viernes, 21 de julio de 2023

El cuento del conejito de una oreja

En un hermoso día de verano, una niña muy pequeñita se encontró sobre una cuna, aparentemente vacía, un conejito triste y abandonado. Se acercó hacia él y trató de tener contacto con el inofensivo animal, y al tocarlo, se sorprendió al comprobar que éste quedaba totalmente paralizado en sus manos. 

"¿Por qué estás tan triste conejito?"--, trató de comunicarle con los gestos propios de un bebé.

-- Estoy triste porque solo tengo una orejita y nadie quiere ser mi amigo --, dijo el conejito haciendo otros gestos para que la pequeña lo entendiera.

La niña, tan bebé aún, se llevó sus manos a su carita tocando ambas orejas, para comprobar que ella sí tenía la dos, y como no acababa de entender que el conejito solamente tuviera una, fue entonces que le preguntó de nuevo;

"¿Y por qué solo tienes una orejita? ¿Acaso alguien necesitaba la tuya?"

-- Siempre he pensado que era por eso que me faltaba una, y cuando he preguntado, unos me dicen que no soy verdaderamente un conejo, y que con una sola oreja, no valdré para esta vida, pues no escucharé bien los peligros del bosque. Otros, en cambio, me dicen que es porque mis padres han hecho algún mal y la naturaleza me ha castigado a mí por sus hechos. Sin embargo, quienes me quieren, me dicen que lo que me ha ocurrido, al nacer con una sola oreja, se llama injusticia. --

La pequeña lo escuchaba, a su manera, de forma muy atenta. Y a pesar de ser aún tan bebé, lo entendió perfectamente. Desde ese momento, se convirtió en la mejor amiga del conejito, y siempre que puede, le pide a su mamá que, tras su baño diario, la vista de conejita. A ella, le seguía pareciendo el conejito más hermoso que vería en su vida.

Moraleja; siempre que veas una injusticia, sé precisamente justo y empático con esa persona.



Fuente de Cantos, 21 de julio de 2023. Imagen de Catarina. Fotografía de Jesús Apa.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario