viernes, 30 de diciembre de 2022

Los vecinos; Parte III

Hace varias semanas se instaló un nuevo vecino en el barrio. Fue justo en la casa de enfrente, quizás la más vieja y descuidada de todas las de la calle. En cierto modo, incluso desentonaba con el resto de inmuebles, como si alguien la hubiera encajado ahí a la fuerza. El chico, joven y con unas proporciones físicas parecidas a las mías respecto a tamaño, salía de casa al amanecer y volvía por la tarde. Desde mi ventana, veía su aburrida rutina en la ida y vuelta de su trabajo, o esa era mi suposición.  

Se le veía un tipo sencillo, discreto, de estos que no se meten en nada y pasan totalmente desapercibidos. Además de verlo salir en las horas fijas del día, a veces iba al supermercado de la esquina a comprar, trayendo apenas unas cositas en la bolsa. Eso, y que absolutamente todos los días llevaba la misma ropa, una camisa a cuadros y unos jeans, me hizo suponer que, además de tener muy pocos recursos económicos, tendría poco gusto. Daba por hecho que también en aquella casa estaría de alquiler, pues su bolsillo no le daría para mucho más.

Era sábado por la tarde, tras un largo día de limpieza y orden en mi casa, me senté en mi sillón frente a la ventana, cuando vi al vecino que salía a hacer deporte. Era la única vez que lo veía con distinta vestimenta. Fue entonces que se me ocurrió, que toda la ropa que ya no usaba y que había estado almacenando en bolsas durante mi jornada de orden y limpieza, donársela a él. Así que salí de casa y antes que el vecino volviera de su carrera, le dejé varias bolsas cargadas de ropa en su puerta. 

A los pocos minutos llegó de su carrera, miró a todos lados de la calle, como buscando respuestas, abrió una de las bolsas para ver su contenido, y entró una tras otra dentro de casa. Volvió a salir fuera, mirando extrañado a su alrededor, también en mi dirección, pero yo le observaba tras las cortinas y hacía que no pudiera verme ni saber de dónde vendría el donativo; la solidaridad. 

Ya el lunes, pude observar un gran cambio en su vestimenta. Pasó de llevar su camisa de cuadros y desgastados jeans, a unos pantalones chinos y un polo de marca. Al día siguiente, se puso una camisa blanca que me encantaba y la combinó con unos vaqueros de color gris preciosos. Los pantalones a cuadros y el polo negro les quedaban perfectos. Así, todos los días, el jodido vecino iba de punta en blanco con mi anterior ropa. Todo le quedaba perfecto, pero es que él lo combinada mucho mejor que yo.

Hace unos días que salí de casa con lo primero que me encontré ya que necesitaba unas cosas de la carnicería pues esperaba visita. Una sudadera vieja y un pantalón de chandal que ya solo usaba para estar en casa. Al llegar a la carnicería, allí estaba el tipo. Lo saludé y me presenté como el vecino. Él, me miró de arriba-abajo, y yo, que imaginaba que lo que observaba eran mis malas pintas, no se me ocurrió otra cosa que decirle; "Me gusta mucho tu estilo". Por su parte, obtuve una sincera sonrisa.

Ha sido esta mañana de sábado, cuando al abrir mi puerta para ir a comprar el pan, he encontrado una pequeña bolsa con algo dentro. Al abrirla, allí estaba la solidaridad; los jeans y la camisa de cuadros del jodido vecino...


Marbella, 30 de diciembre de 2022. Imagen libre en la red.

   


viernes, 23 de diciembre de 2022

Ahí está la Navidad

 -- Ahí tá la navidá! Ahí tá la navidaaaaa! --, gritaba la pequeña mientras montaba el árbol.

"Sí, mi amor. Ahí está la Navidad", le dije poco convencido, pero llevándole la corriente por su entusiasmo e ilusión.

-- Biennnnn, ahí tá la navidá --, señalando una y otra vez la copa del arbolito con todos sus adornos.

Pobrecita. Es que aún es tan chiquita..., que todavía no entiende que la Navidad, no está en el árbol. Pero ahí la veía, contenta, girando a su alrededor, tratando de colocar los regalos a los pies del árbol. ¿Cómo decirle que la Navidad es otra cosa? Si ni tan siquiera puede comprender cosas que tienen una total normalidad en nuestras vidas, tales como la ambición, el odio, el ego..., o incluso el poder, el dinero, las disputas y las trampas. ¡¿Cómo va a comprender lo que es la Navidad?! Mejor que siga pensando que está en el árbol.

Aunque tal vez debería explicarle, que la Navidad es comprar cuantos más regalos mejor, pues debemos estar a la altura del consumismo. También es esperar recibir muchos regalos, y a ser posible, que sean caros, muy caros porque así serán inalcanzables para mucha gente. O cocinar el pavo más grande y caro del mercado (aunque sea insípido y no me guste), y sería bueno hacerle fotos a todas estas cosas y publicarlas por las redes sociales. Al igual que la mejor foto, tiene que ser precisamente a ese árbol, pero apuntando hacia abajo, a los cientos de regalos que están a sus pies.

Podría explicarle que la Navidad es salir a la calle con la mejor de tus sonrisas, aunque lleves un día horrible. Y saludar al vecino, aunque el resto del año no lo hagas, sin saber por qué no le doy ni los "buenos días". Del mismo modo, igual debería explicarle que la Navidad es dar la limosna a la mujercita que está a la salida del mercado, aunque en verdad esté ahí todo el año. Tampoco hay que olvidar que la Navidad debe llevar siempre asociada una obra de caridad o al menos, aparentar que somos compasivos, bondadosos, filántropos, amables, cariñosos, serviciales, altruistas, y, ¿cómo no?, dignos de recibir en nuestro hogar y en nuestros corazones al niñito ese que nació hace más de dos mil años en un pesebre sucio y cochambroso. 

Pero, ahora que lo pienso...¿en verdad es así cómo debe ser la Navidad?

-- ¡Ahí tá la Navidá! --

"Sí mi amor, cuanta razón tienes". Es mejor que sea ahí, donde esté la Navidad...

¡FELIZ NAVIDAD!


Fuente de Cantos, 23 de diciembre de 2022. Fotografía de Jesús Apa.


viernes, 16 de diciembre de 2022

Los vecinos; Parte II

No dejo de observar a los vecinos de la parte de atrás de casa. Es un matrimonio rancio y anticuado que son muy severos con su hija, obligándola a estar en casa antes de las once de la noche, no sea que algún chico la quede embarazada.

Los he observado hablando con la chica, de forma severa para mostrarle obediencia, no sea que nosotros, sus vecinos, pensemos que no son unos padres como dios manda, imponiendo a su hija el yugo de la sumisión, las buenas costumbres, la virtud y la moral cristianas.

Ilusos..., pues no saben, que a buen seguro su hija, de cinco a diez de la tarde, y a modo de venganza impuesta por la propia naturaleza, guarda en la mochila su ropa de colegiala, se suelta el pelo y se dedica a pervertir a los chicos. Solo le bastan esas cinco horas; de cinco a diez.

Antes de las once, viene de regreso a casa, de nuevo con sus trenzas, de nuevo con su falda escocesa, y dando saltitos, con la satisfacción de haber roto varios corazones adolescentes e inofensivos...

Cabeza la Vaca, 16 de diciembre de 2022. Imagen libre en la red


viernes, 9 de diciembre de 2022

Los vecinos; Parte I

Recién me he mudado a otra ciudad. Todo es distinto a cómo venía viviendo hasta ahora; la casa es diminuta y mucho menos acogedora que la anterior, pero sé que me acostumbraré. Llevo apenas una semana, y lo que más me ha llamado la atención son los vecinos. Digamos, que tengo un sexto sentido para saber de la calaña que son quienes viven cerca mía.

Justo enfrente, vive una señora mayor con su hijo, soltero, pero que es un sicario de los malos. Un matón a sueldo que no tiene escrúpulos. Al lado, un banquero impostor que chantajea a los más pobres con amenazas de quitarles sus casas si no acceden a sus aumentos de intereses. 

En la casa cuya fachada es de ladrillos, vive el mayor traficante de drogas de toda la ciudad. Además, lo disimula muy mal, pues conduce un coche viejo y destrozado, mientras lo he visto comprar en la carnicería las mejores piezas de carne. Y ese es otro, el carnicero, que tiene la tienda en la esquina y que estoy seguro está confabulado con el traficante. ¡Menudos sinvergüenzas!.

Y la que menos me cuadra es la mujer delgada y rubia de la esquina. Unos cuarenta y pocos, sin hijos y con pocos amigos, y que estoy seguro tiene algo con el de la tienda de móviles de su lado, ya que no es normal que vaya al comercio día sí y día también. Nadie compra teléfonos a diario. Algo traman.

Y qué decir del cura, que supuestamente da catequesis tres días en semana en la iglesia del final de la calle. Seguro que es un pederasta y que roba todos los donativos de los feligreses que acuden al templo. En fin, creo que no he venido a caer al mejor barrio posible de la ciudad. 

Sin embargo, al que miran raro es a mí, porque voy despeinado y llevo ropa de colores...


Fuente de Cantos, 9 de diciembre de 2022. Imagen libre en la red.

  

viernes, 2 de diciembre de 2022

Microrrelato; Noé

En los primeros días del diluvio, Noé escuchó un canto delicado. Se asomó por la borda, y había una sirena. Era bellísima, con un pelo dorado y unas facciones exóticas de impresión. Ella pidió subir, como el resto de animales, "en el nombre de Dios".

Noé estuvo tentado a decirle que sí, más recordó que también había gatos a bordo y la sirena no deja de ser un pescado; el caos sería evidente. Ante la negativa del patrón, ella se fue. Más tarde Noé se dio cuenta que, de todos los animales del barco, él era el más imbécil de todos...


Fuente de Cantos, 2 de diciembre de 2022. Imagen libre en la red.

 


viernes, 25 de noviembre de 2022

Pintar los sueños

¡Ocurrió hace algunos años! Sin qué ni por qué, mientras dormía, una voz me dijo que si mantenía los ojos cerrados, y los apretaba fuerte, un haz de luz aparecería ante mí. Esa luz, que se presentaría ante mis párpados cerrados, se convertiría en una pizarra, sobre la cual, podría dibujar el mayor de los deseos que, al despertar, aparecería ante mí.

Obviamente tenía que pensar bien en ese deseo. Probé con el dedo, y efectivamente el trazado era marcado por el movimiento de mi mano. Yo sabía que aquello formaba parte de un sueño, pero al menos, se trataba de un sueño muy original, así que decidí pensar concienzudamente en ese deseo que se presentaría ante mí, una vez despertara.

"Estas cosas hay que pensarlas bien, pues solamente ocurren una vez en la vida", dije para mí, a la vez que hacía un esfuerzo por no salir de ese sueño, que si bien es cierto que era acogedor, también resultaba tenso por la importancia del mismo.

Además, tenía que tener destreza a la hora de realizar el dibujo, no sea que mis trazos salieran mal y no se entendiera bien el resultado. Suerte que en los sueños, la mayoría de las veces, las cosas nos suelen salir mejor. Siempre pasa que, si estás mejorando un idioma, en tus sueños lo hablas de maravilla; si estás preparándote para una competición, en el sueño lo haces como nunca. Así que en ese sentido me relajé, pues que seguro el dibujo me saldría perfecto.

Volví a hacer varias pruebas con mis dedos; líneas rectas, curvas, mezcla de colores..., ya estaba preparado para pintar en sueños lo que quisiera y hacerlo realidad ante mí, justo al despertar. Podría ser un coche, un coche enorme, pero era demasiado simple. Mejor una gran casa, de esas mansiones idílicas, pero mi duda era en qué lugar quedaría construida. Pero claro, una idea mejor, ya puestos, sería dibujar montones de billetes de 500 euros. Miles, millones de todos ellos, así podría comprar todo lo que quisiera. Pero aquí es donde mi subconsciente me hizo reaccionar...

Lo ideal sería dibujar, precisamente aquello que no puede comprarse con dinero y que a la misma vez fuera algo sencillo a la par que lo más valioso del mundo. Así que hice varios trazos en el aire, saturé bien mis "pinceles imaginarios" en la paleta de colores, y traté de dibujar aquello que pensaba que es lo más difícil de obtener hoy en día. 

Al despertar, no vi nada ante mis ojos. Me levanté como todas las mañanas, hice mi rutina habitual, y el día pasó sin más. Pero es cierto, que desde entonces, y hace ya algunos años de aquello, pienso que mi dibujo está presente en todas mis acciones. 

Fue una pintura difícil, he de reconocerlo, pues no es nada sencillo dibujar "El Tiempo"... 


Fuente de Cantos, 25 de noviembre de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 18 de noviembre de 2022

Microrrelato; soñando con la nieve

Los dos pequeños, bajo la sombra del limonero, soñaban que la nieve caía sobre sus cabezas a pesar que había un sol de justicia; los copos de nieve eran las flores de azahar.

El pequeño le quitaba de su cabello las "flores de nieve" y silbaba la canción de María. Estaban soñando y viviendo el mundo que querían.

-- ¡Dónde te metes María, vuelve a casa que la comida se enfría! -- gritaba su abuelita desde la vieja choza.

Y ella, al oído decía; "sigue, hasta que grite dos veces más"... 


Fuente de Cantos, 18 de noviembre de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 11 de noviembre de 2022

Las tardes de Otoño

No se puede negar, que las tardes de Otoño son distintas. Me concentro esperando a que llegue. El paso de las horas vespertinas y su levedad, cuando desaparece el ruido y la vida se hace más benigna. Entonces es cuando surgen momentos de reflexión.

No se deben preguntar demasiadas cosas, ni tener prisa. Eso se aprende poco a poco. No existen los concejos fáciles, ni amables, pero las sendas de sabiduría pueden aparecer de repente. Y te das cuenta que la vida es una trampa, pero es demasiado alargada para hablar de ella en una sola frase.

Toda la vida estamos hablando de la vida. No es que vayamos siendo más pragmáticos, desnudándonos, o dejando de lado cosas inútiles, no. Lo que pasa es que las cosas nos van dejando a nosotros. Cosas que hemos amado tanto como el amor, la soledad, la amistad. De repente nos damos cuenta de que solo aspiramos a una leve ternura, y a estar totalmente convencido de que cuando seamos mayores, hayamos sido buenas personas.

A veces estamos vencidos por el peso de las cosas y somos criaturas cada vez más vulnerables que sólo esperan la llegada de la luz de la tarde, de las tardes de Otoño, porque es ahí, cuando nos ponemos melancólicos y sale lo mejor de nosotros...


Cabeza la Vaca, 11 de noviembre de 2022. Fotografía de Jesús Apa.

 

viernes, 4 de noviembre de 2022

El hogar

Los días de noviembre en el pueblo, pasan sin pasión y descanso. Las tardes, sobre todo, logran enraizarse a la mezquindad, tiritan. Las ramas huesudas bambolean clamando al viento frío que pare. Abajo, la neblina se enrosca en los tallos y llega a estrangularlos. En el aire se extiende una tristeza húmeda y amarga.

Hay una mano sobre la ventana que la limpia de la escarcha y descubre su sonrisa cuando mira al gatito que acecha sobre el alféizar, a través de la niebla, buscando la forma de entrar adentro. La luz tenue del fuego envuelve y abriga la sala. Quien está en su interior, no necesita nada más que, precisamente, estar ahí.  

Esa configuración del exterior, inhóspito y desolador, y el interior, cálido y acogedor, es lo que suele llamarse como hogar. Todo el mundo debería haber tenido al menos uno, al menos alguna vez... 


Fuente de Cantos, 4 de noviembre de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 28 de octubre de 2022

Mircrorrelato; en la madrugada

Serían eso de las 4 de la madrugada, cuando mi cuerpo se despertó con mi pulso acelerado. Un gran estruendo movió todo el cuarto, y de repente, una gran grieta comenzó a abrirse por el suelo hacia la cama. 

No tardé en reaccionar e instintivamente, salté del catre y cargué a mi esposa en hombros. Sorteé otra gran grieta que venía hacia mí desde la puerta de entrada, y ya en el pasillo, evité grandes trozos de techo que iban cayendo hacia el suelo mientras corría sofocado. 

Tras sortear todos esos obstáculos, otro gran estruendo retumbó, y fue entonces que sentí un gran golpe en la cara, pero muy parecido a una cachetada. Me recompuse, abrí los ojos, y entonces mi esposa, que aún la llevaba cargaba a hombros, me dijo;  

"Deja de soñar estupideces y bájame de una vez, que ya van dos veces esta semana que me traes en sueños a la sala"

Entonces pensé, que así son las esposas, "ni siquiera cuando las salvas están contentas"...


Fuente de Cantos, 28 de octubre de 2022. Imagen libre en la red. 



  

viernes, 21 de octubre de 2022

Un mundo feliz

Hace una semana compartí bastantes buenos momentos con distintas personas de diferentes países de América Latina. He de decir, que cada vez que "cruzo el charco", mi alma se llena de alegría. Adoro todos esos países, todas esas gentes, me hacen sentir dichoso. He estado rodeado de personas maravillosas de Paraguay, El Salvador, Honduras, Bolivia, Argentina o Uruguay, y una vez más, vengo encantado y feliz.

Y en una de estas conversaciones, justo hablábamos de eso, de la felicidad. De qué hace cada cuál en su vida para ser feliz, cómo busca ese objetivo. Diversas opiniones surgieron, y en la conversación alguien habló  de que hay estudios y listados que indican cuales son los países donde vive la gente más feliz del mundo. Y lo buscamos en internet, y curiosamente en primera posición venía Finlandia, seguido de otros lugares europeos, y olvidándose ese listado de los países de América Latina. Fue entonces, cuando un compañero boliviano, Carlos Hugo, aseguró que él sabía dónde estaba el lugar más feliz del mundo;

"Nada más llegar a ese pequeño pueblo perdido en la selva de Bolivia, ya sabes que ahí encontrarás magia en todo lo que veas. Tiene un aura especial que es indescriptible. Para empezar, os diré que de sus 7.000 habitantes, más de la mitad tocan algún instrumento musical, y tienen por costumbre hacerlo al aire libre. Pasear por sus calles es caminar envuelto en música celestial. Violines, guitarras, violonchelos..., repito, es lo más cercano a tocar el cielo.

Hay una gran tradición a que todos los niños y niñas, desde bien pequeños, aprendan a tocar algún instrumento musical y cuando ya lo dominan, que lo toquen en cualquier parte del pueblo y sin complejo alguno. Del mismo modo, hay otra gran parte de la población, que se dedican a la artesanía de las telas. Hay un masivo número de personas que cosen, y enseñan a otras a coser y a tejer. Suelen hacerlo en la entrada de las casas, que siempre están con la puerta abierta, y en las mismas, hay una silla esperando para quien quiera, se siente y charle todo lo que le apetezca.

Pero hay otra cosa que al visitante le llama poderosamente la atención, además de la música y los susurros de las conversaciones, son las risas y carcajadas de todo el vecindario. La gente ríe, juega, brillan sus estados de ánimo como jamás se ha visto en ningún otro lugar. Y toda esa magia, se remata con la puesta del sol, donde la gran mayoría del pueblo va al rio a bañarse, y lo hacen totalmente desnudos, tal y como lo hacían antiguamente sus antepasados indígenas..."

Todos los presentes escuchábamos atentamente, pero quizás era mi cara la que más dudaba de todas, y tal vez por eso Carlos Hugo se dirigió a mí para saber si le creía o no.

-- Me parece demasiado idílico --, le contesté ante su mirada que esperaba mi comentario.

"Y los es", me dijo convencido. 

Algunos de los presentes, parece ser que ya habían oído hablar de ese lugar. Y Carlos Hugo quiso profundizar más.

"He llegado a ver a hombres hechos y derechos, que venían conmigo acompañándome a aquel lugar, llorar de emoción, al escuchar a cientos de personas poner su música en la calle de la manera más coordinada y bella que jamás uno pueda pensar. Pero todo el que me ha acompañado, ha sabido conversar con los de este pueblo, reír con ellos o bajar al rio y darse un baño en el atardecer"

Yo seguí dudando, y Carlos Hugo quiso sentenciar...

"Busca la forma de visitar Urubichá y de pasar allí unos días, que yo te acompañaré. Y delante de todos estos amigos, puedo decirte que, si cuando decidas regresar no crees que ese es el lugar más feliz del mundo, te pagaré el coste de tu vuelo".

Ya estoy buscando el momento de visitar ese lugar donde todos los que allí viven, son los más felices del planeta... y yo eso quiero verlo.



Fuente de Cantos, 21 de octubre de 2022. Urubichá, Bolivia. Imagen libre en la red.


viernes, 14 de octubre de 2022

Microrrelato; como el agua

Se veían al final de las cataratas todos los atardeceres, justo cuando el río dejaba de ser violento y ruidoso. A él, le decían que no se fiara de las mujeres del agua. A ella, le prohibían el trato con los humanos.

No hablaban, solo se observaban en la distancia. Ella jugueteaba con sus habilidades y cantaba dulcemente. Él, que tenía miedo al agua, solo dejaba beber a su caballo. Luego cada cual, se iba por su lado, incapaces de desobedecer a sus familias, aunque en el fondo, sabían que tarde o temprano, ganaría el amor...


Cataratas de Iguazú. 14 de septiembre de 2022. Fotografía de Jesús Apa


viernes, 7 de octubre de 2022

Microrrelato; Parecido al Otoño

Ese amanecer fue distinto, principalmente porque se despertó más tarde de lo habitual. Además, por la ventana que da a la calle, percibía el frío y la lluvia que caía intensamente. Eso, sumado a la vaga intención de levantarse, lo dejaba por más tiempo en la cama. 

Cuando lo hizo, comenzó a ver plumas caídas en el suelo y que dejaban un rastro como si algún ser las hubiera estado perdiendo de su plumaje. Siguió las huellas esperando encontrar el cuerpo desplumado, pero la pista se perdía y finalizaba en la puerta de salida.

Se quedó sentado, perplejo ante tal acontecimiento. Esperó todo la mañana, toda la tarde, y al caer la noche, una llave sonó en la cerradura y acto seguido entró alguien. Era su mujer.

Nunca había caído en la cuenta que, efectivamente, tenía cara de Ángel. Parecido al Otoño, solo estaba cambiando su plumaje... 


Fuente de Cantos, 7 de octubre de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 30 de septiembre de 2022

El paraíso imperfecto

Todo el mundo busca la perfección, sea a la edad que sea y en las formas que considere. Cuando uno es adolescente, quiere ser perfecto en cuerpo y mente y a ser posible, que le lleve al éxito. Con el paso de los años quiere, al menos, destacar y buscar la perfección aunque sea solamente en algo o con alguien. 

Hace unos días volví a cumplir años (la edad va subiendo y no perdona), y ni tan siquiera había vuelto a reflexionar con lo que, para cada uno, es llegar a ser perfecto. Con el paso del tiempo uno no desea alcanzar la perfección absolutamente en nada extraordinario. Lo único que cada uno quiere ir consiguiendo, más con el paso del tiempo, es llegar a ser feliz a costa de nada.

Las redes sociales y, sobre todo, las mentiras de la sociedad, te quieren llevar a fijarte metas absurdas, o a reflejarte en gente que posiblemente nada tienen que ver contigo. No hablo que sea mi caso, ni mucho menos, porque a mí, lo que sí me gusta, es fijarme en gente mayor y con los que siempre voy a aprender algo y muy real.

Ayer tuve que ir a una consulta al hospital y en la espera, me gustó mucho la expresión de una señora bastante mayor, de ochenta y tantos, sentada al igual que yo en la puerta de la doctora de traumatología que iba a atenderme, y que, hablando con otra pareja de ancianos les decía que, aunque su ya maltrecho cuerpo estaba más que curvado y arrugado, ella se sentía genial y lo defendía citando un proverbio indio; "El árbol torcido vive su vida mientras el árbol recto es convertido en tablas".

Ciertamente no sé muy bien si este proverbio era apropiado a la conversación que tenían, pero la anciana quería referirse a lo perfecto que uno llega a sentirse aún a sabiendas que es imperfecto.

Me contuve de meterme en su conversación, pues me hubiera encantado hablarle sobre "El paraíso imperfecto"

—Es cierto —dijo mecánicamente el anciano, sin quitar la vista de las llamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno—; en el Paraíso hay amigos, música, algunos libros; lo único malo de irse al Cielo es que allí, el cielo no se ve.


Marbella, 30 de septiembre de 2022. Imagen libre en la red.



viernes, 23 de septiembre de 2022

Laika

Obviamente que jamás pensaba el cariño que se le cogía a los animales de compañía. Incluso, he descubierto, que llegan a cambiarte como persona...para bien, claro está. Para mí, Telma, mi perrita, me ha cambiado la vida. Ha sido una auténtica bendición desde el primer momento en que la conocí. Pero principalmente, despertó en mi una sensibilidad y amor hacia los animales, que solamente se entiende si tienes alguna vez un animal de compañía. 

Y digo esto, porque esa sensibilidad no la tiene todo el mundo. Como si fuera de forma premeditada, en el mismo día, con muy pocas horas de diferencia, han venido a mí un par de noticias que me han llamado poderosamente la atención. La primera de ellas, muy actual, y es que a día de hoy, los animales de compañía, perros o gatos, han experimentado una evolución en nuestras vidas como nunca. Solo en la época de los egipcios se le tenía tanta adoración como hasta hoy. Podemos decir que forman parte nuestras vidas (de quienes los tenemos). 

Esa es la primera de las noticias, porque la otra,  la segunda y totalmente opuesta, y que salió en la radio en el coche y lo escuchaban más personas a mi lado, hablaba sobre que, hará muy pronto 65 años, que fue el primer viaje espacial de un perro a la Luna. Y es que, escuchando la noticia, por un lado siento rabia, pero por otro lado siento el alivio de que afortunadamente los tiempos cambian...

"En 1957, la URSS tomó un perro callejero para estudiar cuánto tiempo podría sobrevivir en órbita espacial.

Laika, como le pusieron los soviéticos, fue lanzada desde el cohete Sputnik 2, pero desafortunadamente la misión no incluía traerla de vuelta.

Pocas horas después de salir de la atmósfera, la nave empezó a sobrecalentarse, lo que le causó la muerta a la perrita. Su cuerpo nunca fue recuperado.

Es difícil no sentir tristeza al pensar en cómo pudo haber sido esa experiencia para ella, especialmente sabiendo que no tenía idea de que iba a ser sacrificada.

Como eran otros tiempos, no sonaron las voces de protestas en favor de estos animales. Los rusos, casi ni tuvieron necesidad de dar explicaciones porque a la gente le parecía normal. Años más tardes lo harían, ante el clamor de ciertos colectivos, aunque también, años más tarde, se supo que tras Laika, una docena de perritos volvieron a ser sacrificados en idénticos viajes.

Lo curioso es que esta noticia, en el momento de escucharla, me puso los pelos de punta. Además, me sentí en la necesidad de apagar la radio. Sin embargo, mis otros tres acompañantes que iban en el coche y que escuchaban la noticia al igual que yo, se asombraron (incluso uno de ellos me pidió explicaciones) de que llegara a apagar la radio y, por consiguiente, a sensibilizarme tanto ante aquella noticia.

Un poco más tarde, descubrí, que ninguno de ellos jamás han podido sentir el amor que pueden llegar a dar estos animales, pues ninguno ha tenido en sus manos un perrito...


Fuente de Cantos, 23 de septiembre de 2022. Laika, imagen libre en la red.



viernes, 16 de septiembre de 2022

La solidaridad de los sentidos

Hoy apareció en mi teléfono el recuerdo de mi primer viaje a Brasil. El celular mostró un collage de varias fotos que hice sobre distintos lugares y personas, y se abrió una que, ya en su momento, me llamó poderosamente la atención. Se trataba de una fotografía que hice mientras íbamos en el coche, y era de una mujer de mediana edad que hablaba por teléfono parada en la acera de la calle.

Y digo que me llamó mucho la atención porque en una primera imagen, me pareció que la mujer sonreía, pero al fijarme mejor, me di cuenta que la señora era completamente ciega y además sus ojos estaban casi cerrados por completo. Me pareció una imagen durísima y obviamente, como en todos los casos en que veo a alguien con alguna dificultad física o sensorial, sentí una profunda pena y tristeza.

Hoy volví a reflexionar sobre ello, máxime cuando podemos decir los que no padecemos alguna enfermedad de este tipo o digamos que, formamos parte de la gran mayoría, que somos unos auténticos afortunados. Y que muchas veces, muchísimas, nuestras quejas no son más que pataletas y berrinches por asuntos superficiales, por pequeños problemas que en su mayoría tienen.

No solemos ponernos en el pellejo de esas personas que tienen que vivir con una grave enfermedad o con una anomalía, que por supuesto no los hace inferiores, pero que en su mayoría, los pone a prueba y deben librar una batalla interna durísima y eterna para vivir en unas condiciones parecidas a la tuya (siempre y cuando también la sociedad se lo ponga fácil). 

Nuestra empatía o solidaridad, más allá de ser inmediata ante tales hechos y para con esas personas, debe también llevarnos a pensar diariamente en que somos unos afortunados, y que debemos estar agradecidos permanentemente a que, por el momento (pues nunca se sabe qué nos puede deparar el destino), la suerte está de nuestro lado o simplemente a la naturaleza le hemos caído en gracia.

Sobre empatía y solidaridad de los sentidos, me vino a la cabeza, al igual que la fotografía de esta señora, un cuento que leí hace bastante tiempo pero que aunque recuerdo su autor, me suena que dice algo así;

"Había un niño ciego en clase de Pablo, que nunca soñaba colores. Se murió en junio del año pasado. Durante un tiempo, incluso después del verano, Pablo estuvo inmensamente triste. Se le había olvidado decirle qué, cuando él olía las rosas, también cerraba los ojos."


Fuente de Cantos, 16 de septiembre de 2022. Fotografía de Jesús Apa, Florianópolis (Brasil), Septiembre de 2016.


viernes, 9 de septiembre de 2022

Las grandes distancias

Aunque la cama está impoluta, él se mueve inquieto. La tenue luz de la mañana refleja frondosamente en las sábanas blancas. Con la mirada perdida, se aferra a ella, y en su asir de la mano, busca la prolongación de su propio cuerpo;

"¿Te vas ya, verdad?", balbucea casi implorando.

Acostado, angosto entre las dobleces de las sábanas, con los destellos de esos primeros rayos de sol, enaltece el calor de un apretón de manos que le gustaría no acabase nunca;

-- Vuelvo enseguida José --, responde la enfermera mientras limpia con una gasa la comisura de sus labios.

Para José y su corazón, cualquier distancia es demasiado lejos...


Marbella, 9 de septiembre de 2022. Imagen libre en la red.



viernes, 2 de septiembre de 2022

Amor de compras

El joven iba varias veces al supermercado aunque no le hiciera falta. Siempre usaba el pretexto con su madre, de que había olvidado parte de la compra, y es que estaba perdidamente enamorado de la nueva cajera.

Ojos claros, pelo dorado y una sonrisa como jamás había visto en nadie.

"Nueve cincuenta", dijo sin mirarle. Y sus ojos, cayeron rodando escáner abajo. Así fue él quien la miró de soslayo ¿Bolsa? Sí, gracias. 

"Hasta pronto, pequeño". Aquello lo hizo ruborizar, porque nunca se había dirigido así a él. ¿Sería una señal? 

Salió a la calle nervioso y, a tientas, mientras luchaba por llegar a casa, descubrió algo de más entre la compra. El mejor regalo. Allí estaban sus besos envasados al vacío.


Cabeza la Vaca, 2 de septiembre de 2022. Imagen libre en la red.


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viernes, 26 de agosto de 2022

El dolor de la Esperanza

Hace unos días escuché a alguien agarrarse a un clavo ardiendo con la palabra Esperanza. Y la repitió varias veces, y le dije que si le gustaba invocar a ese supuesto, y me dijo que no era ningún supuesto, sino que le acercaba a la realidad que él quería.

Yo seguía discrepando, incluso le dije que aferrarse tan fuerte a la Esperanza, la mayoría de las veces, incluso causa dolor. Él no estaba de acuerdo, así que me pidió que le pusiera un ejemplo;  

"Se repetía día tras día; a la vuelta de su monótono trabajo, entra en la casa, deja la cartera, cuelga el abrigo y va a la habitación a desvestirse. Se da una ducha, se pone ropa cómoda y coge un par de botellas de cervezas de la nevera. Se pone a mirar la tele un rato y luego se va al dormitorio. Ocupa su lado de la cama y en una corta lectura de su largo libro, se queda dormido.

A la mañana siguiente, se viste, coge la cartera, se vuelve a poner el abrigo y antes de salir de casa, al igual que viene haciendo a diario durante casi dos años, comprueba que bajo el felpudo, sigue estando la llave que ella dejó..."  


Cabeza la Vaca, 26 de agosto de 2022. Imagen libre en la red.



viernes, 19 de agosto de 2022

La mudanza

Cada vez que hago una mudanza, me doy cuenta de la cantidad de cosas materiales e innecesarias que vamos acopiando con el paso del tiempo. Y resulta que, a veces no te das cuenta de ello si no haces precisamente una ordenación de tus cosas. 

Siempre he admirado aquellas personas que dicen, y con conocimiento de causa, que la "mochila" que llevamos a cuesta, debe ir cargada de experiencia y con muy pocas cosas materiales. Y es verdad, pues a mayor carga en la mochila, mayores responsabilidades. Bueno, mejor corrijo; "mayores preocupaciones".

Y es difícil llevar a cabo esa premisa, pero con el paso del tiempo, es absolutamente necesario ocuparte solo de las cosas importantes e ir dejando a un lado lo material, aquello que solo genera preocupación por mantenerlo en buen estado, porque no te lo roben o por el hecho de que tenga que pertenecerte por el valor económico que te supuso en el pasado.

Por eso quiero volver a leer esa historia que dice que;

-- En el siglo pasado, un turista americano visitó al famoso rabino Chofetz Chaim...

Y se quedó asombrado al ver que la morada del rabino consistía, sencillamente, en una habitación atestada de libros. El único mobiliario lo constituían una cama, una mesa y una banqueta.

- "Rabino, ¿dónde están sus muebles?", preguntó el turista.

- "¿Dónde están los suyos?", replicó el rabino.

- "¿Los míos?", respondió, sorprendido... "pero si yo sólo soy un visitante... estoy aquí de paso", dijo el americano.

- "Yo también", dijo el rabino.--


Marbella, 19 de agosto de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 12 de agosto de 2022

Que lleguen las aguas

No es broma, que llevo varios meses soñando que llegan las aguas...

"En la mañana, aún con el sol, anuncian su llegada. Lo hacen con un primer trueno que llega a sacudir la tierra y eriza las antenas de las hormigas. 

El sol se hace ralo pero reservado, como esas viejas gentes que cuando se van, te miran de soslayo, se acomodan el sombrero bajándolo hasta por debajo de los ojos.

Sueño que llegaron las aguas, con su retahíla de espumas oscuras y, damiselas listas para confeccionarle al cielo, una capa de grises provisional, centellas y lúgubres azules.

Ahhh, y qué pena al despertar!!!. Mi corazón precisa con urgencia un septiembre húmedo para poder gritar pero despierto, que al fin llegaron las aguas..." 


Cabeza la Vaca, 12 de agosto de 2022. Fotografía de Jesús Apa.


viernes, 5 de agosto de 2022

Microcuento; días en vela

Tengo bruxismo y por eso utilizo funda al dormir así que, supongo por ese motivo, despierto desvelado a diario y me pongo caminar por el patio extenso de la casa. Me he sorprendido mirando el cielo y quizás sean los azahares del naranjo que avivan mi vigilia.

No sé qué me pasa, pero cuando regreso a la cama, rumeo con la idea que mi futuro es un desastre. No encuentro mi "sino" y esto me lleva a pensar que, aunque soy distinto a los demás, quizás soy yo quien va en dirección opuesta a mi destino.

Deambulo por el cuarto, tiendo el lecho, lo golpeo para hacerlo confortable y después, cierro ruidosamente mi ataúd. "Menudo vampiro extraño", pienso hasta conciliar el sueño...


Cabeza la Vaca, 5 de agosto de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 29 de julio de 2022

El camino

En el trayecto que va desde mi trabajo hasta casa, son muchos los peregrinos que transitan por  el Camino de Santiago, perteneciente al trayecto sur, denominado también la Ruta de la Plata. En ocasiones, estos peregrinos al no poder caminar por las circunstancias que sean, piden ayuda para que los traslades en coche hacia el destino donde te diriges. Son muchas las veces que me ha pasado, solo que hoy, el caminante, me ha llamado la atención.

No se trataba de un peregrino más, sino de una persona que estaba dando la vuelta al mundo e iba llegando a su destino final. Eso me contó en los 20 minutos de viaje Julián, que así se llama, y que es un chico de 25 años, de un pequeño pueblo a las afueras de París, y que es hacia dónde se dirigía tras cinco años de viaje por todo el mundo.

Hasta aquí, digamos que puede ser algo habitual. Un chico de una familia normal, según me cuenta, que comenzó una carrera militar, y que en unas vacaciones, decidió salir a caminar solamente con una mochila y con los euros justos para eso, pasar un mes. “Mi idea inicial era caminar 15 días hacia un destino cualquiera, hasta donde llegara, y volver en los otros 15 días que restaban hasta mi incorporación al ejército”.

Cuando lo vi en la carretera, su cara me pasó “buen rollo”. Llevaba a cuestas la misma mochila con la que salió de París cinco años atrás, y llevaba varias semanas caminando desde Cádiz, destino al cual había llegado en barco desde América. Tenía cara de cansancio, que me llevó a preguntarle dónde había dormido esa noche en Monesterio, localidad donde lo recogí; “anoche no encontré lugar y he dormido en un banco en la calle. Pero no es lo normal. Siempre hay alguien que te ofrece algún lugar para descansar o algo para comer”. Julián viaja sin teléfono, y sin dinero, y “todos los días sobrevivo”, me decía de forma tranquila ante mi cara de preocupación. 

Pero en esos veinte minutos, y en los cuales no paró de hablar en un aceptable castellano, me contaba entusiasmado los sitios que había visitado de los cinco continentes, alguna ligera anécdota y que había perdido casi 30 kilos desde el inicio de su aventura. Apenas un par de minutos antes de dejarlo en mi destino, tuve que interrumpirle para al menos preguntarle la curiosidad que me atrapaba desde que lo monté en el coche, y así no quedarme con la duda.

“Pero Julián, solamente una pregunta. ¿Por qué decidiste seguir caminando y no regresar tras ese mes de vacaciones?”

-- Sinceramente no tengo ni la más remota idea, pero lo que estoy seguro es que lo averiguaré cuando llegue a casa…, seguramente nada ni nadie habrá cambiado, excepto yo --.


Fuente de Cantos, 29 de julio de 2022. Julián. Fotografía de Jesús Apa



viernes, 22 de julio de 2022

Cuentos de fantasía

Este es el cuento en el cual la Bruja de la montaña sueña que es ama de casa, con su bata y sus rulos siempre puestos y que su receta maestra son las roscas de miel y piñones. Sueña el Principe Azul que es un viejo barbero de un pequeño barrio, que corta el pelo a los vecinos y de paso se entera de todos los chismes y cotilleos del pueblo.

También sueña la reina malvada del castillo que es una excelente florista y tiene, en un pequeño edificio de ladrillos viejos, la tienda más bonita del mundo. Sueña el Viejo Dragón, en su cueva, con la partida de cartas de los sábados rodeados de amigos y vasos de vino.

Cada mañana, todos despiertan tristes al saberse presos de un mundo de fantasía del que nunca podrán salir. 


Cabeza la Vaca, 22 de julio de 2022. Imagen libre en la red.




viernes, 15 de julio de 2022

Microrrelato; Los principios

El mecánico movía la cabeza incrédulo; miró los filtros y revisó el motor de arranque. Cambió la correa de transmisión, comprobó el alternador y puso una batería nueva. Todo funcionaba a la perfección, pero el coche no arrancaba.

Comprobó el manual, llamó a algún colega a preguntar por otros detalles, subió el coche al elevador, lo conectó al ordenador y, por fin, descubrió el motivo. Era un problema de voluntad, de falta de motivación.

El coche había perdido completamente la ilusión por seguir rodando y hacer kilómetros. Probamos entonces con algún incentivo; llantas nuevas, altavoces full HD, luces led, pero no hubo forma, absolutamente nada de aquello le hizo cambiar de opinión.

En el fondo, me alegré por él. Siempre supe que mi coche tenía principios. 


Fuente de Cantos, 15 de julio de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 8 de julio de 2022

Post it

Me levanto y me quedo mirando fijamente el techo por largo tiempo. Ahí quedo pensativo, sin hacer nada. Mucho tiempo, pues lo que consigue levantarme es el hambre. Pero solo ronda por mi cabeza una cosa desde hace días; "Debo aprender inglés urgentemente!!"

Hace frio y me abrigo con la bata y las pantuflas desgastadas. Me mojo la cara para borrar la última arruga de la sábana impresa en el cachete, tomo el cepillo y busco en el espejo los rastros de sueño y en el cepillo los cabellos que ya no sirven. Vuelvo a mirar y...joder, no aparezco!!

Me muevo, y nada. Enciendo todas las luces y..., tampoco. Lo único que veo con claridad es la pared a mis espaldas, el vacío de la estancia. Me pego al vidrio, soplo: no se hace vaho ni deja marca la punta de mi nariz. Grito; "qué broma es esta!!!". No oigo nada. Vuelvo a gritar; Inútil.

¿Será que mi deseo de aprender inglés me ha anulado? Eso no debe ser posible.

Me asomo a la ventana, grito de nuevo, hago señas a la vecina que cruza la calle, al vendedor de periódicos, al butanero que lleva cargado su bombona de gas. Nadie atiende a mi llamada. De repente viene un tipo en mi dirección. Saca un papelito amarillo y un bolígrafo, mira por arriba de mi cabeza, anota algo y se va. Hay un letrero en la ventana, saco medio cuerpo para leerlo y reconozco mi letra:

DON´T WASTE YOUR TIME.

Resignado, entro en casa, voy a mi escritorio y como todo lo que se propone uno en la vida, decido empezar por la "Lesson one"...


Cabeza la Vaca, 8 de julio de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 1 de julio de 2022

Muerte elegante

La avispa vigila a la araña que sale de la guarida y expone el vientre al influjo lunar para que los hilos tengan textura de muerte. De pronto, el aire se hace oscuro y un zumbido dentella el silencio. Todo ha coincidido con el descuido del arácnido. La avispa incrusta el aguijón y su esperma. 

Semanas después, la araña pare con muerte a cientos de avispillas que salen al mundo elegantes y con vestidos de seda.


Cabeza la Vaca, 1 de julio de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 24 de junio de 2022

La memoria

Al volver a estudiar tras tantos años, me he dado cuenta con la frecuencia con que se olvidan las cosas y la fragilidad de la memoria.

De repente me entraron unas ansias desmesuradas de poseer una buena memoria; brillante como un escáner o fiel como una fotografía. Que sea capaz de tener todo almacenado y bien ordenadito, y cuando me haga falta, vaya a por ello.

Estudiando, sentía un estrés desproporcionado tratando de almacenar una palabra, y otra palabra, y muchas más palabras... Cada cual trataba de buscar su lugar en mi cabeza, pero a la mínima, se volatilizaban y habían desaparecido.

Esto ha llegado a reafirmarme para que confíe aún más en los hechos, que en las propias palabras...


Cabeza la Vaca, 24 de junio de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 17 de junio de 2022

Microrrelato; Pacto con el diablo

Todo el mundo cree que tiene un pacto con el diablo, porque luce espléndido cual jovenzuelo o como la moza que fue hace treinta años. 

Hasta que llegó el susodicho (el diablo), y tomó la palabra; "Yo no he hecho ningún pacto con nadie, menos contigo", y tras ese baño de realidad, comenzó la denominada "operación bikini". 



 Cabeza la Vaca, 17 de junio de 2022. Imagen libre en la red.

 

viernes, 10 de junio de 2022

Microrrelato; la autopsia

Cuando aquel cura fue autopsiado, gran parte del pueblo se puso a temblar. De la cabeza del viejo sacerdote salieron millares de secretos, unos volaron, pero la mayoría quedaron al descubierto y a la vista de todos. Desde entonces, y aunque hay un nuevo cura, nadie ha vuelto a pisar la iglesia, menos aún el confesionario...


Fuente de Cantos, 10 de junio de 2022. Imagen libre en la red.


viernes, 3 de junio de 2022

Un monstruo viene a verme

Podría decirse que los monstruos entran por el armario, pero éste entra por la puerta de la habitación como si tal cosa. Al igual que dicen que se esconden bajo la cama, éste del que yo hablo entra en la mía y hasta me desplaza de mi sitio.

Aparece por las noches. Cuando todos duermen escucho el tambor de sus pasos. La madera cruje y altera mi corazón, al que trato de calmar diciéndole que es algo pasajero, que no haga ruido y trate de conciliar el sueño, pero no es posible transmitir esa calma.

Y es que llega hasta mi cama, levanta la sábana y, como perro hambriento huele el sudor de mi sufrimiento. Me giro despacio hacia el otro lado y noto como saca la lengua áspera y recorre toda mi espalda. Siento que han sido muchas veces las que esto ha ocurrido. 

Entonces yo trato de convencerme que todo es un sueño. Que ni sus afilados dientes ni sus garras son reales. Que su enorme peso encima mía no es más que una triste pesadilla, y que los monstruos no existen.

Pero es ahora en mis hombros donde siento sus poderosas manos, que me acongojan. Entonces sé que no es un sueño, porque aumenta sus jadeos y rasguños, sus mordidas que casi me hacen llorar y mojar las sábanas de pipí cual jovenzuelo cobarde y asustadizo. La noche se hace larga y ya sé que no conciliaré el sueño...

Poco antes que salga el sol, decido levantarme y noto el hueco profundo que ha dejado su peso sobre las sábanas de mi cama, y salgo por donde él entra cada para entorpecer mis horas de sueño. Ahora todo parece distinto, pero todo ha sido real y si no lo remedio, volverá a repetirse en otras noches venideras.

Así es volver a estudiar, volver a ir a un examen...como si la noche antes viniera a visitarte un monstruo que ya conociste en el pasado. 


Fuente de Cantos, 3 de junio de 2022. Imagen libre en la red.

 

viernes, 27 de mayo de 2022

Microrrelato; La charla

Cámara en mano, me asomé a la ventana y divisé la cara de asombro de un niño que observaba un pájaro sobre un limonero. El ave se había posado sobre una finita rama que lo balanceaba levemente al ritmo de su canto. 

Apunté el instante con mi cámara y amplié con el zoom; ¿Qué habrá pensado el niño? Casi pude ver en los ojos de aquel pequeño reflejarse los ojos del pajarito, que parecía tener una mirada perdida, pero quizás veía lo que no era. 

Apliqué más el zoom, y efectivamente en el reflejo del cristal, daba la impresión de ser dos amigos que charlaban del sol cotidiano y de lo linda que vendría ese año la primavera...


Cabeza la Vaca, 27 de mayo de 2022. Imagen libre en la red


viernes, 20 de mayo de 2022

Cambiando cuentos

Desde luego que los tiempos cambian, y a veces, los cuentos, también;


"Dicen que se murió el Conde, el señor feudal de una amplia Comarca, dejando una esposa joven en plenitud y con mucha riqueza. Hubo una boda, y allí se presentó ella. Con su guardia y séquito reclamando el derecho de pernada. Con un gesto, dio la orden, y dos de sus mejores hombres redujeron e inmovilizaron al novio.

Tomó de la mano a la novia, la ayudó a montar en su hermoso caballo, y ahora viven ambas felices en el lujoso castillo que heredó de aquel iluso Conde..."


Catedral de Girona, Cataluña, 20 de mayo de 2022. Fotografía de Jesús Apa.




viernes, 13 de mayo de 2022

Otras redes para pescar

Estando en el Museo Metropolitano de Arte de New York, pude ver un gran espacio dedicado a la evolución de la humanidad, en todas sus etapas y facetas. Interesante la capacidad del ser humano para adaptarse al medio. Desde que se inventó el fuego, pasando por las etapas en las que iba descubriendo las fuentes para su alimentación, más allá de raíces, bayas u otros alimentos que le diera la naturaleza. Luego vino la caza y la invención de útiles para ello. Pero más me sorprendió en sí, cuando decidió pescar en el mar o en los ríos... Las primeras veces era a mano, o utilizando herramientas poco sofisticadas para ello, pero suerte que el agua estaba repleto de peces.

Lo que leí y lo que dicen en el museo, que desde el Nilo al Amazonas, en los tiempos antiguos las redes eran confeccionadas con fibras que quitaban de las cortezas de los árboles del lugar o eran traídas desde otros parajes no muy distantes, también las hojas de juncos eran confiables. El trabajo era arduo pero paciente, y después de varios días de tensar y tejer nudos rutinarios salían al río o al mar por el sustento diario de la ansiada proteína.

Con el tiempo, las redes se manufacturaron con sogas de cáñamo o algodón, también con hebras de lino y seda según la latitud del artesano. Hasta que fueron reemplazas por el nylon o el poliéster, materiales de fibra químicamente impuros y eternos, gracias al progreso.

A tal punto se modificó la pesca con redes que, salvando antiguos métodos aún utilizados en lugares casi asilados de la civilización o ajenos a sus malas praxis, hasta los peces han mutado de hábitos y oponen cierta resistencia pasiva, subyugados por el sistema y la terrible mano del hombre.

La moda y las tendencias, eficaz anzuelo para el consumo, ha logrado imponer una nueva fórmula de pesca productiva, selectiva e indolente; las llaman redes sociales...


"Los tiempos antiguos", Museo Metropolitano de Arte, New York. 13 de mayo de 2022.