viernes, 8 de enero de 2021

La felicidad va en bicicleta

Si el año pasado no acabó nada bien, el nuevo año tampoco ha empezado de la mejor manera. Entonces supongo que es cuándo tiene que aparecer la resiliencia, la capacidad de ponerse en pie, de superar las adversidades. Y a veces, uno mira a su alrededor, buscando una inspiración o alguien sobre quién tomar ejemplo. La mayoría de las ocasiones, tratamos de fijarnos en personas de nuestro entorno, o parecidas a nosotros. Pero no siempre es ese el camino. Entonces, volví a leer esa historia que dice...;

"Los discípulos discutían a qué personas deberían imitar para ser felices y alcanzar la plenitud.

–Yo pienso que a los piadosos, que dedican su vida a cumplir la voluntad de Dios –defendía con tesón el más veterano de los discípulos.

–Yo creo que es preferible imitar a los estudiosos y cultos, que se esfuerzan por comprender los misterios de la existencia –dijo otro con aire de letrado.

–Mejor imitar a los valientes –saltó con decisión un joven lleno de ímpetu.

El maestro les escuchaba en silencio, sin decir nada.

–¿Y qué opina usted, maestro? –le preguntaron al rato.

–Si quieren ser felices y vivir plenamente, imiten a los niños.

–¿A los niños? Si no saben todavía nada…

–Están muy equivocados –les dijo entre sonrisas sabias el maestro–. Los niños tienen tres cualidades que nunca deberíamos olvidar si queremos ser felices. En primer lugar, se asombran de cualquier cosa y están alegres sin motivo; en segundo lugar, tratan a todos por igual y no se consideran superiores a nadie; y, por último, actúan con libertad, sin temor a hacer el ridículo."

Pero lo cierto y verdad, es que hace unos días, conocí a una persona que me hizo pensar sobre esta historia, o mas bien, me hizo replantearme ciertas cosas. Y es que Francis, que así se llama, sobrepasa de largo los 80 años, y tiene una energía como jamás nunca había visto en nadie, ni tan siquiera en alguien mucho más joven. 

Tras aceptar su invitación de dar un paseo en bici, Helena y yo seguíamos su ritmo, pero sobre todo, caímos rendidos a sus conversaciones, a su carácter jovial, en su forma tan especial de ver la vida. En ese paseo, me di cuenta que ella podría ser el espejo donde mirarse cualquier persona que pase por un mal momento y que sin embargo, quiera con todas sus fuerzas ser feliz. Todo parecía llamarle la atención, todo parecía asombrarle. El color del cielo, las olas del mar, los rayos de sol..., como si los estuviera viendo por primera vez.

¡Llegar a ser mayor, sin olvidar todos los beneficios de seguir siendo un niño!. Ahí es donde pensé que debe estar el secreto.

Seguir viviendo de la forma más optimista posible, y ser conscientes de que para vivir plenamente, y devolverle el sentido a la vida, debemos empezar por recuperar la capacidad de asombro.  

Sea como fuere, me quedó claro, que la felicidad va en bicicleta... 



Fuente de Cantos, 8 de enero de 2021. Helena y Francis, enero 2021, Marbella. Fotografía de Jesús Apa.


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