viernes, 18 de abril de 2025

Microrrelato; El encuentro

Una vez —o tal vez muchas— se encontraron en un banco solitario dos figuras antiguas:  "el Tiempo", con el rostro arrugado por la eternidad, y "el Dinero", con la sonrisa pulida de quien siempre se hace desear.

No hablaban a menudo, pero cuando lo hacían, el mundo se detenía a escuchar.

—Tú y yo — dijo el Dinero, con voz de metal— somos los motores del mundo. Pero se engañan creyendo que soy yo quien manda.

"Porque tú haces más ruido" —respondió el Tiempo, con tono suave—. "Yo solo paso".

El Dinero se acomodó, cruzando las piernas con elegancia.

—Conmigo se compran techos, comidas, experiencias, incluso comodidad. La gente me persigue porque cree que les doy libertad.

"Pero no los liberas" —dijo el Tiempo—. Solo les das opciones. La libertad no está en elegir entre cosas, sino en saber cuánto de sí están entregando por ellas.

—¿Insinúas que soy una trampa?

"Digo que eres un reflejo. Lo que alguien hace contigo revela lo que valora. Pero conmigo… conmigo no hay espejo: solo fin. Solo límite."

El Dinero bajó la mirada un instante. Cosa rara.

—También te temen a ti —dijo, más despacio—. Tal vez por eso me buscan tanto. Para olvidarse de que tú existes.

El Tiempo asintió. No con orgullo, sino con resignación.

"Me gastan sin darse cuenta. Me derrochan pensando que me sobra. Hasta que un día despiertan y ven que ya no estoy. Y entonces vienen por ti, buscando comprar lo que ya no les puedo dar."

—Y yo —confesó el Dinero, casi con pesar— no puedo darlo. No puedo comprar una hora que no llegó, ni un momento que no se vivió.

Ambos se quedaron en silencio.  

Frente a ellos pasaba gente: unos corriendo, otros esperando, algunos con prisa, pocos con pausa.

—Quizá —dijo el Dinero al fin— deberían aprender a usarnos juntos.

"Quizá" —respondió el Tiempo— "deberían recordar que tú puedes guardarse. Yo no."

El viento sopló entre los árboles.  

Y como siempre, el Tiempo se fue primero.  

Sin apuro, sin anuncio, como todo lo que es verdaderamente valioso.

El Dinero se quedó solo.  

Brillaba… pero no bastaba.


Marbella, 18 de abril de 2025. Imagen libre en la red.



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