viernes, 18 de diciembre de 2015

Las niñas bonitas

Me acerqué sigilosamente a los pies del mar. En mi paseo matutino, y cargado de tiempo, decidí curiosear y observar sobre todo aquello que encontrara a mi paso. Dos chicas charlaban animadamente junto al embarcadero a la par que atendían sus teléfonos, y a pesar que ya me encontraba a apenas unos pasos de las dos, no guardaron reparo en que pudiera escuchar lo que una de ellas comentaba a la otra. Entonces, oí que le decía; 

"Al pasar la barca, decidí quedarme aquí y no subir, pues me sentí ofendida."

--¿Cuál fue el motivo del tal ofensa?--, preguntó su amiga extrañada.

"Pues que al pasar la barca, me dijo el barquero, que las niñas bonitas, no pagan dinero; Y yo no soy bonita, ni lo quiero ser; yo pago dinero, como otra mujer".


De repente se giró, advirtiendo mi cercana presencia, esperando a que yo excusara mi atrevimiento de escucharlas descaradamente. Fue entonces, cuando más que disculpar mi osadía en situarme cerca de ellas para saber qué hablaban, quise argumentar y justificar aquello que a ella le molestaba, diciéndole...;


"Yo creo precisamente, que es lindo encontrarte con niñas bonitas, si tanto te ofende lo que te dice el barquero. En cualquier chica puedes encontrar una niña bonita, pues hay muchas maneras en las cuales este concepto se manifiesta. Te puedo contar muchas de estas formas.... 


Las niñas bonitas se pintan los labios y las uñas de rojo, pero te las puedes encontrar con los calcetines a rayas o las braguitas con dibujos, y en cualquier caso les encanta que alguien les diga lo guapa que están. Aunque a veces se levanten con mala cara y ellas mismas se mueran de la risa frente al espejo.


Les encanta ver una foto en la cual salen guapas, aunque realmente salen guapas en todas, pero esa fotografía en particular la ven una y otra vez. Les encanta la ropa, los bolsos, y siempre dicen que no tienen nada que ponerse aunque su armario esté lleno. Se miran una y otra vez las zapatillas que están estrenando, o el reloj que tanto les gusta. Les vuelve locas abrir el paquete que están esperando, aunque sepan de sobra lo que es, porque ellas mismas compraron lo que hay dentro. Les encanta llevar botas de goma, con florecitas, por eso les daría pena mancharlas de barro.


Las niñas bonitas tropiezan mientras se visten porque siempre van con prisas, comen lo mismo más de una vez a la semana y pierden el tiempo mirando cosas que no importan a los demás. Olvidan su ropa interior en cualquier lugar y respiran aliviadas cuando nadie lo ha descubierto. No quieren que alguien las vea bailar, por eso mueven el pie cuando van en autobús y suena la música. Aguantan la respiración mientras pasan un túnel y no pestañean hasta que el avión no aterriza.

Les encanta dar un paseo por la playa, tomar una cerveza en una terraza un día de invierno pero que ha salido el sol. Un día de lluvia y niebla frente a una chimenea, un paseo por el campo en otoño o primavera, y decir siempre que tienen frío porque les encanta exagerar. Encender la radio y que esté sonando la canción que les gusta, mientras sueñan con una boda preciosa en un sitio romántico escuchando esa música de fondo.

A las niñas bonitas no les gusta demasiado hacer deporte, pero sí lo bien que se sienten cuando han acabado de hacerlo. Odian las mudanzas y deshacer maletas, pero sueñan en cómo decorarían su casa, su patio o jardín. Les da miedo el mar con muchas olas, un gato de mal humor, o pensar que les saldrá algún bicho cuando pasean por el campo.

Les da miedo escuchar ruidos extraños, andar sola por la noche, o que se vaya la luz cuando no hay nadie en casa. Lloran cuando ven una película triste, pero se mantienen fuertes cuando tienen que secarle las lágrimas a alguien a quien quieren. Les da miedo que les ocurra algo a quienes les importan, y les encanta hacer felices a esas personas con cualquier tontería.

Las niñas bonitas para decir "te quiero" besan en los párpados, respiran cuando las muerden o algún bebé les tira fuerte del pelo. Les encanta ver a éstos recién nacidos, mientras más arrugaditos mejor, y les gustan sus ropitas pequeñas. Les encanta programar y pensar en un viaje, descubrir un sitio, un pueblo, un bar o restaurante y en el cual pensar en volver. Un café recién levantada, beber una cerveza con mucha sed y comer una tortilla de patatas recién hecha.

Las niñas bonitas juegan con los niños pequeños, y adoran charlar y pasar tiempo con las personas mayores. Les gusta recibir cariño, conocer a gente que se convierten en importantes en su vida, pero también hablar con amigas que aunque pasen veinte años siguen siendo sus amigas, o también coincidir con gente que les tienen cariño en un sitio inesperado. 

Las niñas bonitas son más bonitas por lo que quieren saber que por lo que ya saben. Las niñas bonitas besan, ríen, lloran, bailan, saltan, se rompen las medias nada más estrenarlas, se caen, leen y releen el mismo párrafo cien veces porque andan despistadas, se equivocan, piden perdón, te abrazan, te estrujan, chillan, sienten escalofríos, a veces son insoportables, otras veces imprescindibles.

Las niñas bonitas viven, y sobreviven. El mundo entero debería estar lleno de niñas bonitas."

Ella se quedó callada, con la boca entreabierta, pero había escuchado atentamente cada una de mis palabras. No esperé respuesta alguna, y ella tampoco quiso darla. Me despedí con un gesto cariñoso, y mientras me marchaba, observé cómo de nuevo se acercaba un bote. Al llegar a la altura del embarcadero, pude escuchar a mis espaldas;...

..."como buen barquero, te vuelvo a decir, que las niñas bonitas, no pagan aquí".

Entonces me giré, y vi como ambas me sonreían con un guiño. Subieron al bote,.....¡Eran niñas bonitas.!  




Positano, Italia. Noviembre de 2015. Fotografía de Jesús Apa.
  

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