viernes, 12 de noviembre de 2021

Microrrelato; la verdad sobre Noé y su arca

En los primeros días del diluvio, aquello era un caos. "Suban obligatoriamente por parejas, y acomódense donde puedan, que tenemos que partir cuanto antes", - se desgañitaba y gritaba Noé metiendo prisa a todos los animales. 

Nadie sabía cuanto tiempo durarían aquellas lluvias, pero era orden de Dios que salvara al mundo y todos los que habitaban en él. Y una vez todas las especies en el barco, partieron sin rumbo. Al poco, Noé escuchó un canto delicado y armonioso... 

Era una hermosa sirena, que pidió posada en nombre de Dios. 

"¿Dónde está tu pareja?,.- le dijo Noé. 

-- ¡Amigo, deberías saber que no existen los sirenos! --

Noé dudaba si hacerla subir, porque aquella sirena cantaba realmente bien, eso sin hablar de su belleza. Estuvo tentado a decirle que sí, pero tenía que cumplir sus propias reglas.

Ante las dudas del patrón del barco, la sirena brincaba, aleteaba, se insinuaba, pero no dio sus resultados, y se fue. 

Lo que ella no sabría, es que Noé quedó sintiendo largo rato aleteos en su entrepierna.

Tal como ocurrió más veces, la tentación, nuevamente, estuvo a un paso de cambiar la historia...


Fuente de Cantos, 12 de noviembre de 2021. Imagen libre en la red.


 

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