viernes, 22 de mayo de 2015

Podrán llamarme loco...

Podrán llamarme loco, pero pienso que, o te comes la vida, o esta te devorará a ti. Es cada vez más frecuente, que ante cualquier desgracia o muerte de alguien querido o conocido, que te toca de una manera directa o indirecta, pensamos sobre si estamos viviendo la vida como debiéramos. Y es que a menudo, vivimos el día a día, olvidándonos de eso, de vivir como habría que hacerlo, sabiendo que solo tendrás una vez para ello. Maduramos este concepto cada vez más tarde, y le damos mil vueltas a cosas, que carecen de importancia. Nos volvemos demasiado cautelosos, cuando lo que necesitamos es ser pragmáticos. Arropamos nuestras energías en exceso, cuando no hay más vida que la que tienes delante tuya, y cuando lo que tienes que hacer es provocar que salten chispas.

Cuando la vida nos da una lección, que lo hace a menudo, lejos de volverte en contra de ella, debemos plantarle cara y vivirla aún con mayor intensidad. Dejar a un lado la teoría, que nos la sabemos perfectamente, y ejercer la práctica. Porque la vida en determinadas ocasiones te da regalos, pero la muerte ni tan siquiera se molesta en envolverlos, pues no respeta a nadie. Ser buena persona, o menos buena, no estará relacionado con la longevidad de cada cual. Las tragedias vienen, la mayoría de las veces sin avisarte. Aquí lo que importa, es cuánto y cómo viviste, cómo amaste y cuánto compartiste de ese amor, cómo respetaste y si también tú lo fuiste. Si todo eso lo acompañaste de felicidad, vete tranquilo. Si por el contrario, la vida jugó a los dados con tu azar, y te tocó salir perdiendo, digamos que fue una "puta" contigo.

Podrán llamarme loco, pero vivir despeinado debería ponerse de moda. Aún no sé quien inventaría el aburrimiento, pero desde luego, nadie que viviera con la locura de respirar sin aire. A veces, parece que la sociedad nos anima a vivir de manera intermitente, pausada, con el freno de mano echado. Cuando el ritmo deberíamos ponerlo nosotros, y no permitir que nadie te cambie la música que mejor te va. Que nadie te quite la canción en lo mejor del baile. Y si eso ocurriera, que sigas moviendo tu cuerpo cantando tú mismo esa canción que tanto te gusta, que tantas veces cantaste, sin importarte quien te mira extrañado, por el simple hecho de no pensar o actuar de la misma manera. Porque vivir para otros, ya pasó de moda. Despéinate un poco anda, que no pasa nada. 

Porque, no está mal eso de creer en el destino, ser su cómplice, ser protagonista de sus buenas intenciones, pero no se te ocurra estar esperándolo. Porque quizás sea cierto que la vida y el destino caminan en perfecta armonía, incluso cogidos de la mano, hasta que a este último se le cruza el cable y hace como si no te conociera de nada. Que no te pille descuidado, porque la amistad con él, siempre está en entredicho. Y sobre todo, cuando sabemos que hay un destino para cada cual, aunque a veces te los encuentres vestidos con las mismas ropas. Su cariño a él, estará directamente proporcionado a como hayas decidido vivir.

Podrán llamarme loco, pero no cambio mi vida por la de nadie. Porque es ahora, cuando creo firmemente en ella. Es cuando sé que tengo que vivir para mí, y no para nadie, que ni tan siquiera, lo hace para él mismo. Solamente así sabré que lo estoy haciendo bien, que ando por el camino correcto. Disfruta cada segundo de tu vida, y vete a dormir queriendo todavía más. Escucha a tu corazón cuando solamente haya ruido a tu alrededor. Guarda el dinero en tu cajón desastre, pues solo así podrás gastarlo a tu antojo y de forma embrollada. Ríe para todos, pero repítelo para quien te lo pida una y otra vez. Y valora las cosas no siempre de la misma manera, porque si constantemente lo haces del uno al diez, muchas serán las veces que no llegues al cinco.

Y es cierto, que no todo es un camino de rosas, pero es sabido que éstas no florecen todo el año. Guarda en tu mente sus colores, aromas y fragancias, para cuando el camino sea menos armonioso. Y claro que "a veces", la vida es injusta, drástica y cruel. Así que disfrútala antes de que pienses, que "a veces", son demasiadas veces.

Podrán llamarme loco, pero quiero escuchar mi despertador todos los días. Porque vine aquí para quedarme, y no quiero perder ni un segundo más en lamentarme, sobre lo que no hice y debería haber hecho. Y tampoco quiero que nadie me lo cuente, porque no pretendo contagiarme de malos consejos. No quiero que tengan que pasar a mi alrededor cosas desagradables, para reflexionar sobre si estoy o no viviendo la vida como debiera, porque sé que esa reflexión no durará más de un día. Porque el momento de vivir intensamente ya ha empezado, y te lleva ventaja. Así que no pierdas más tiempo, pues nada ni nadie va a esperar a que te decidas. No seas tan cuerdo, pues nadie te está observando.

Y sí, podrán llamarme loco, pero al menos puedo volar...



Imagen de mundopapers.
      


No hay comentarios:

Publicar un comentario