viernes, 12 de febrero de 2016

Maldito rompecorazones

Él era un coleccionista de estrellas,
y ella lo había observado desde el cielo.
No pensaba ser ninguna doncella,
ni quería llevar puesto ningún velo.


Él era un atrevido equilibrista
y ella la más brillante del lugar.
Más nunca fue pesimista;
su momento estaba por llegar.


Mientras paseaba por las nubes
le mandaba todo tipo de señales.
Sabía que cuanto más subes
mayor son las fuerzas astrales.


¡Ohhh brilla maldito rompecorazones!
¡Deseo que estuvieras aquí!.
Más sé que tengo pocas opciones,
pero sólo verte y sería feliz.


Él era un vendedor de sueños,
y ella soñaba despierta.
Veía que de su corazón ya era dueño
y es que nadie la puso en alerta.


Él era como un vestido elegante,
y ella la estrella más apuesta.
Serían la envidia más desbordante,
de los invitados de cualquier fiesta.


Ella lo extrañaba en las mañanas,
despierta toda la noche.
Ni todas sus estrellas hermanas,
sabían de ese amor y derroche.


¡Ohhh brilla maldito rompecorazones!
¡Que no pierda mi fe en ti!.
¿Quién escribió nuestros guiones,
donde digan que seré feliz?.


Miro arriba y rastreo,
ojalá algún día aparezcas.
Solo quiero un pequeño deseo.
¡Brilla para que yo te vea.!


Ya era un caso extraño,
sin que nadie lo advirtiera.
Habían pasado casi cien años
en que una estrella esperaba un cometa.


¡No cesaré en mi empeño, 
aparece de nuevo en mi cielo!.
Deja que cumpla mis sueños
pidiendo un pequeño deseo.


¡Ohhh brilla maldito rompecorazones!
¡Deseo que estuvieras aquí!.
Déjame amarte sin condiciones
y otros cien años esperaré por ti.





















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