viernes, 9 de febrero de 2024

Sobre las discusiones

Después de pasar unos días en Italia por asuntos de trabajo, puedo decir que vengo satisfecho. Y es porque, el hecho de viajar, debe darte más de dos razones de estar feliz por haber realizado ese viaje. La primera, obviamente, contento por el motivo que lo organizaste, que en este caso, ha sido por un asunto laboral. Y al menos la segunda, y todas las razones más que vengan, por haber conocido gente interesante.

Entre estas personas, hablaré de un tipo que, pasado los sesenta, tiene una inteligencia destacada y muchas capacidades que definen el motivo por el que alguien me guste en su forma de ser. Giovanni, es una persona que me ha despertado gran interés, por muchas razones. En conversaciones distendidas, llega a conocerse muy mucho a alguien.  A modo de anécdota, me pareció que era muy peculiar con el interés sobre la edad de las personas. Al menos, de todos los allí presentes, y sin saber de dónde sacó tal información, se sabía la edad y el cumpleaños de todos nosotros.

A veces me frustro conmigo mismo porque digo de hacer una cosa, y luego hago la contraria. Siempre me digo a mí mismo que no pienso gastar energías donde no debo, relacionarme con gente que no me aportan nada o discutir con personas que no merecen la pena ni mi tiempo, y en algún momento y sin saber el motivo, lo vuelvo a hacer.

Me gustó la teoría de Giovanni sobre la edad;

"Hay cuatro franjas de edad que marcan a una persona. Todas van de 20 a 20 años. Desde que naces a los 20, es tu inocencia y aprendizaje. De estos 20 a los 40, es tu etapa de errores. Luego hasta los 60, piensas que lo sabes ya todo.  Y la mejor es ésta última, o sea, hasta los 80, que ya todo te ha puesto a prueba. De ahí hacia adelante, si es que hay otra etapa, nunca se sabe cómo te encontrarás."

Él, con más de 60, fue tajante en su versión; 

"Cuando llegas a esta edad, todo te da exactamente igual. No pierdo energía con nadie, ni discuto con nadie. Puedo decir, que hago lo que realmente quiero hacer y me da la gana. No disimulo si algo no me gusta, pues solo busco mi felicidad, y ni tan siquiera lo someto a discusión alguna".

No pude evitar ante eso, acordarme del cuento del burro y, en este caso, el rinoceronte...


En cierta ocasión se encontraron un burro y un rinoceronte.

El burro le dijo al rinoceronte:

–La hierba es azul.

El rinoceronte respondió:

–No. La hierba es verde.

La discusión se fue acalorando y decidieron someterlo al arbitraje del león, el Rey de la Selva.

Al llegar al claro de la selva donde el león estaba sentado en su trono, el burro gritó:

– Su alteza, ¿no es cierto que la hierba es azul?

El león respondió:

– Cierto, la hierba es azul.

El burro continuó:

– El rinoceronte no está de acuerdo conmigo y me contradice y molesta. Por favor, castígalo.

El rey entonces declaró:

– El rinoceronte será castigado con cinco años de silencio y colgado ante la multitud.

El burro siguió su camino, contento, saltando alegremente y repitiendo:

–La hierba es azul, la hierba es azul…

El rinoceronte aceptó su castigo, pero antes le preguntó al león:

– Su Majestad, ¿por qué me ha castigado? La hierba es verde.

El león respondió:

–Sí, la hierba es verde.

El rinoceronte preguntó:

– Entonces, ¿por qué me castiga?

El león respondió:

– Eso no tiene nada que ver con que el pasto sea azul o verde. El castigo se debe a que no es posible que una criatura fuerte, valiente e inteligente como tú pierda tiempo discutiendo con un burro y, encima, venga a molestarme a mí con esa pregunta.

P.D: Discutir con personas necias y/o fanáticas, que no quieren ver la verdad, es una pérdida de tiempo. Solo desean que se les dé la razón. No gastes un segundo de tu tiempo en discusiones sin sentido que no van a ningún lado.


Escultura de Bombardieri, Brescia, Italia. 9 de febrero de 2024. Fotografía de Jesús Apa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario