viernes, 18 de agosto de 2023

El cuento de la lechuza sabia

Habíamos caído en la cuenta de que, lo que más le gustaba a la bebé, era jugar con la lechuza de color rosa. Era despertarse, e ir en busca de ella. Aunque la pequeña apenas tenía dos meses, había avanzado en sus gestos de una forma desproporcionada. Atendía con la mirada, gesticulaba con las manos, e incluso nos pareció que articulaba alguna que otra palabra. 

Había muchos más animales a su alrededor; la cebra, la jirafa, el macaco..., pero solo tenía predilección con aquella coruja. La agarraba para sí, y parecía como si entablase una conversación con ella. De hecho, ¡aún creemos que de verdad ocurría!

Pero también nos dimos cuenta, que cuando la pequeña despertaba en la noche, era imposible encontrar a la lechuza. Buscábamos por todos lados, pero ni rastro. En esas noches de llanto, tenía que conformarse abrazando al macaco, a la jirafa o al elefante.

Fue al cabo del poco tiempo, mientras la niña siguió avanzando de forma prematura su raciocinio, que nos dimos cuenta que la lechuza, para llegar a su enorme sapiencia, tenía que comer todas las noches un ratón de biblioteca!! 


Marbella, 18 de agosto de 2023. Fotografía de Jesús Apa.


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