viernes, 19 de agosto de 2016

Aprendí a caminar sin mapa

De los caminos desconocidos es de los que más se aprende. Por eso será que a veces es bueno desconocerlo, aunque cargado de huellas se presente. Curvas y rectas, subidas y bajadas; mojado o seco, da igual cómo lo encuentres. Te acostumbrarás a ello; el caso es caminar. Avanzar marcando tu ritmo, rápido o más lento; el caso es avanzar. Una mano que te empuje, tampoco te viene mal. Pero decide tu propio camino, disfruta de él. Desvíate un poco para luego volver; como haces con viajar.

Aprendí cuántas lecciones pude, quizás más de cien, o diría que un millar; y las que me quedan por contar. Es porque alguien pudo enseñármelas, para bien o para mal. Así que no te apures por el polvo que a veces se levante en el camino; será que alguien lleva más prisa que tú. Deja que se marche, no lo retengas, ni lo juzgues. Seguro que al igual que tú, solo quiere eso; caminar. Porque tampoco a ti nadie va a enseñarte dónde pisar a lo largo de tu vida, ni qué huellas dejarás en los demás.

Y en estos pasos, miles de cosas descubrirás. De personas como tú, no te pienses que la sencillez escasea, aunque sí lo especial. Y aunque odies las prisas, no temas a la celeridad. Tratando de ser optimista, en la búsqueda de eso tan de moda, como es la felicidad. Que dura tanto como la trabajes, siempre con madurez y empeño. Aunque hay quien dice por ahí, que la felicidad consiste en volver a ser pequeño. En tu corazón esa palabra he visto inscrita. Quizás por eso, que siempre te he visto tan pequeñita. 

No salgas a buscar nada, pues las cosas más hermosas aparecerán ante ti solo cuando estés preparado para ello. Porque en tu viaje, tendrás que decidir qué llevarás en tu maleta. No la cargues demasiado, menos aún de las cosas materiales e inútiles. La libertad es ligera y liviana, podrás ir de ella repleta, pues casualmente es pesada, cuando no dispones de ella. Será importante que dejes espacio para las personas que seguro vas a encontrar. A veces dejarás que pasen de largo, y otras sentirás la necesidad de mirar atrás, y ante eso, tendrás que dejarte llevar. Ten siempre buena presencia, y no hablo de aparentar. Vivir es muy sencillo, pero vivir de manera sencilla, es la cosa más difícil de gestionar.

Y será con las más sencillas sonrisas, con las que mejores carcajadas tendrás. Al igual que no le des alas a quien no sabe volar, si quieres que alguien te inspire; ¡déjate inspirar!. Si dices que mucho aprendiste, trata de enseñar. Nunca es momento de reproches, y siempre lo es de perdonar. Pero lo único no permitido en el juego, es la falta de verdad. Porque la sinceridad podrás sentirla como un arañazo si no te viene bien, pero con el tiempo entenderás, que era una caricia que jamás te quiso dañar. Otros lo llamamos honestidad. Que quien te miente una vez, lo podría hacer cien más, y aunque luego te quiera contar mil verdades, éstas ya no te interesarán.

Aprendí que bonitas son las noches de verano, no te lo voy a negar. Pero cuida bien a quién quieres a tu lado, no sea que otra vez te vayas a equivocar. Porque el invierno es frío, a veces oscuro. A veces muy muy largo, y a veces confuso. Decide bien la madera con la que te calentarás, pero elige aún mejor con quien la vas a quemar. Leña al fuego para tu abrigo, y de fondo, música de suspiros.

Pero en mi camino me perdí muchas veces, y es entonces cuando encontré los mejores amigos. Piérdete para encontrar lo que no sabías que andabas buscando, más aún cuando llegues a un cruce de caminos. No hay nada mejor que toparte de lleno con alguien que no esperabas. Por eso viaja, más aún de lo que imaginabas. Porque no encontrarás a esas personas de las que te hablo, sentado en tu sofá. No te preocupes tanto por el dinero, la felicidad no tiene nada que ver con él; sólo hazlo. La experiencia es mucho más valiosa de lo que el dinero será jamás.

Sin duda viajar, es la forma más fascinante e intensa de aprender. Viaja sólo y lejos, y sabrás quien eres. Porque el viaje es la gasolina del alma; trata de entrenarla cuánto puedas. Y de todas las lecciones, demuestra lo que aprendiste, y empieza por dejar de buscar la felicidad, allá donde la perdiste. 

Aprendí a vivir sin horarios, y al fin entendí, que los mejores días de tu vida, no están marcados en el calendario. Que cada fracaso es una enseñanza; eso lo aprendí demasiado despacio. De manera urgente, supe que incluso tus días de soledad pueden ser diferentes. Y que no sirve de nada, seguir negando lo evidente. Pero si en esa soledad, sigues estando perdido, trata de aprovechar ese silencio. Las mejores cosas suceden cuando confías en el tiempo. Y es que con el tiempo todo pasa, lo he visto y he sentido. Hasta lo inolvidable, volverse olvido.

Una noche que me encontré perdido mientras caminaba, me acordé que con las estrellas te puedes guiar. Ellas me acompañaban. Y en el silencio de esa alborotada noche descubrí, que la luna tiene algo especial, por eso que tanto brillaba. Y es que además de bella y con ese color plata, si la escuchas bien, hasta cuentos te relata. Es por eso, que aprendí a caminar sin mapa....



Comporta, Portugal. Agosto de 2016. Fotografía de Jesús Apa.






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