viernes, 30 de octubre de 2015

Otoño en el corazón

Me resultaba extraña tanta apatía, tanto desgano y tan largo silencio. Y conocedor de que el silencio es señal de reflexión, la paciencia es símbolo de respeto, pero también es cierto que la perpetuidad está asociada a la somnolencia y el letargo, me propuse a hablar con él. Porque si dicen que los corazones hablan, tengo que pensar que también escuchan. Si cuentan que los corazones sienten, cabe dar por hecho que también reaccionan. Y si resulta ser tan cierto que los corazones que lloran, es porque en otras ocasiones rieron, y puesto que no hay mal que cien años dure, nadie muere por amor, pero tampoco hay que vivir por y para él de manera gratuita. 

Así que era necesario dirigirme a él y hablarle, preguntarle, qué es lo que le estaba ocurriendo para tener esa desconfianza y esa falta de ilusión. Y le pregunté, con la intención de hacerle entrar en razón, pues siempre se llevó mal con el raciocinio....¿Qué te ocurre Corazón?. ¿Acaso has dejado de saber qué gran significado tienes?...

--¿Es que acaso no lo sabes?, me dijo él tajantemente. ¿Acaso no conoces mi cansancio?. Es siempre lo mismo, pero con distinta voz. Llega alguien, y no para de decirte que eres tú, y tú y tú el elegido, hasta en cualquier idioma para que lo entiendas. Que todo será de color de rosa; una rosa que jamás marchitará. Que jamás habrá llantos, y grabarán nuestros nombres en el árbol más hermoso como señal de lealtad y fidelidad. Pero luego, vuelven a romperte, y todo queda en nada. Vuelve el llanto y las rosas amustian. Y estoy cansado, decepcionado y desilusionado. Vivo en un Otoño permanente, donde veo como el árbol se deshoja y la rosa muere, y donde no quiero avanzar, prefiriendo estar en este sufrimiento, conocedor que tras el Otoño, se encuentra el Invierno, aún peor si cabe. Prefiero quedarme así, no tentaré a la suerte pensando que algo mejor me espera.--

Entendí que debía actuar, pues un corazón triste es un corazón insensible, y éste, debería volver a sentirse dichoso y percibir los sentimientos más puros y lindos, que solamente un corazón conoce...

"Amigo Corazón, me resulta extraño, que tú que das vida a las personas, no sepas como funciona ésta. Cómo desconoces, que tras un periodo de sufrimiento, vendrá alegría y júbilo. Que recomponerse viene incluido en la propia vida, que levantarse forma parte de la caída, y que el desamor, valga así decirlo, forma parte del propio amor. Igual que para ser grande, primero tienes que aprender a ser pequeño, para saber en qué consiste el sufrimiento, habrás de sentirlo y formará parte de tu aprendizaje. 

Un corazón que no sufre, es que no ha vivido; sentirás dolor, y éste será inevitable, pero sufrir en exceso será opcional. Bastará con que conozcas ese sentimiento, y que seas consciente que te acompañará en toda tu vida. Pero no te aflijas, pues nada es eterno, y todo es para nunca. Que el "nunca más", nunca se cumple, y que el "para siempre", siempre termina. Trata de buscar un término medio, o bien, solo procura entender las contradicciones de la vida.

Si sufres amargura porque los amores acaban, debes conocer que estos también llegan, a veces en el lugar menos esperado, en el momento menos indicado, y de la noche a la mañana, en el más sentido literal de la palabra. Solamente se necesita un instante para encontrar a un amor, y una vida para mantenerlo. Que al igual que sufres decepción por amigos inseparables, pero que de repente llegan a convertirse en desconocidos, tienes que saber que grandes desconocidos pueden llegar a ocupar ese papel del anterior. 

Que claro que la vida está llena de incoherencias, pero cuanto antes las entiendas, o mejor dicho, las desentiendas, antes las aceptas. Al igual que extrañar, es el precio que se paga por vivir momentos inolvidables, amar no te quita la opción de sufrir. Que si bien llegas a enfermar de amor, ciertamente la experiencia y sabiduría te proporcionará tu propio antídoto.

Pero claramente tendrás que cambiar tu actitud. Si quieres volver a sentir, tendrás que recuperar tu latido y sensibilidad. Si quieres que te vuelvan a amar, deberás estar dispuesto a corresponder. La gente espera encontrar a una princesa, y para ello hay que actuar como un príncipe.

Y aunque vivas como dices en un Otoño permanente, ¿acaso éste no es bello? ¿O no es cierto, que también éste cuenta con colores únicos y hermosos? ¿O no es verdad que cuando las hojas caen, el árbol sigue en pie esperando otras nuevas? Por eso es bueno no enamorarse tanto de las flores, y sí en cambio de las raíces, no vaya a ser que en Otoño no sepas qué hacer.

Así que guarda cuidado, pues al igual que hay gente que sabe disfrutar y les encanta el Otoño, confía en que quienes se enamoran de corazones rotos, es porque sabrán cómo remendarlos..."




    




viernes, 23 de octubre de 2015

Superheroína

Como cada noche, y ya vestida con un precioso pijama rosa, Martina espera la ocasión en que su padre lea uno de los muchos cuentos que tiene para ella. Sentada junto a su madre, sonríe al verlo aparecer por la puerta. Ya sabe que se aproxima el momento especial de cada día, y su padre avanza hacia ella, feliz y sonriente. Quizás para él, también se convierte en el instante más esperado de cada jornada. Ella abre sus brazos, y tras darle un cariñoso beso a su madre, sube hacia su padre de un pequeño salto. Toca su cara, se lo come a besos, juega con su pelo, pues este es el pasatiempo favorito de ella. Él, muere de amor, se estremece, y hace un gesto sonriente hacia su mujer, donde la felicidad llena todo el espacio entre ambos.


Pero a pesar de eso, él viene triste de escuchar todas las noticias negativas que nos llegan en el día a día, así que tratará de desconectar y disfrutar del momento mágico que tendrá con su hija, mientras le lee algún cuento como todas las noches. Martina, obviamente es ajena a todo lo que ocurre allá afuera, pues solamente entiende el mundo en el que vive, donde encuentra amor y felicidad a diario. Juguetea con la cabeza de su padre mientras va camino de su dormitorio, donde al llegar, de un salto pasa de los brazos de su padre a la cama. Él, coge el diminuto banco que tiene reservado para su lectura y así estar a la altura de ella, enciende una pequeña lámpara, y le pregunta a Martina qué cuento quiere para esa noche, a lo que ésta responde decididamente;

"Hoy quiero escuchar un cuento de héroes". Su padre sonríe ante la curiosa petición de Martina. --¿De héroes?--, le dice Él, "pero hay muchos héroes, así que tendrás que elegir entre todos ellos".

"¿Y cuáles son todos papi?". Su padre intuye, ante la curiosidad de Martina, que esa noche le espera una entretenida conversación con su hija. --Pues cariño, hay muchos héroes, porque cada cual tiene poderes distintos, así que si me dices el poder que más te gusta de todos, te podré decir qué héroe lo tiene y hablar sobre ello.--

"No lo sé papi, ¡yo quiero conocerlos a todos!". Martina, como siempre, coqueteaba con la serenidad y paciencia de su padre. --Pero tendrás que decidirte cariño, porque por esta noche no podemos hablar de todos. Yo te los nombro, y tú eliges uno al azar.... Superman, El Capitán América, Batman, Catwoman....le iba nombrando su padre, "Ya lo tengo papi", interrumpió ella de repente. "Quiero que hables de tu héroe favorito". Él, como ante todas las ocurrencias de su hija, sonrió, pensó por un momento en la petición de Martina, y acto seguido le dijo; --Está bien, te voy a hablar de cómo es y cuáles son sus poderes. Pero no se trata de un héroe, sino que es una Superheroína. Bueno, aunque realmente no hay solamente una, sino que son muchas, y yo conozco a algunas de ellas--. Martina quedó boquiabierta, esperando a que su padre contara todo lo que sabía sobre eso. 

"Pero papi, ¿de verdad que conoces a muchas?. ¿A muchas Superheroínas?. Y, ¿cómo son? ¿cuáles son los poderes que tienen?". Él, respiró profundamente, y empezó a hablarle de manera pausada y emocionada;

--En primer lugar, tengo que decirte que estas Superheroínas, nunca quisieron serlo, pero cuando les tocó, fue como si se transformaran en otras personas y así adquirieron estos súper poderes. Incluso no sabían que pudieran convertirse en increíbles luchadoras. Además, ellas tienen una fortaleza asombrosa, y soportan una carga muy pesada, y sin embargo siempre guardan más fuerzas para soportar otras cargas que no son las suyas.

Otro gran súper poder que adquieren, es que a pesar que se vuelven mucho más sensibles, no sienten dolor, ya que cuando éste aparece de cualquier forma, sonríen, cuando lo que deberían hacer es gritar, cantan, cuando lo normal sería llorar, pero sin embargo lloran en momentos felices, y por algún motivo, ríen cuando están nerviosas. 

Martina escuchaba impresionada a su padre, atentamente digería cada una de sus palabras, y no mostraba reparo a pesar de no entender algunos súper poderes. Pero como era una niña inquieta, se decidió por una pregunta; "Y papá, ¿de verdad que nunca lloran?". Su padre, no dudó en su respuesta; --A veces es cierto que lloran debido al sufrimiento, pero ni tan siquiera sufren por ellas. Cuando lo hacen, tratan que no sean vistas por nadie, y si eso ocurriera, o bien ellas mismas, alguien de su familia, o incluso a veces otra Superheroína como ella, procura secar sus lágrimas.-- 

"¿Y también tienen familia papi? ¿Con hijos y todo eso? ¿Y amigos y amigas?".

--Claro que sí hija. Y siempre quieren lo mejor para todos ellos, sus familiares, lo mejor para sus amigos y amigas, y en último lugar, para ellas mismas. Se alegran cuando sus personas queridas tienen premios, cuando ven a la gente de su alrededor felices. 

Sus súper poderes son tales, que se encargan de traer alegría y esperanza, amor y respeto, son las encargadas de acercar la comprensión y el cariño a las personas, y además, con sus súper poderes, consiguen convertir a los que las conocen en mejores personas. Llenan todo de optimismo y energías positivas. Podemos decir, que ante ellas, y sin explicarnos por qué motivo, todo el mundo acaba contagiado por la alegría. ¿No te parecen unos increíbles súper poderes?--

"Wauuuu", exclamó Martina asombrada por unos poderes desconocidos totalmente por ella. Y así de repente, y de manera improvisada como de costumbre, dijo a su padre;

"¡Pues yo cuando sea un poco más mayor, quiero ser una Superheroína como ellas!" 

Su padre, ante la exclamación de su hija, quedó paralizado. Y Martina le dijo nuevamente;

"¿Verdad papi?, ¿A que yo puedo ser una gran Superheroína como ellas?

--No cariño, espero que nunca llegues a ser una Superheroína como ellas, aunque ojalá consigas algún día sus súper poderes--.

Martina frunció el ceño, con un gesto que delataba un poco su contradicción por la versión de su padre, pero no dudó un segundo en hacer una nueva pregunta;

"Pero, ¿contra quién luchan?"

--Contra nadie hija, no luchan contra nadie. Solamente luchan por la vida--. 

Pensativa pero ya más conforme, preguntó de nuevo. "Está bien papi. Y ahora dime, ¿cómo podré reconocerlas?. ¿Llevan una máscara, algún traje especial, alguna capa...?"

--No hija, nada de eso. Aunque algunas veces podrás recocerlas con un pañuelo rosa en alguna parte de su cuerpo...--

"¿Rosa?, ¡Como mi pijama!. ¡A partir de ahora, también serán mis Superheroínas!!!.

P.D. Dedicado a todas aquellas mujeres que desgraciadamente sufren algún tipo de cáncer, y el cáncer de mama en particular.





Martina en la ficción. Imagen libre de la red.








  

viernes, 16 de octubre de 2015

Pasa la vida

De un tiempo a esta parte, creo que solamente valoramos el tremendo impacto de la combinación tiempo-vida, cuando cumplimos años. Paramos un poco a reflexionar, nos miramos, contemplamos serenamente nuestro ser, nos preguntamos en qué momento nos encontramos, --y a veces ni eso--, y seguimos adelante. Demasiada poca reflexión; un solo día al año y quién se va a parar a recriminarse nada, ¿verdad?. Y mientras tanto, la vida pasa, pasa la vida, y no te enteras. Ni tan siquiera paras en poner la colocación del adverbio si lo hubiere, el sujeto, o verbo. Pasar....vida...., da lo mismo el orden de los factores, pero sin embargo, es distinta la interpretación, según si has hecho aquello cuánto querías o no, y sobre todo, si estás dispuesto a seguir llenando tu vida de cosas y gente nueva.

Decía Jorge Manrique, en su famosa y fantástica "Coplas por la muerte de su padre"; 

"Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte contemplando,
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte,
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado, 
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado 
fue mejor."....

Este fragmento que solo es la primera parte, invita a reflexionar, pero el resto también me pareció un poema de lo más pensativo, y donde en cada una de sus frases hay un sentido tremendo a la vida, sobre todo, a como ésta va pasando hasta llegar a su final. Y mi conclusión siempre se centra en que tu comportamiento vaya encaminado a ir aceptando las cosas tal cual van viniendo, y con firmeza ante la toma de decisiones que serán cruciales en el camino de tu vida, donde estar en modo "pause" en esa toma de decisiones, puede ser lo que haga que interrumpa tu disfrute y que sigas creciendo de alguna manera.

Precisamente esta mañana, hablando con mi amiga Emilia Biesek, me contaba la sensación de añoranza y nostalgia que había sentido al volver a Madrid para pasar unos días. De repente, echaba de menos a gente y a determinadas cosas, que ella misma decidió valientemente dejar a un lado no hace mucho, pues otro tiempo nuevo vendría para su vida. Y mientras esto me contaba, recordé perfectamente una enseñanza que tuve de mi amigo Mikki, y que jamás olvidaré. Sobre el hecho de vivir sin mirar lo que te espere por llegar, sin dar comparación a lo que te toque encontrarte en tu nueva etapa, en la construcción para el nuevo camino de tu vida.

Me contaba Mikki, la experiencia vivida en su recorrido por América del Sur, yendo totalmente a la aventura. Comenzando su día, desconociendo donde dormiría esa noche, y sin saber lo que le esperaba el siguiente; caminando, sin más. En esa andadura, miles de anécdotas, de experiencias, de fiestas llenas de diversión, también de infortunios, y sobre todo, de personas encontradas en su camino. 

Recuerdo una divertida historia, donde me decía que viajando en un viejo coche con un amigo al cual conoció en la misma aventura que él, decidió pintar con colores este vehículo, y sobre el cuál dibujó la figura de una mujer desnuda. En uno de sus trayectos, la policía decidió darles el alto, posiblemente por la gran llamada de atención de tan colorido coche. Pero al ver que todos sus documentos andaban en regla, y sin saber el policía qué cosa desaprobar, solamente le quedó objetarles, para que siguieran adelante, una salvedad; "está bien, pueden ustedes continuar, pero con la condición de que tendrán que pintarle, al menos a la chica desnuda, algún tanguita o bikini para que no llame la atención al resto de conductores y provocar así algún accidente".

Pero al hilo de esto, que no deja de ser una anécdota divertida, lo que él pretendía transmitirme, es que cuando vives momentos únicos, y experiencias inolvidables, el mayor error es no avanzar, volver atrás y esperar que ese momento anterior se repita, o incluso sea superado por el actual. Porque si tratas de repetir experiencias, con la intención que se conviertan nuevamente en situaciones que te hicieron feliz, posiblemente consigas frustrarte. Quizás la música de esa fiesta en la que tanto te divertiste ya no sonará igual, tu baile en ella llevará otro ritmo, o tal vez las personas que allí estén ya no sientan lo mismo que antes. O como en el caso anterior, igual la pintura y los dibujos sobre ese coche serán otros, y a lo mejor el policía que te detenga a pedirte la documentación, tenga otro sentido del humor. 

Cuesta trabajo dejar atrás aquellas cosas o personas que nos hicieron felices, pero ya cumplieron con su cometido, finalizaron el guión que tenían definido para ti, y tenemos que aceptar que en la vida se producen cambios, y que afectan a esos factores que provocaron tu felicidad o tu dicha, pero que ya no formarán parte de tu vida. La única manera que tienes de superar eso, es seguir adelante con nuevos propósitos, pues solo así, volverás a llenar tu vida de cosas nuevas, de personas que te aporten distintas aventuras. En definitiva, vivir sin esperar nada, o quizás al contrario, y vivir esperándolo todo. Va a depender del modo en que afrontes lo nuevo que te toque experimentar.

"-- Cuentan que un día, pasó un joven por una pequeña aldea. Un viejo abuelo nonagenario estaba plantando un almendro.  El joven, quizás de manera jocosa y burlona, y debido a su extrañeza, le dijo; "eh abuelo, ¿plantando un almendro confiando en que más pronto que tarde dé sus frutos?. Y él, todo doblado como estaba, volviose hacia el joven diciéndole; "Yo, hijo, obro como si no hubiera de morir nunca". "Y yo", le respondió el joven, "obro como si mi muerte fuera inminente"--.

¿Quién de los dos acertaba?, pregunto yo ahora. Pues ambas teorías, son realmente inteligentes, de ahí, que el riesgo estriba en no saber si actuar de una manera u otra, y que eso te lleve a no hacerlo de ninguna de ambas. Aunque para mi, lo realmente importante, es no usar el pasado como referencia a lo vivido, buscando que todo se repita como en aquella época que creías que vivías tu momento más dulce, o como decía Manrique, pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Has de vivir la vida, no viéndola pasar, sino siendo consciente que ésta pasa, y tú has de avanzar con ella y adaptarte a los cambios que se producirán, sin pensar en que un día fuiste feliz y ahora no puedes serlo con aquella intensidad. Pasa la vida, y no veas la vida pasar, pues de ser así, te hará pensar eso...que cualquier tiempo pasado fue mejor. No vivas la vida esperando que ocurra lo que deseas, vívela de tal manera, que sea ella la que te sorprenda, sintiendo como únicos, esos momentos inesperados que no estuvieron planificados en fechas ni horarios. Y principalmente, no temas al cambio. Lo peor que puede pasarte en esta vida, es que no pase nada en TÚ vida. Es cierto que mientras estamos viviendo una dicha, es raro que lo percibamos. Sólo cuando ya pasó y volvemos atrás la mirada, comprendemos de pronto -a veces con sorpresa- , cuán felices hemos sido.

Pero es preciso saber, que será realmente complicado que vuelvan a establecerse los mismos elementos en los cuales conseguiste esa felicidad, pues no esperes nunca que la gente sea la misma, que las circunstancias sean idénticas, y sobre todo, que tu predisposición a aceptar lo que en su día hubo, vuelva a hacerte disfrutar.

Y es que, no te bañarás dos veces en el mismo río, porque la segunda vez el río será otro; y tú también...



Mikki Pajaanen, desierto de Atacama, Chile. 25 años atrás... Fotografía de Mikki.





Emilia Biesek, Madrid, julio de 2015. fotografía de Jesús Apa.





viernes, 9 de octubre de 2015

El volcán y el amor

Es hablar del amor, y una de las cosas que vienen a la cabeza rápidamente, es la imagen de un corazón. Lo siguiente que viene a tu mente, es tu pareja, y si no te has comprometido con nadie, en su defecto, piensas en tu pareja anterior o la última que te marcó. Y claro, si te pregunto, ¿qué harías tú por amor?, incluso es posible que tu respuesta tenga grandes contradicciones, todas ellas vinculadas a la intensidad de enamoramiento ante el que te encuentres. Posiblemente no supieras contestar, o bien formularías una nueva pregunta de vuelta, diciendo "depende de qué cosa".

Y más aún, sabiendo que el sentimiento del amor es tan irregular, que viaja como en una montaña rusa, sube y baja sin cesar. Principalmente debe su discontinuidad al número de decepciones que actúan sobre él. Son éstas, las que van sometiendo al amor al desgaste, a veces llevándolo al agotamiento. Aunque existen parejas con la capacidad de recomponerlo, tratar de llevarlo a su estado inicial, aunque éste nunca llegará a ser el mismo, pero sí que pueden remendarlo, restaurarlo y adecuarlo a un nuevo estado que haga que la relación no caiga. Posiblemente las palabras respeto y confianza, tengan mucho que ver en el sustento del mismo, de lo contrario, si eso no existe, despídete de él.

Así pues, ante la pregunta antes formulada, ¿y tú, qué harías por amor?, lo mejor será no enfrentarnos a ella, pues está claro que son las situaciones adversas las que ponen a prueba el amor. Y la pregunta no va en el sentido de cuántas "estupideces" harías por amor, pues eso corresponde al momento inicial de enamoramiento, y eso aquí no cuenta, al menos en la pregunta que te formulo, porque ya sabemos el estado de ceguera al que te sientes sometido o sometida cuando se está en ese estado, que por otro lado, también tiene su tiempo. Con lo cuál, podemos decir, que lo que harías por amor hoy, es posible que no lo hicieras mañana, pues su intensidad a lo largo del tiempo, por norma general, va en sentido descendente.

Pero hay un amor que no conoce límites, y sin lugar a dudas, será el que siempre persista por muchas pruebas a las que se vea sometido. Nada tendrá que ver con el amor que conocemos entre las parejas y del que antes hablaba, ya que éste está muy por encima de todo eso. Será el que haga honor al verbo amar, en su más puro sentido, y nada será comparable a ese. Jamás habrá decepciones, y si por cualquier circunstancia las hubiere, siempre hay lugar para el perdón y el olvido. Nada puede con este amor, y estoy seguro que harías cualquier cosa por Él.

El amor fraternal, el de padres a hijos, y el que se siente en el sentido inverso, es sin lugar a dudas el más puro sentimiento de afecto, cariño, comprensión, pasión y adoración al que puedas enfrentarte. Afortunadamente casi la totalidad de las personas pasamos por él, y a día de hoy no me cabe la menor duda, que se trata del sentimiento de más valor que nos encontraremos a lo largo de nuestra vida. Y siempre perdurará en nuestra mente por el resto de nuestros días, impoluto e intacto; casto y honesto; puro y sencillo. Y no habrá nada que lo ponga a prueba, y si lo hubiera, nada podrá con él, ni la mayor de la tragedia. Como la que escuché a pie del Monte Etna, en Sicilia, donde aún a día de hoy puedes ver el cráter activo y en erupción que hay en su punto más alto, y sobre el que cuenta la leyenda, que hasta este volcán se rindió un día al amor que encontró mientras soltaba lava montaña abajo.

Esta es la leyenda de Anfipione y Anapia...

"Estos hermanos vivían felices con sus padres, que aunque eran mayores, se desvivían por ellos. Viviendo sobre la falda del Monte Etna, en una preciosa casa ubicada en tierra fértil, el joven Anfipione y su hermana Anapie trabajaban la tierra en favor de sus padres, ya ancianos para tan duro trabajo. Esas pequeñas tierras que rodeaban su morada, les regalaban dos cosechas al año, más que suficiente para llevar una vida tranquila y precisa para sus necesidades.

Una noche, cuando todos dormían, el volcán despertó. Los habitantes del valle comenzaron a escapar de sus casas despavoridos, pues las detonaciones volcánicas se presentaban como un peligro inminente hacia sus vidas. Al alba, el espeso humo cubría el cielo completamente no permitiendo el paso de los rayos del sol, y tras esto, del cráter comenzaron a saltar lenguas de lava encendida que recorrían velozmente la ladera de la montaña.

Anfipione y Anapia buscaron corriendo a sus padres para salir huyendo de ese infierno. Pero sus padres ya estaban demasiado mayores, por lo que tras correr unos metros, imploraron a sus hijos que los dejaran allí y se salvaran ellos. Mientras tanto, los dos hermanos podían ver como el paso de la lava lo destruía todo. Las casas eran arrastradas, los árboles ardían y la lava conseguía convertirlo todo en un desierto de piedra. Aún así, los hermanos hicieron caso omiso a las súplicas de sus padres, y los cargaron a sus espaldas comenzando a correr por el camino.

Desgraciadamente la lava era mucho más rápida que ellos, algo que sus padres veían alarmados. Volvieron a implorar a sus hijos que los bajaran de sus espaldas, los dejaran allí, y así los hermanos pudieran salvar sus vidas. No obstante, los jóvenes parecían no entrar en razón; sólo querían salvar la vida de sus padres.

La tragedia se iba a apoderar de ellos, y ya no había salvación. El torrente de lava estaba a apenas unos metros y avanzaba a una velocidad muy superior a la de ellos. Así pues, los hermanos pararon de correr, y fuertemente se abrazaron todos, esperando a que el fin llegara. Pero fue entonces, que ante esta prueba de amor, el fuego pareció cobrar vida, respetando a esta pequeña y unida familia. El torrente de lava, justo cuando llegó a la altura de los cuatro, se dividió, dejando a la familia en medio del fuego, quedando todos completamente ilesos.

Cuando la vida volvió a florecer en esta zona, se levantó un monumento en honor a estos jóvenes. A día de hoy, este lugar es conocido como Campi Pii, Campos Piadosos, con el fin de recordar la acción de estos dos hermanos."

Leyenda o no, todos los días se ven acciones que pueden evocar auténticos monumentos al amor. Ese que sientes en el preciso momento de nacer, y que nunca desaparecerá de ti. 

Fortalece el amor que tienes hacia tus padres o hijos, pues jamás encontrarás algo tan extraordinario como eso. Y a ser posible, evita ponerlo a prueba...



"Supuestamente" Campi Pii, falda del Monte Etna, Sicilia. Septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.





Imágenes libres de web, de la leyenda de Anfipione y Anapia. Dibujos y esculturas


Taormina, Sicilia. Al fondo el Monte Etna, septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.


Taormina, Sicilia. Al fondo el Monte Etna, septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.



viernes, 2 de octubre de 2015

Se llama Tiempo

Siempre que visito algún lugar, trato de conocer su historia, sus leyendas, o las letras que componen su crónica. Porque hay ciudades, pueblos, o incluso territorios, que tienen su biografía, esa que hace de ese sitio, un lugar único. Con su propia personalidad, sus antecedentes, y que señalan a ese lugar, en un espacio de tierra singular. Incluso muchas veces, marcado por su pasado, caracterizado por la experiencia vivida, y al igual que ocurre con las personas,  convierten a ese sitio en un lugar con identidad propia. Si todo eso, se traslada a los habitantes de esa ciudad, aún resulta más interesante conocer de donde radica su naturaleza y carácter.  Y es el caso de Grammichele, un pequeño pueblo situado en el interior de Sicilia, obsesionado con los relojes, pero los relojes de Sol. Y esta es su historia, contada por los amigos que allí hice, en mi visita a ese lugar hace un par de semanas...

Hace ya muchos años, algo más de tres siglos, este hermoso pueblo era conocido como Occhiolá, donde sus habitantes vivían en medio de un pequeño valle, destacado por su hermosa iglesia y su elevado castillo, subsistiendo a través de la agricultura, gracias a lo que le proporcionaba la propia tierra. Pero ésta, el 11 de enero de 1693, tembló bruscamente, con un gran terremoto, que acabó con la vida de la mitad de sus habitantes, y donde la mayoría de ellos, fallecieron al intentar resguardarse en el interior de la iglesia, como refugio sagrado e intocable por los efectos del temblor. La otra parte que huyó a las afueras del pueblo, decidió regresar al día siguiente, pero un nuevo terremoto, les hizo saber, que aquel lugar jamás sería de nuevo habitado por ellos, y del cual solamente quedaría su historia, y sus ruinas.

Pero este pequeño pueblo medieval, dentro de su desgracia, tenía la suerte de contar con un Príncipe, un visionario e inteligente progenitor, quien decidió luchar por volver a construir un lugar para los desdichados ciudadanos, a solo unos kilómetros del devastado pueblo de Occhiolá. Y esta vez, construiría la ciudad perfecta, desde cero, completamente geométrica, con una belleza sin igual, y protegida para el futuro, de cualquier otro terremoto que pudiera afectarle. Para ello, tendría un diseño elegante pero a la misma vez funcional, basado en una forma hexagonal, ya que seis lados protegerían mejor geométricamente la estructura y le daría mayor solidez, y con una enorme plaza central, para que, en caso de producirse otro temblor, todos sus habitantes pudieran ocupar el espacio de esa explanada sin que peligrara para ellos, que se les viniera encima ninguna construcción. 

Pero este Príncipe, llamado Carlo María Carafa Branciforti, además de ser una persona tremendamente inteligente, y preocupada por el futuro de sus ciudadanos, era un gran religioso, con unas fuertes creencias, sobre todo en los ángeles, y en especial, en el arcángel San Miguel, protector de la iglesia, como esa que sepultó a tanta gente con el terremoto. Es de pensar, que por ese motivo, bautizó a este nuevo lugar como "Grammichele", el nuevo pueblo el cual sería a ser llamado a partir de ahora, la "ciudad perfecta". Aunque hay quienes piensan, que esa forma hexagonal, además de ser un modo de construcción con una base más sólida que la cuadrilátera, sería por la creencia del Principe al número 6, considerado el número perfecto en la religión.

Pero en mi visita a Grammichele, más que por sus antecedentes pretéritos, quedé sorprendido por su presente, y sobre todo, por las marcas y señales que dejó en él su historia pasada. Y es que, este Príncipe, era un gran obsesionado por la Horología, que no es otra cosa que la ciencia de medir el tiempo. Y ese arte, o ese aprendizaje, quiso trasladarlo a sus ciudadanos, y sobre todo, transmitirle la gran importancia que tenía para él. Para ello, construyó un enorme reloj solar en el centro de la plaza, con una geometría tremendamente perfecta para aquel tiempo, haciendo de ese escenario, en el centro del pueblo, el lugar más importante del mismo, y donde todos sus habitantes conocieran la hora que era, el equinoccio en el que se encontraban, incluso el signo zodiacal que marcaba aquel momento. 

Pero después de conocer todo aquello,  y al ver que hoy en día hay construidos más relojes solares en el municipio y colocados estratégicamente, creo que este Principe, dejó una gran herencia a sus ciudadanos, marcada principalmente, por el tremendo valor que le daba al "Tiempo". Pero, ¿quién se atreve hoy a no darle valor al Tiempo?. Pues, parece ser que no se le da el suficiente. Tan valioso, siendo sin embargo gratis.

Está muy bien eso de deleitarse con el presente, convertirte en adicto de vivir el día a día, disfrutar al máximo del momento que vivimos, y usar el pasado única y exclusivamente para construir tu experiencia. Y sobre todo, sería bueno no presionar al tiempo, dejar que las cosas pasen de manera natural, pues el tiempo nunca quiere ser forzado, le gusta que ocurran las cosas tal cual van viniendo. Y le gusta que disfrutes, mientras esto ocurre o no.

Se han dicho tantas cosas de él. Siendo tan largo para el que espera, cruel para el que sufre, corto para el que es feliz, dulce para el que ama, inexistente para el que besa, y desesperado para el que vive en la locura. No es que lo cure todo, sino que te hará olvidar, te hará madurar y entender las cosas. Sin necesidad de ninguna pregunta, te dará las mejores respuestas. Incluso decirle a alguien, "tómate el tiempo que necesites", supone que le estás dando parte de tu patrimonio interior, de aquello en lo cual crees que debe usar como si de un tesoro se tratara. ¡Paciencia y tiempo, fueron amigos desde pequeños. Que te regalen ambas cosas, no tiene precio!!.

Porque, ¿cuántas veces hemos escuchado que el tiempo es el mejor juez, que pone todo en su sitio, personas y cosas, lo bueno y lo malo?. Pero un juez, que no sentencia de inmediato. Que a veces se convierte en tu mejor aliado, y que siempre que puedas, y "tengas tiempo", has de confiar en él. Pero lo cierto y verdad, y tan real como la vida misma, es que el tiempo pasa, de manera rápida, o lenta, pero siempre pasa. Una y otra vez, sin cesar. Y lo peor de todo, es que no puedes recuperarlo. Escuchar, "no tengo tiempo" u "ojalá tuviera más tiempo", quizás sean las frases más devastadoras que pudiéramos decirnos a nosotros mismos. ¡Porque a día de hoy, he aprendido que no hay cosa más preciada y hermosa, que regalarse tiempo para uno mismo!. Cuando realmente entiendas el valor que esto tiene, cuando tengas la capacidad de analizar que ese tiempo te proporcionará, valga la redundancia, ir en "busca de más tiempo" para ti, será entonces cuando hayas sabido apreciar su importancia.

Quizás aprendí de mi visita a Grammichele, que los relojes no te indican el tiempo, sino solamente la hora. Y a veces éstos, ni tan siquiera son de fiar. Ya sabes, que incluso un reloj parado, da la hora exacta dos veces al día. El mejor indicador del tiempo, especialmente del tuyo, eres tú mismo. Dependerá del valor que tú quieras darle y cómo lo aproveches, porque es asombroso cómo éste pasa. Lo vemos a través de los días, las semanas, meses, y como no, los años. A veces incluso, llegamos a asustarnos con la rapidez que va, aunque a mi lo que realmente me da pánico, y es algo que evito a toda costa, es dejar que las decisiones importantes en la vida se tomen por sí solas, pues esto nunca ocurre. El tiempo no tomará decisiones por ti, tendrás que hacerlo tú mismo. Quizás el tiempo, te dé o te quite la razón sobre tus decisiones, pero siempre he pensado, que es preferible tomar una decisión, aunque sea errónea, a no hacerlo nunca.

Y cuantísimas personas conocemos, que esperan a que pasen las cosas a través del tiempo, cuando lo que realmente pasa, es precisamente eso, el tiempo, llegándolo a convertir en inservible, irrecuperable. En las ocasiones que he pasado por eso, al menos me ha hecho reflexionar sobre mis errores, y tratar de no volver a cometerlos. Parece ser que nos empeñamos en buscar el momento perfecto para tomar alguna decisión, el idóneo para tus conveniencias, cuando éste, en la mayoría de las ocasiones, no depende de ti. Sí en cambio, le concierne a uno mismo que lo aproveches debidamente, de manera intensa y frenética, y claro que puedes hacer de este preciso momento, el instante perfecto, pero es porque lo estás viviendo ahora mismo. El tiempo futuro, te tocará vivirlo cuando llegues a él, pero en este preciso instante no sabrás si será o no perfecto para lo que tú quieres.

Es por ello, que si estás reñido o reñida con el tiempo, trata de hacer las paces con Él, pues posiblemente, sea una de las cosas que más valor tienen ahora mismo para ti...


P.D. Deseo que leer estas líneas, no te haya supuesto una "pérdida de tiempo".  




Plaza central de Grammichele, Sicilia. 16 de Septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.



Principe Carlo María, Grammichele. 16 de Septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.


Reloj de sol (II) de Grammichele, Sicilia. 16 de Septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.


Reloj de sol principal de la plaza central de Grammichele, Sicilia. 16 de Septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.






Reloj de sol (III) diseñado por Pietro, Grammichele, Sicilia. 16 de Septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.




Reloj de sol (IV) de Grammichele, Sicilia. 16 de Septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.




Placa homenaje a la entrada de Occhiolá, Sicilia. 16 de Septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.


Explicaciones del profesor Amato. Con Laura, Verónica, Saikou y el profesor Amato, en Occhiolá, Grammichele, Sicilia. 16 de Septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.




Iglesia destruida de Occhiolá. Con Laura, Marilena, Verónica, y el profesor Amato, en Occhiolá, Grammichele, Sicilia. 16 de Septiembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.


Subida al castillo de Occhiolá.




Diseño original de Granmichele realizado en 1693 por el Principe Carlo María Carafa


Vista aérea de Granmichele anterior a su última rehabilitación.