viernes, 6 de octubre de 2023

El infierno

Despertó mirando hacia arriba y abriendo los ojos como hacen las muñecas de trapo. Llevó su mano a la bolsa de la camisa para tocar la cajetilla de cigarros, y percibió un olor a pompas de jabón; una melodía de chelos y violines llegaba de lejos.

Condujo sus manos a la cara, palpó su cabeza, y tuvo plena conciencia de que la barba y su coleta habían desaparecido. Incluso se sentía limpio, sin olor al alcohol agrio de la noche anterior. Miró la blancura de las paredes, la perfecta disposición simétrica de los objetos y a través de la ventana había un cielo moteado de nubes; un pasto mullido que serpeaba bajo los árboles y que invitaba a la meditación.

No era su acomodo, así que cerró los ojos, apretó la cabeza desesperado y comenzó a gritar. 

¡Qué mierda de lugar es éste. Que alguien diga algo. Quiten el silencio y que vuelvan a sonar los bullicios, las copas, la gente del bar; la música heavy y rock....! De lo contrario, prefiero morir!

-- Estás muerto --, dijo una potente voz.

"Entonces, ¡mándame al infierno!.

-- En el estás. En la muerte, al igual que en la vida, no todo es como parece... --


Fuente de Cantos, 6 de octubre de 2023. Imagen libre en la red.


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