viernes, 11 de noviembre de 2022

Las tardes de Otoño

No se puede negar, que las tardes de Otoño son distintas. Me concentro esperando a que llegue. El paso de las horas vespertinas y su levedad, cuando desaparece el ruido y la vida se hace más benigna. Entonces es cuando surgen momentos de reflexión.

No se deben preguntar demasiadas cosas, ni tener prisa. Eso se aprende poco a poco. No existen los concejos fáciles, ni amables, pero las sendas de sabiduría pueden aparecer de repente. Y te das cuenta que la vida es una trampa, pero es demasiado alargada para hablar de ella en una sola frase.

Toda la vida estamos hablando de la vida. No es que vayamos siendo más pragmáticos, desnudándonos, o dejando de lado cosas inútiles, no. Lo que pasa es que las cosas nos van dejando a nosotros. Cosas que hemos amado tanto como el amor, la soledad, la amistad. De repente nos damos cuenta de que solo aspiramos a una leve ternura, y a estar totalmente convencido de que cuando seamos mayores, hayamos sido buenas personas.

A veces estamos vencidos por el peso de las cosas y somos criaturas cada vez más vulnerables que sólo esperan la llegada de la luz de la tarde, de las tardes de Otoño, porque es ahí, cuando nos ponemos melancólicos y sale lo mejor de nosotros...


Cabeza la Vaca, 11 de noviembre de 2022. Fotografía de Jesús Apa.

 

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