que tratar de justificar razonamientos personales, que otros nunca llegarían a entender...

-- No sé si creo en Dios, sin embargo, cuando me cruzo con Él, solemos saludarnos... --


Honduras, 24 de noviembre de 2023. Familia llevando un ataúd en su propio vehículo. Fotografía de Jesús Apa.




viernes, 17 de noviembre de 2023

Carta de Navidad

Esta carta ha recibido la Alcaldesa de Fuente de Cantos, firmada por todos los vecinos de la calle. ¿Surtirá efecto?


Estimada Sra Alcaldesa:

Mi nombre es Catarina Aparicio Civeira, y aunque aún ni he cumplido 5 meses de vida, en mi casa, mis padres, me han dicho que me dirija a usted sobre un asunto que concierne a su Ayuntamiento. 

En primer lugar, he de decirle que me encanta el pueblo. Fuente de Cantos es un lugar acogedor, donde las personas vivimos en paz y en armonía, cosa muy importante hoy día. Me han hablado de distintas fiestas que no debo perderme, tales como la Romería, la Chanfaina, los Carnavales…y otras muchas fiestas que generan un punto de encuentro amigable y hermoso.

Y como no, me han hablado de una época del año que se aproxima dentro de poco menos de dos meses, y que según dice todo el mundo (aún no he vivido ese momento), se convierte en algo mágica. Como ya comprenderá, querida alcaldesa, estoy hablando de la Navidad. Además, según me comentan, parece ser que a usted también debe de gustarle, pues el pueblo se viste de gala y se llena de luces y adornos de todo tipo. En la plaza principal suenan villancicos, hay guirnaldas por todas las calles y plazas, los adornos cuelgan de los árboles y, en definitiva, el pueblo se viste con sus mejores galas. 

Cuando estoy en Fuente de Cantos, en la calle donde vivo, hay muchos niños y niñas que dan alegría y alboroto a ésta. Es en la Calle San Isidro, y podemos decir que es una de las entradas principales al municipio donde, además algunos negocios, se encuentra la guardería municipal, y donde diariamente se pueden ver a padres y madres charlar animadamente antes de recoger a sus pequeños. También muy cerca de nuestra propia calle, viven multitud de niños, y hay a pocos metros dos parques donde siempre están jugando.

Pero el motivo de mi carta, no es otro que expresar desde el máximo respecto, la tristeza que he sentido al enterarme que en mi calle y todos esos lindos lugares de alrededor, no se pone ninguna luz de Navidad. Siento decirle que me he quedado muy triste, pues, ¿cómo no existen en mi calle luces ni adornos cuando llega la Navidad? Sé que para una niña de 5 meses puede ser incomprensible, pero según me dicen, también lo es para los mayores que aquí viven.

Desde el primer momento, mis papás me han explicado, que la Navidad es un momento de alegría y, sobre todo, de compartir. Por eso, desde mi inocencia, le pregunto… ¿habría alguna posibilidad de compartir algunas luces o adornos con nosotros?

Creo que sería maravilloso si cada noche, al caminar por la Calle San Isidro, pudiéramos ver las luces parpadeando y sintiéndonos envueltos en la magia de la Navidad. No solo sería emocionante para los niños como yo, sino que también uniría a nuestra comunidad y haría que todos se sintieran más cerca durante esta época tan especial.

Estoy dispuesta a ayudar en lo que pueda para hacer realidad este deseo. Sé que hay muchos vecinos que estarían felices de contribuir de alguna manera, ya sea colgando luces, decorando árboles o participando en cualquier esfuerzo que se requiera. La Navidad es un momento en el que podemos unirnos como comunidad, y creo que esta sería una hermosa forma de hacerlo.

Espero con ansias su respuesta y estoy dispuesta a hablar con otros vecinos para hacer realidad este sueño de tener luces de Navidad en la Calle San Isidro. ¡Gracias por tomarse el tiempo para leer mi carta y considerar mi petición!  

¡Con cariño y emoción por sentir el espíritu de la Navidad por primera vez!

Catarina


Fuente de Cantos, 17 de noviembre de 2023. Fotografía de Jesús Apa.



 

viernes, 10 de noviembre de 2023

El agotamiento

He pasado las últimas semanas en un agotamiento que no había conocido nunca en mi cuerpo. Al contrario que otras veces, que he sentido la necesidad de decir, "¡qué cansado estoy!", he tratado de mantenerlo en secreto dentro de mi interior. Doy por hecho que ha sido aún peor, no expresar o manifestar a alguien, que estaba al límite. Sin embargo, me ha proporcionado un aprendizaje un tanto extraño...

Lo curioso, es que siempre he buscado algo que leer sobre cómo evitar el estrés, el esfuerzo, la fatiga..., pero nunca me había dado por encontrar algo que, una vez ya llegas a ese agotamiento, cómo sacar partido de él. Más que eso, es que, llegado a esa situación crítica de agotamiento, cómo sacar partido de el mismo, a pesar de la contradicción que esto pueda generar.

Así, he dado con un tal Jeff Foster, que tras 25 años de depresión y enfermedad, se embarcó en la búsqueda espiritual de la verdad última de la existencia, ayudando a las personas a descubrir lo que realmente son. Y lo que he encontrado interesante en su lectura, es lo siguiente;

 "¡Hay una gran dignidad en tu agotamiento! No te apresures a asignarle alguna patología o a intentar hacer que desaparezca, pues puede contener una gran inteligencia en su interior e incluso alguna cura, algún remedio que pudieses necesitar.

Amigo mío, has recorrido un largo viaje desde las estrellas. Ahora, inclínate reverencialmente ante tu agotamiento. Deja de luchar contra él.

No hay ninguna vergüenza en admitir que ya no puedes seguir adelante. Incluso los más valientes necesitan descansar.

Porque aún queda por delante todo un viaje, toda una aventura . Y vas a necesitar todas tus fuerzas para emprenderlo.

Ven, siéntate aquí, frente al fuego de la Presencia. Deja que tu cuerpo se relaje. Déjate caer en el silencio de este momento. Olvídate del mañana, no te preocupes por lo que aún te falta por recorrer, sumérgete en la calidez de esta noche.

Todas las grandes aventuras son alimentadas por el descanso.

Tu cansancio es sagrado, amigo mío, y contiene un poder sanador... si tan solo te paras a escucharlo...".

Mi conclusión a todo esto es que, sin de tus peores momentos, no acabas aprendiendo algo más sobre ti, es que ese esfuerzo, no ha merecido la pena...

Marbella, 10 de noviembre de 2023. Imagen libre en la red.


viernes, 3 de noviembre de 2023

Entre el desierto y la montaña

Entre el desierto y la montaña, el cielo es el mismo para todos. Y ahí, donde los de cada bando miran e imploran a diario, ahora solamente pueden verse los destellos de los bombardeos. Las ametralladoras buscan la muerte sin importarles cualquier rastro de inocencia. Luego suele haber un silencio hiriente que ocupa el espacio de las almas.

"Between the desert and the mountain, the sky is the same for everyone. And there, where those from each side look and implore daily, now only the flashes of bombings can be seen. Machine guns seek death without caring about any trace of innocence. Then there is often a piercing silence that fills the space of souls.

Se escuchan sollozos y las lágrimas bañan los pómulos sepias de las mujeres. Gritos de muerte cabalgan en esas tierras de oración y fe. Y entre el desierto y la montaña, en ese mismo cielo, Mahoma y Moisés se miran incrédulos...

Sobs are heard, and tears bathe the sepia cheeks of the women. Cries of death ride through those lands of prayer and faith. And between the desert and the mountain, in that same sky, Muhammad and Moses look at each other in disbelief..."



Marbella, 3 de noviembre de 2023. Imagen libre en la red.

 

viernes, 27 de octubre de 2023

Microcuento; la desconexión

De haber tenido algún contenido, aquel cuento podría haber servido para ilustrar las largas noches de invierno. A buen seguro, sería para todos los públicos, con una fábula o un aprendizaje detrás, pero se trataba de un cuento sin texto, algo así como un paréntesis abierto en mitad de aquella noche lluviosa cuando tomó la palabra el abuelo frente al fuego.

En los último tiempos, no era habitual en él verlo tomar la palabra, o decidirse a deleitarnos con alguna historia pasada, pues de una parte acá, su silencio había sido atronador, justo como el rayo de luz que emitió aquella tormenta, antes de que se decidiera a volver a tomar la palabra;

"Había una vez, en un lugar muy lejano, un..."

Sin embargo, vino la luz y la red wifi conectó de nuevo nuestros teléfonos. El abuelo calló, como lo había hecho en los últimos tiempos, y no hubo manera humana de sacarle una palabra más hasta el final de sus días. 

La conexión, volvió a desconectarnos...


Fuente de Cantos, 27 de octubre de 2023. Imagen libre en la red.


viernes, 20 de octubre de 2023

El aroma del café

Me gusta mucho la gente positiva, optimista, que tratan de afrontar una adversidad de la mejor manera posible. Aquellas personas que procuran buscar siempre una solución e, incluso en los momentos de mayor infortunio, tratan de dar lo mejor de ellos mismos. Y no es cosa fácil pues, la entereza de las personas también va a veces determinado por su entorno, por el momento actual de su vida.

Pensando en cómo podría explicar eso a mi hija, me vino a la cabeza esta hermosa parábola sobre todo eso y el café...;

"Una hija se quejaba a su padre de las dificultades que encontraba en su vida. No sabía cómo seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. Cuando el agua de las tres ollas estaba hirviendo, en una colocó zanahorias, en otra huevos y en la última, granos de café.

Las dejó hervir sin pronunciar palabra. Su hija esperó con impaciencia, preguntándose qué pretendía su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las dispuso en un bol. Sacó los huevos y los colocó en un plato. Finalmente, coló el café y lo puso en una taza. Mirando a su hija le dijo:

—¿Qué ves?

—Zanahorias, huevos y café —fue su respuesta.

Le pidió que se acercara y tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Era un huevo duro. Le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente, la hija preguntó:

—¿Qué significa esto, padre?

Él entonces le explicó que los tres elementos habían sufrido la misma adversidad: el agua hirviendo, pero habían reaccionado de forma distinta. La zanahoria estaba dura antes de llegar a la olla pero después de pasar por el hervor, se había vuelto débil y fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido, pero tras someterse a las altas temperaturas, su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo, eran únicos: después de cocerse, habían dado al agua lo mejor de sí mismos.

—Cuando la adversidad llama a tu puerta —preguntó a su hija— ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando el dolor la toca se vuelve débil y pierde su fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, con un espíritu fluido pero después de una muerte, una separación o un despido te vuelves dura y rígida? Por fuera te ves igual, pero... ¿eres amargada y áspera, con un espíritu y un corazón endurecidos? O ¿eres como un grano de café? El café cambia al agua que hierve, al elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición, el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen mal, harás que las cosas a tu alrededor mejoren".


Fuente de Cantos, 20 de octubre de 2023. Imagen libre en la red.


viernes, 13 de octubre de 2023

Sobre el dolor

El dolor se presenta ante nosotros durante toda nuestra vida y de muchas maneras diferentes. Tratamos a toda costa de evitarlo, pero no siempre es posible. A estas alturas, posiblemente todo el mundo conoce las diferentes formas de dolor y cómo afrontarlas. Pero al cabo de los años, hay nuevos dolores que se manifiestan y que no sabíamos que pudieran hacerlo de una forma tan intensa. Y esto a lo que me refiero, lo he sentido precisamente hoy...

Antes de nada, diferenciar distintos tipos, y dejar constancia que el dolor físico, suele ser el más olvidadizo con el paso del tiempo. Sabemos cómo es un dolor de muelas, pero tenemos que pensarlo mucho para recordar aquella vez que lo sufrimos. El dolor que nos produjo aquella caída en la bicicleta; el que recibimos con un golpe fortuito e inesperado y que nos abrió la ceja y quedó su cicatriz. O el dolor desesperante de cabeza que hemos sentido en alguna resaca.

Está el dolor que no es físico, y que normalmente perdura más en el tiempo. El mayor dolor, por supuesto, es por la pérdida de un ser querido. Se manifiesta en una tristeza irreparable, insostenible, que nada ni nadie puede remediar, al menos por un largo tiempo. El dolor de  una decepción, suele quedar en nuestro interior también por mucho tiempo, aún perdonando. O el dolor de una frustración, después de sufrir para intentar conseguir algo, y darte de lleno con el fracaso.

Dentro de este dolor no físico, también está el que recibimos por un desamor, aunque pienso que nada tiene que ver con lo expresado anteriormente. Aunque un fracaso amoroso tiene su angustia, es la forma dolorosa menos duradera que existe. Porque, aunque lleva consigo una parte de decepción, de frustración o fracaso, suele curarse con una nueva ilusión. Por muy doloroso que haya sido, pienso que puede asemejarse a ir por un campo de minas; a pesar del riesgo, hay quien prefiere saltar por los aires a estar soltero.

Pero esta mañana he sentido un dolor agudo que desconocía por el momento; ha sido al ver sufrir a mi hija. Por mucho dolor que haya sufrido anteriormente en mi vida, éste ha sido totalmente nuevo y punzante para mi. Inmediatamente he sentido un gran sentimiento de protección, más si cabe, del que de forma natural, adquiere un padre para con sus hijos.

Ha sido entonces, cuando he entendido eso que dicen que, "somos el dolor, que hemos decidido curar..."


Marbella, 13 de octubre de 2023. Imagen libre en la red.



 

viernes, 6 de octubre de 2023

El infierno

Despertó mirando hacia arriba y abriendo los ojos como hacen las muñecas de trapo. Llevó su mano a la bolsa de la camisa para tocar la cajetilla de cigarros, y percibió un olor a pompas de jabón; una melodía de chelos y violines llegaba de lejos.

Condujo sus manos a la cara, palpó su cabeza, y tuvo plena conciencia de que la barba y su coleta habían desaparecido. Incluso se sentía limpio, sin olor al alcohol agrio de la noche anterior. Miró la blancura de las paredes, la perfecta disposición simétrica de los objetos y a través de la ventana había un cielo moteado de nubes; un pasto mullido que serpeaba bajo los árboles y que invitaba a la meditación.

No era su acomodo, así que cerró los ojos, apretó la cabeza desesperado y comenzó a gritar. 

¡Qué mierda de lugar es éste. Que alguien diga algo. Quiten el silencio y que vuelvan a sonar los bullicios, las copas, la gente del bar; la música heavy y rock....! De lo contrario, prefiero morir!

-- Estás muerto --, dijo una potente voz.

"Entonces, ¡mándame al infierno!.

-- En el estás. En la muerte, al igual que en la vida, no todo es como parece... --


Fuente de Cantos, 6 de octubre de 2023. Imagen libre en la red.


viernes, 29 de septiembre de 2023

Microrrelato; amarga despedida

Conocí a Luis Ramón cuando apenas mudé mis dientes. Un tipo serio y discreto, pero con una inteligencia y sentido del humor al alcance de pocos. Cuando en mi adolescencia salí del pueblo, pensé que no dejaría nada atrás que fuera a echar de menos, excepto a Luis Ramón. 

Cada vez que volvía en verano, no dudaba en ir a visitarlo a la discreta casa que tenía a los pies de la loma. Nos saludábamos de forma cortés, sin excesivos cariños, más que tocando la punta de nuestros dedos. Ahí sentados, en el quicio de la puerta, degustaba con él todas las tardes de una agradable conversación y un café amargo. Era un tipo que vivía como quería, trabajaba en lo que deseaba y lo hacía con pasión, y nunca jamás lo escuché quejarse por algo.

"El café debe ser acre, amargo, solo así podrás aprender a degustarlo pausadamente", me decía ante mis quejas por aquel fuerte sabor, al que nunca llegué a acostumbrarme.

Como decía, mi retorno al pueblo, siempre era en verano, pero ese invierno, tuve que hacer una excepción. Esa mañana entraban y salían de la casa del anciano amigos y familiares. Escuché que deseaba despedirse de sus amigos porque mañana por la tarde moriría.

Lo encontré sonriendo, limpia la mirada y con su mejor traje, negro e impoluto. El olor de los enfermos terminales es evidente. La muerte se huele; yo no la olía. Estaba recostado sobre una almohada. Lo saludé a su usanza: tocando la punta de sus dedos con los míos. No sabía qué decirle y él fue quien rompió el silencio. Me miró sereno y me dijo:

"Voy a morir. Lo tengo previsto. Ya he mandado donar todas mis pertenencias. Me iré limpio del corazón y de la conciencia, el padre ya me confesó".

—No te vas a morir — le respondí.

Lo veía tranquilo. No tenía signos atrevidos de enfermedad.

"Así está dispuesto. Ya sé en qué lugar quedaré. Escogí en lo alto de la loma, para que mire hacia mi casa".

El cementerio tenía una parte en la loma. Desde allí, su casa era visible.

—No te vas a morir, no todo sale como uno piensa. Verás que mañana tomaremos café y retomaremos nuestra última charla. — Y me despedí con respeto, pero con un miedo terrible.

Nunca supe qué sucedió. El anciano habló de la muerte como si fuese parte de la vida, como decir mañana haré esto y lo otro. Cierto, murió en la madrugada, claro de conciencia, con su traje impoluto, con un adiós pendiente, y está enterrado en la loma, mirando hacia su casa a la que volverá cada año.

Y yo, me siento un cobarde, por evitar una amarga despedida, tanto más, que aquellos cafés...


Fuente de Cantos, 29 de septiembre de 2023. Imagen libre en la red.



 

viernes, 22 de septiembre de 2023

Saber escuchar

Hoy en día, es admirable que te dirijas a alguien, le hables para contarle algo, más o menos importante, y encuentres que tu receptor te escucha con total atención. Sin desviar la mirada a otro asunto, o a su teléfono móvil, o sin dejar la mente en blanco haciendo que te atiende. Definitivamente, me gustan mucho las personas que saben escuchar. 

En estos días, en España, hay una gran polémica sobre el uso de distintos dialectos en la cámara de los diputados. Es más que conocido, que el idioma Español o Castellano, es una de las lenguas más habladas y leídas en el mundo. El Español es procedente del latín, y también es cierto que a lo largo de la historia, ha sufrido muchas variantes, sobre todo en su vocabulario, y principalmente en zonas rurales de España y en los países de América Latina. A la misma cosa, podemos referirnos con muy distintas palabras y todas quieren decir lo mismo.

Hablar idiomas abre tus expectativas de conocer otras culturas, otras gentes. Te da la posibilidad de perder el miedo a explorar lugares desconocidos, y en cierta medida, te da mucha más seguridad a la hora de querer descubrir otros lugares. Admiro y tengo envidia sana por las personas que hablan varios idiomas, porque sé de su dificultad, así como el trabajo y esfuerzo que les llevó conseguirlo.

Pero como decía, en España ha suscitado una gran polémica la posibilidad de, a través de una Ley, que los representantes de las distintas comunidades de nuestro país, puedan expresarse en el púlpito en el dialecto de su tierra natal, que aunque a todos los efectos el lugar donde nacieron pertenece al Estado Español, históricamente han aprendido la lengua del lugar. Valgan los ejemplos del dialecto Catalán, el Euskera del País Vasco o el Gallego. Y para que esto pueda suceder y todos los españoles puedan entender lo que dicen esos políticos desde el estrado, pues han montado un gran dispositivo de traductores simultáneos. 

O sea, los diputados de Cataluña, quieren dirigirse a todos los miembros de la Cámara, lo hacen en catalán y no en castellano, (pues ya se lo permite la Ley), pero como la mayor parte de los diputados y los ciudadanos de a pie no entienden lo que dicen, han de poner traductores. Los lectores de este texto y que sean de otro país distinto a España, muy posiblemente piensen, que nuestros políticos han perdido el juicio, o que estamos gobernados por descerebrados. Y realmente, yo pienso igual...

Es más, ha habido algún político, que en su turno de palabra, ha subido a la palestra, y se ha dirigido al resto en los distintos dialectos de nuestro país, en un alarde de vanidad políglota y de querer demostrar que sabe hablar en las diferentes lenguas que coexisten en España. ¡"Hasta sabía decir buenos días en 8 lenguas"!

Y yo sigo pensando, al igual que he dicho antes, que admiro y valoro a aquellos que saben hablar varios idiomas. Pero lo digo en el sentido de que sentiré fascinación por esa persona, porque va a poder escuchar mucho, que a veces, es más importante que andar diciendo.

Porque, ¿no es puro egocentrismo aprender 8 lenguas y no tener nada que decir?...

Fuente de Cantos, a 22 de septiembre de 2023. Imagen libre en la red.



viernes, 15 de septiembre de 2023

El cuento del mono Chicco

Como todos los días, nada más despertar, la pequeña llamaba a su monito Chico. El macaco, siempre dispuesto, nada más escuchar a la niña iba a su encuentro y subía a su hombro. Se desplazaba por su cuello y le daba besitos tronadores; ella se estremecía y sonreía feliz y el monito, se sentía dichoso.

Desde pequeñito le habían cortado la cola para que desconociera el placer de saltar de árbol en árbol. Sin embargo, de madrugada, sentía la pesadumbre de no poder hacer lo mismo que otros macacos, y amagaba con intentos de trepar a cualquier árbol y sentir de cerca el cielo.

Un día, la luna mágica de septiembre y que dice adiós al verano, hizo crecer su colita y lanzó un grito de "quiero volar". Chico estiró los brazos, abrió sus piernas y se impulsó con su cola trepando de árbol en árbol con una habilidad inusitada. Planeó por las ramas del cedro y la humedad del viento lo llenó de libertad. A lo lejos se oía el berreo del alce y el ulular de la lechuza, que lloraban su marcha.

Por la mañana, Chico comía alegremente las frutas del viejo nogal posado sobre su nueva cola. Salió con las primeras luces para perderse entre los olores del bosque y la altura de los cedros. Su curiosidad lo quiso mover más lejos, y cuando iba hacia los riscos de la montaña, sintió de pronto una mezcla de coraje e inquietud que le hizo no dudar en regresar a su morada.

No podía aceptar que otro mono le diera los besos a su ama y que ella rascara otra cabeza que no fuese la suya, azulada y fiel. En su encuentro, también con el alce y la coruja, ambos sonrieron, y entendieron que en tan solo un día, habían conocido la "saudade". 


Fuente de Cantos, 15 de septiembre de 2023. Fotografía de Helena Rocha.


viernes, 8 de septiembre de 2023

Septiembre

"Se han detenido sobre nosotros nubes oscuras, cargadas de agua. Mamá saca las macetas al patio, mete la ropa, cubre las sillas y abre de par en par las ventanas. Apaga todas las luces y el televisor, enciende una vela y pone la radio de donde sale una voz tenue que cuenta historias. 

En el patio, las gallinas buscan la sombra del limonero, y el perro se ha enroscado en un rincón mirando de reojo al cielo. Empezó a moverse la enorme buganvilla y los tordos gritan buscando cobijo. Las golondrinas bajan su vuelo y tratan de asentarse bajo las cornisas del tejado. Ya no está el camino de las hormigas. El olor a tierra mojada no tarda en aparecer y mi madre, baja las escaleras con la primera ropa de abrigo que ponerme.

Todo se ha oscurecido y el aire fresco entra por la ventana agitando la llama de la vela. El silencio solo es llenado por el hilo de voz que sale melodioso por la radio. Ya se ven los hilos de agua por el acerado. Por la noche croarán las ranas y mañana llegarán las mariposas amarillas en fila militar."

Así era antes septiembre. Hoy, ya no queda casi nada de él... 



Cabeza la Vaca, 8 de septiembre de 2023. Fotografía de Jesús Apa.




viernes, 1 de septiembre de 2023

Gente desconocida

Cada cierto tiempo, y por circunstancias laborales, llegan distintas personas a mi vida y con las cuales, en la mayoría de los casos, jamás había coincidido. Ocupan los espacios laborales de otros que ya estaban, y estos nuevos, todos ellos desconocidos, comienzan a formar parte de mi día a día. Los que ya se fueron, en muchas ocasiones, tardo una eternidad en volver a encontrármelos, o en otros casos, desaparecen de mi entorno o bien fallecen.

Esa gente nueva, podría decirse, que es una de las partes más interesante de mi trabajo, gente nueva con las que tengo que escuchar o dialogar sobre temas de distinta índole. Y todas esas personas, sin excepción, vienen a enseñarme algo, incluso siendo, quizás durante bastante tiempo, totalmente anónimas. Y es que las personas desconocidas, siempre han despertado mi interés.

Hace unos días asistí al funeral de alguien con el que compartía una parcela de mi trabajo. Era una persona que justo acababa de jubilarse y era muy conocida en el pueblo, y que a través de su profesión, abarcaba muchos municipios de mi Comarca. Al funeral, por lo tanto, vinieron personas que tanto los familiares como yo mismo, desconocíamos, o que en algún momento los había visto pero que ya no los recordaba. Personas forasteras que trataban de quedar en un segundo plano, pero que a su vez, llamaban la atención solo por el hecho de ser alguien extraña.

Imaginé la relación de estos extraños con el difunto. Igual ese vínculo, solo lo conocían entre ellos y no tenían ningún otro amigo en común. Igual eran muy amigos y confidentes, pero pocas personas lo sabían. Para mi, eran extraños, pero igual con el fallecido, tenían sus propios secretos y confidencias.

Fue entonces, que recordé una historia que leí hace poco tiempo, y que venía a hablar más o menos de la situación vivida en ese funeral. Guardé el texto porque me parece interesante. De manera resumida, viene a decir algo así;

"En todos los entierros hay un desconocido, alguien de aire grave en quien nadie se fija demasiado, que no es de la familia y permanece todo el tiempo con las manos atrás. Siempre me había preguntado por estos seres, de dónde salían, cuál sería su vida. En los viejos álbumes de fotos de la casa de Teresa los encontré a todos retratados, uno por uno, adheridos a aquellas páginas negras. Muchas veces iba a verla. Yo era joven, ella no. Y además estaba enferma, pero su pelo olía siempre a pétalos morados y la casa entera tenía el perfume de los libros salvados de un incendio. Todo ese verano fue mi oasis de sombra. Nos acostábamos en una alcoba oscura y luego ella preparaba café. Me gustaba ir allí, era todo tan secreto... Por las ventanas, a través de una maraña de ramas muertas, podía divisarse toda una posguerra detenida. Apenas hablaba, y en cambio me enseñaba tesoros que escondía en los cajones de sus mil armarios: óleos diminutos, soldados de oro, azucareros chinos, pero sobre todo aquellas fotografías de desconocidos.

Era todo tan secreto que cuando murió nadie pudo decirme nada, y una tarde en que fui a verla a principios del otoño me encontré en el patio de la casa con una mesita de faldas negras llena de condolencias y tarjetas de visita con una esquina doblada. Me esforcé en sentir dolor, pero la sorpresa y el deseo reventado como un globo pesaban de momento mucho más.

Tras dudar un poco, decidí subir al velatorio. Quise ser el desconocido de turno en ese entierro, quizá porque estuve seguro de repente que, de ese modo, por un extraño mecanismo que nunca perseguí entender, mi imagen pasaría a formar parte de aquellos álbumes oscuros en la estantería de la sala, como una mariposa muerta. Y mi alma entonces, o algo parecido, se quedaría a descansar para siempre cerca de la alcoba, en aquella penumbra fresca con olor a agua de rosas.

A veces notaba cómo alguno de los familiares de Teresa me miraba de reojo, pero nadie se decidió a hacerme preguntas, de manera que toda la tarde pude permanecer allí, como un centinela que guarda los restos de un general acribillado, con aire grave, los ojos llorosos..., las manos atrás".


Marbella, 1 de septiembre de 2023. Imagen libre en la red.





viernes, 25 de agosto de 2023

La tribu

Cuando contaba con más de cuarenta inviernos, a lo mejor no me importaba si el próximo que llegaba, era el último. Pensamientos individualistas, como si de un superviviente se tratara, o como si fuera miembro de una tribu o un clan en la prehistoria. Pongamos el caso, y que así lo era...

"En mi tribu era el jefe por ser el de mayor edad, y también aceptaba mi responsabilidad para con ellos. Era conocedor que cada vez nacen menos, y cada vez enterramos más... Los hijos del clan ya no juegan entre ellos. Las mujeres ya no quieren amamantar y los hombres, caminan cabizbajos y abatidos. Apenas tienen energía para cortar leña y el frío invernal es demoledor.

Debe ser porque el valle, que antes era verde y frondoso, hoy es marchito y desértico. El agua escasea, y la poca comida, la disputamos con otras tribus y otros animales. Nuestro clan, ya sin fuerzas, podría estar al borde de la desaparición. Si ordenara rodear la montaña y salir de caza, sería apresurar la muerte de muchos de ellos. El hielo y los lobos, tienen dientes de sable, y mi motivación es blanda como la espuma del agua. 

En mis salidas para buscar alimentos y encaminadas a mi propia supervivencia, he encontrado sola y herida a una hermosa mujer de otra tribu. He decidido mostrarle bondad y darle cobijo en un lugar junto a mi, al fondo de la cueva. En cuanto cure sus lesiones, le pediré que abandone el clan.

Entre tanto, necesitaré más leña para avivar el fuego, además de otra boca que alimentar. Llamé a cuatro hombres que aún conservan la habilidad y la destreza. Les hice ver mi plan y entendieron que el fin sería pronto, si no uníamos nuestras mermadas fuerzas buscando un cambio extraordinario.

Acababan de llegar al valle una manada de bisontes. A dos de los hombres les dije que esperaran al acecho al otro lado del río, y los otros dos, vendrían conmigo. En la batida buscaríamos al bisonte más débil de todos. Ningún animal nos teme, por lo que no desconfiaron. Con sigilo apartamos dos pequeños del rebaño, nos tiramos a sus patas y conseguimos sacrificarlos antes que el resto de la manada viniera en su ayuda. 

Tomé las pieles para abrigar a la mujer que decidí curar y dar cobijo en aquella fría y oscura cueva. Hubo comida para varias semanas, volví a ver cierta sonrisa en los niños, las mujeres charlaban alrededor del fuego, y los hombres estaban más animados y dispuestos a volver a salir a cazar.

Años más tarde de aquel duro invierno, han venido otros más, pero puedo decir que muchos mejores que aquel del que os he hablado. Ya han nacido nuevos niños y niñas. Una de ellas, fruto de mis agradables noches en la cueva, al amparo del fuego y alrededor de la mujer a la que curé. 

El ulular del viento anuncia la Epifanía de las heladas. Hemos reunido suficiente leña, y la cueva se ha hecho tibia. Ahora puedo ver el sol en nuestros ojos y en su brillo, vive un prometedor futuro.

Los rebaños no nos temen, pero ya nos miran con recelo. Además, ahora me sobran los motivos para alimentar a mi familia." 

Tres mil años más tarde, es la vida misma...


Cabeza la Vaca, 25 de agosto de 2023. Imagen libre en la red.





viernes, 18 de agosto de 2023

El cuento de la lechuza sabia

Habíamos caído en la cuenta de que, lo que más le gustaba a la bebé, era jugar con la lechuza de color rosa. Era despertarse, e ir en busca de ella. Aunque la pequeña apenas tenía dos meses, había avanzado en sus gestos de una forma desproporcionada. Atendía con la mirada, gesticulaba con las manos, e incluso nos pareció que articulaba alguna que otra palabra. 

Había muchos más animales a su alrededor; la cebra, la jirafa, el macaco..., pero solo tenía predilección con aquella coruja. La agarraba para sí, y parecía como si entablase una conversación con ella. De hecho, ¡aún creemos que de verdad ocurría!

Pero también nos dimos cuenta, que cuando la pequeña despertaba en la noche, era imposible encontrar a la lechuza. Buscábamos por todos lados, pero ni rastro. En esas noches de llanto, tenía que conformarse abrazando al macaco, a la jirafa o al elefante.

Fue al cabo del poco tiempo, mientras la niña siguió avanzando de forma prematura su raciocinio, que nos dimos cuenta que la lechuza, para llegar a su enorme sapiencia, tenía que comer todas las noches un ratón de biblioteca!! 


Marbella, 18 de agosto de 2023. Fotografía de Jesús Apa.


viernes, 11 de agosto de 2023

Clic

Hay un murmuro cuando el ave posa sus patas sobre la frágil rama y ésta, hace un traqueteo con la intención de quebrarse. Nadie lo advierte, ni el mismo pájaro que por reflejo extiende sus alas, pero ese "clic", forma parte de su vida. Como tantos otros de ese tipo de detalles hay en la nuestra propia.

Todos los días en la vida de cada quien, se tiene y percibe el breve clic. Pueden ser casi fugaces, como el barro que desprende olores de tierra mojada y, luego, huye con el viento. Pero también, pequeños detalles que pueden pasar por alto pero tienen una gran potencia; esos gestos, como una sonrisa, una mirada efímera e indiferente, un pestañeo, el beso que se hizo rutina, o un latido de más que tenemos en algún minuto del día.

Si prestas suficiente atención, puedes incluso llegar a contarlos, pero ya te adelanto que eso no es sano. Los mejores "clics", son los que se presentan de forma natural o aquellos que tienen algo novedoso. Pero del mismo modo, también hay "clics" que conviene no acostumbrarse a ellos. El chispazo de una ausencia, el golpe de un olvido, o la falta de tiempo que ahora se llama prisa.

Es con la ausencia de esa urgencia, que he conseguido llegar a percibir momentos de un gran valor. Solo busco esos "clics", esos pequeños detalles que me llevan a valorar de la mejor forma los flechazos de la felicidad. Cuando esto ocurre, los detalles minúsculos se hacen visibles y el más mínimo gesto de amor, ocupa todo el espacio. Son esos "clics", lo que despiertan nuestro interior y nos hace, al igual que ese pájaro, extender las alas esperando que algo maravilloso ocurra... 


Fuente de Cantos, 11 de agosto de 2023. Imagen libre en la red.


viernes, 4 de agosto de 2023

Cada quién, con su fe

Es curioso que ahora, no quiero que pase el tiempo tan deprisa, que es cómo nos tiene acostumbrado a hacerlo. La vida no se mueve, pero sigue. Y ahora es cuando te das cuenta que el tiempo es oro, porque de repente, aparecen prioridades en tu vida, que de manera incuestionable centran toda tu atención. Depositas en ello todo tu amor, toda tu confianza, incluso, toda tu fe, si es que te queda algo de ella. 

Con eso reflexionaba estos días, máxime cuando Helena me dijo que quería bautizar a Catarina en el mar, tener un momento a solas con ella, y también supongo que igual necesitaba compartir sus propias confidencias. Obviamente, a mí me pareció bien, sobre todo, porque mi mujer es una enamorada del mar. Necesita ese contacto y por eso es una de las razones por las que quiere vivir cerca de él.

Yo la acompañé pero quería respetar el momento de ambas, aunque en la distancia, iba observando el ritual de madre e hija. Un paseo por la orilla, miradas entre ellas, observar el horizonte..., y al poco, Catarina en brazos de su madre, probó por primera vez en su piel el agua salada del Mediterráneo. Y fue un gesto sencillo, pero no por ello poco emocionante.

Tomé varias fotos sobre los distintos detalles de ese "bautizo particular", y Helena eligió una de las instantáneas donde ambas, en la orilla del mar, mojaban sus pies. Dicha fotografía la utilizó en alguna red social y haciendo referencia a ese "bautizo", tuvo diferentes comentarios de cariño, como no, pero el que más acertó por el sentido que tenía aquel momento, fue el de Otavio, padre de Helena, que escribió; "Cada quien, con su fe".

Y es justo así, que las personas depositamos nuestras creencias en algo, en alguien, sin importar si eso es lo normal para el resto de la gente. Y de esta forma he descubierto, que la fe tiene un poder sobre nosotros, que no podemos llegar a imaginar. Pero tampoco, una vez que llega, podemos llegar a cuestionar.

He pasado media vida en una rutina que pensaba era lo mejor de valga la redundancia, mi propia vida... No existía nada mejor que mi presente. ¡¡ Y cuán equivocado estaba!!. 

Al final, uno se encuentra fastidiado porque la tarde pasa sin pena ni gloria. Con risas monótonas, pero también con bostezos. Sintiendo que la vida avanza, aunque no se mueva. Y eso, por mucho que nos acostumbremos a ello, no es un buen tipo de vida, pues no hay nada con suficiente fuerza, por la que quieras vivir. 

Me sorprendió el gran detalle de Helena con su hija. Con nuestra hija. No sé si lo tenía pensado o programado desde hace tiempo, o fue algo instintivo y del momento, pero lo cierto y verdad, es que me llegó el mensaje de que tengo que vivir otra etapa, otros tiempos, pues llegarán distintos sentimientos muy desconocidos. Y así lo afronto, pensando que ahora tengo lo mejor que me ha pasado en la vida, con otros horizontes, con una única y gran motivación. ¿Sabéis eso de que hay tantos profetas como creencias? 

Yo estoy seguro, que Catarina tendrá el poder de hacerme crecer, de levantarme cuando caiga, de curar todas y cada una de mis heridas. De calmar mi ansiedad, de sacar a relucir mi sonrisa, de desplegar mis alas. ¡Hasta podría hacer abrir las profundas aguas del mar!. 

Ya hay algo, alguien muy poderoso en lo cual creer. Y también hará lo mismo con su madre, o más bien, ya lo está haciendo. 

Pero en mi caso, ella es mi profeta. Y así la veía sumergiendo sus piernitas en las aguas del mar. "Ahí está mi Dios, mi Moisés, mi razón de vivir...", hablaba para mí.

Pero ya no me da miedo decirlo, anunciar que vuelvo a creer, porque lo hago, al fin, con alguien real. Y si existe alguna persona que lo ponga en duda, no habrá mejor contestación que la de mi querido suegro; "Cada quien, con su fe..."

PD: Si aún no tienes alguien o algo que ocupe toda tu fe, vas a tener que buscarlo...




Marbella, 4 de agosto de 2023. Fotografía de Jesús Apa.




  


viernes, 28 de julio de 2023

Microrrelato; El abuelo

El la agonía del abuelo, le dice al nieto;

"Ahora que no está tu abuela, echa en la caja mi mejor whisky"

-- Que va abuelo, allí arriba seguro que hay cantinas --

"Que no se olvide el tabaco"

-- Allí no se podrá fumar... --

"Lo que si viene conmigo, es mi frasco de pastillas azules, no sea que me tope con alguna de las diez mil vírgenes que viven en el cielo. Échalo en la caja rápido, que si se entera tu abuela, es capaz de venirse conmigo..."


Marbella, 28 de julio de 2023. Imagen libre en la red.