viernes, 7 de septiembre de 2018

La nube de colores

Hay una divertida forma de aprender cosas nuevas, vivir otras experiencias, otros idiomas, historias, culturas... Una linda forma de crecer, y de hacerlo interiormente. Existe un método infalible, brillante para todo eso. No mucha gente lo sabe, no muchos lo conocen, pero cuando lo descubren, su vida cambia para siempre. 

Se trata de encontrar una nube. Una misteriosa nube, que al igual que las otras, aparece y desaparece a nuestra vista. Pero en cambio ésta, es distinta al resto. Muy diferente. Se trata de una nube de colores. Claro que no es fácil dar con ella, pero existe. Vaya que si existe.

Entonces aquí, en la Tierra, estamos nosotros, que tenemos nuestras vidas, nuestra propia forma de ser. Pero sobre todo, cada cual tiene su historia personal, íntima, particular... Una historia única. Y depende de cada uno mostrarla, sacarla fuera, junto con lo mejor de nosotros mismos. Dejar fluir y mostrar nuestro "yo". Y es que las historias nacen en nosotros, aquí en la Tierra, que somos quienes las escribimos, somos nuestros propios protagonistas, y luego depende de que, con nuestras intenciones, se evaporen o no.

Si es así, se evaporan y se condensan en esta nube, la de colores. Cualquiera puede asomarse, meter la cabeza dentro y tomar prestado todo aquello que le guste y que esté en su interior. Coger cualquier cosa con lo que se sienta identificado, aquello sobre lo que quiera aprender, incluso vivir lo que alguien, con su historia, dejó ahí para que otros la tomaran e hicieran suyo a partir de entonces. En ocasiones incluso ahí dentro, uno puede descubrir quién quiere ser porque esta nube, a veces, y dependiendo del momento que estés viviendo, puede llegar a cambiar tu vida.

Ahí dentro está todo lo que puedas imaginar y todo en lo que quieras llegar a convertirte; cualquier historia, de cualquier persona. De todas las culturas, en todos los idiomas del mundo y sobre todos los tiempos.

Pero para ello tendrás que pagar "un precio". No te va a llegar porque sí, menos aún si permaneces en tu zona de confort. Esta nube solamente podrás descubrirla viajando. Es de esta forma como conocerás esa persona que te va a marcar para el resto de tu vida, esa historia que te llene y con la que ya te vas a sentir identificado para siempre, o mejor aún, vivirás esa experiencia que te hará cambiar para mejor; sobre tu forma de ser, en tu manera de actuar, de sentir, de vivir.

Así que esta nube, cuando está cargada de las historias y vivencias que otros han dejado, como sucede con las otras nubes, descarga lo que lleva dentro. Las nubes normales lo hacen en forma de lluvia, pero esta, la de colores, descarga vida, sensaciones, experiencias y así, baja de ella todo lo que lleva dentro para que otros puedan disfrutarlo. Empaparse de esas intimidades y confidencias que otros dejaron. De valores, vivencias, generosidad, amistad o amor.

Eso sí, a simple vista es difícil verla. Para ello, es preciso como te digo viajar, en primer lugar, pero además, tendrás que dejarte llevar y no pensar en ella. De esta forma, en tu viaje, es más que probable que la encuentres y que puedas descubrir todo lo que las personas que encontrarás en tu camino han dejado dentro para tu aprendizaje.

Solo existe una norma en todo ello. Unas reglas que debes cumplir. A la vuelta de tu viaje, si es que has hecho lo correcto y te has encontrado con ella, cuando vuelvas a ver esta nube de colores, tendrás que dejar dentro de ella todo aquello que aprendiste, a modo de historias y enseñanzas. Alguien querrá aprender algo de ti y seguro que al igual que ocurrió en tu caso, le vendrá muy bien todo lo que quisiste dejar dentro de la nube de colores.

Yo ahora mismo, salgo de nuevo a buscarla... 



Aeropuerto de Adolfo Suárez-Barajas, Madrid. 7 de septiembre de 2018. Imagen libre en la red

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