viernes, 16 de febrero de 2024

500.- La nube de historias

En este viernes, y como todos los viernes de casi los últimos 10 años de forma ininterrumpida, me siento frente al ordenador dispuesto a escribir alguna historia. Durante el resto de la semana, no le dedico a esto ni un solo minuto; es solamente el viernes el día en el que toca pensar qué escribir en este folio en blanco. Y con el de hoy, son ya 500 post, medio millar de historias. Se dice pronto!.

Algún día dejaré de escribir, o más bien, dejaré de publicar lo que escriba. Algún día no llegará la inspiración o, sencillamente, no habrá más ganas. Y claro, en eso tenía mis pensamientos mientras contemplaba el cielo obnubilado. Esta palabra quiere decir que estoy confundido, o nublado. Y entonces pensé, mirando a la bóveda celeste, en el significado de las nubes, y ahí me acordé de lo que cuentan que ocurre con una de ellas...

"Es cuestión de fijarse bien, pero hay una nube enigmática encima de nuestras cabezas. Una nube que está llena de historias. Realmente, las tiene todas, porque las historias nacen en la tierra pero luego se evaporan, se condensan y quedan ahí almacenadas.

Esta nube de las historias, es enorme y en ella están, -- en estado gaseoso --, todas las crónicas, los sucesos, los textos y los cuentos en todas las lenguas, en todas las culturas y de todos los estilos. Es increíble.

El contador de historias, cuando no consigue inspirarse, no tiene más que agarrar la escalera, subirse y meter la cabeza en la nube y aspirar. Después, se sienta y la historia sale automáticamente por su estilográfica. Lo malo de la nube de las historias es que no todo el mundo consigue verla, está ahí, pero hay que agudizar el ingenio.

Después de aquellos que consiguen verla, hay escritores que se enchufan a la nube desde primera hora y están todo el día aspirando historias. Así les salen unos cuentos larguísimos e insoportables, o unas novelas horrendas y con finales que nadie entiende.

Yo soy más de subir, asomarme y absorber o chupar solo un poquito de esas historias, de tal forma que salgan solamente cuentos cortitos, pequeños destellos, apenas cuatro líneas. Así, si un día dejo de ver la nube, que apenas nadie lo note... Pero hasta entonces, ahí va el "sorbo" número 500...


Marbella, 16 de febrero de 2024. Imagen libre en la red.


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