viernes, 19 de marzo de 2021

La Cronopatía

Hace unos días hablaba (aunque de pasada sobre el tema) con mi amigo Rubén sobre el tiempo que le dedicamos al trabajo; prácticamente, todo el que podemos. Y es curioso pues, a sabiendas de que no es lo mejor, y así lo sabemos, lo seguimos haciendo, y cada vez en peores circunstancias. No buscamos tiempo "extra" para hacer cosas de ocio y relax, sino que tratamos de echar más horas al trabajo. Una pena, pues está claro que no recapacitamos ni con el paso de los años. ¿Qué tiene que ocurrir para que aprendamos? Lo que todos imaginamos... 

Casualmente esta semana, he "tropezado" con varios artículos o documentales sobre el uso del tiempo en las distintas culturas y sociedades del mundo. La caribeña, sin duda los que más tiempo se dedican a sí mismos, pero pocos actúan así. Por ejemplo en Japón, es muy común ir al límite, de ahí los graves problemas que tiene su población. Y parece mentira, pues ancestralmente su disciplina la usaban para mejorar precisamente su estado mental.

Y es que nos encontramos en un momento de la historia donde la máxima aspiración del ser humano es la productividad y la eficiencia. Ya ni hablamos de la competencia. Es lo que denominamos la mercantilización del tiempo y ha surgido un nuevo síndrome; La Cronopatía. De "cronos", tiempo --, y de "pathos", enfermedad. La obsesión por aprovechar el tiempo.

Hoy día no queda bien decir que uno está libre o desocupado, menos aún que está aburrido. Se valora de forma positiva todo aquello que se relaciona con la velocidad y la capacidad de aprovechar más el tiempo. 

Vivimos convencidos de que la prisa y la aceleración producen mayores y mejores resultados en la vida y la inmediatez, se ha convertido en protagonista crucial de la vida. Todo, para "ayer". Pobre del camarero si se retrasa más de dos minutos en tomar la comanda. En el supermercado trato de analizar qué fila va más rápida y una vez en la espera, mi tiempo lo dedico a analizar si he acertado con la elección o no. Incluso me genera ansiedad si no he elegido bien.

Si no nos atienden conforme a "nuestro tiempo", reclamamos y nos quejamos. No se espera una semana para ver el siguiente capítulo y ojo si el tren llega diez minutos tarde a mi destino, pues no me importará dedicar otros diez más en presentar una reclamación.

Hay personas que no saben vivir en el descanso y los parones les generan ansiedad, sentimientos de culpa, vacío, tristeza..., y su vida acaba convirtiéndose en una huida hacia adelante. Y lo peor de todo, que mientras escribo esto, no paro de analizarme a mi mismo al pensar que quizás, yo soy uno de los que puede tener el "síndrome de la cronopatía".

Y mira que sé, que las grandes experiencias de la vida no se saborean en el ajetreo de las prisas y el reloj. Y mira que sé, que la vida no es plena y gratificante si no hay paz y quietud en algunos instantes.

Tendré que tener en cuenta más veces y saber moderarme, con esa reflexión que dice así; 

"La rapidez, que es una virtud, engendra un vicio, que es la prisa" 


Fuente de Cantos, 19 de marzo de 2021. Imagen libre en la red.

   

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