viernes, 20 de noviembre de 2015

El poder del miedo

Parece mentira el tremendo poder que puede ejercer el miedo sobre nosotros. Nacemos con miedo, posiblemente como alerta de supervivencia, pues nadie es inmune a esa sensación, y nos acompaña el resto de nuestra vida. Un sentimiento extraño, pues a pesar de ser expresado de la misma manera, no todo el mundo tiene miedo ante las mismas cosas o situaciones. Además, podemos decir que incluso puede llegar a ser cuantificable, mostrando varios comportamientos ante él. ¿A cuántas cosas puedes tener miedo? Seguramente aún no lo sepas, del mismo modo que tampoco conoces aquellos miedos que irás dejando atrás, pues conseguirás superarlos.

Como el miedo se muestra en una gran variedad de situaciones, no podemos hablar de las más comunes, pues lo haría de manera individual y no serviría para generalizar con este sentimiento. Aunque podríamos decir, que se suele tener miedo a las alturas, a determinados animales, a situaciones trágicas, a perder a determinadas personas, a los cambios, miedo al amor...pero si tenemos que hablar del término miedo en su más estricto contenido, y donde mayor intensidad y poder adquiere, es con respecto a la muerte. 

Hace un par de semanas, comprobé lo que he escuchado en multitud de ocasiones sobre Nápoles; es una ciudad distinta, con una gente diferente. Y el primer lugar al cual me llevaron a visitar mis amigas, las hermanas "Biesek", fue el Cimitero delle Fontanelle, un lugar con una historia asombrosa. Una gran cueva, construida como una serie de túneles subterráneos tallados por los primeros colonizadores griegos, que tuvo posteriormente distintos usos como almacén por los romanos y otras civilizaciones que se asentaron en la ciudad italiana. Más tarde fue sirviendo como catacumbas que albergaban los restos mortuorios de miles de personas, principalmente debido a las epidemias como la peste, y otras plagas que sufrió la ciudad en el siglo XVI, donde ese lugar rebosaba de huesos y esqueletos.

Ya en el siglo XVII, la ciudad se vio afectada por unas desastrosas inundaciones, que dañando considerablemente este lugar, produjo la invasión en las calles de Nápoles de auténticos ríos de agua cargados de toneladas de huesos. Entonces se decidió remodelar esta zona, a modo de fosa común, y la cual sirvió como cementerio de los pobres, o de aquellos indigentes que no podían pagar un entierro digno. Pero la gran cantidad de calaveras y huesos, hizo que un religioso, no recuerdo el nombre que nos dijo el improvisado guía napolitano que nos lo explicaba, decidió adecentar ese lugar, ordenando aquel osario de una manera más curiosa, y provocando inconscientemente un lugar de culto donde las piezas mortuorias se limpiaban y colocaban cuidadosamente. 

Y puesto que los napolitanos, tanto años atrás, como hoy en día, creen firmemente en la superstición, teniendo una relación especial con la muerte y lo que le rodea, comenzaron un culto sobre todo aquello, "adoptando" calaveras, con las cuales hablaban, a las que le pedían consejo e incluso llegaban a adorar. Tal era el culto y devoción, que aquel lugar se convirtió en sagrado, principalmente para personas mayores, que vivían solas o habían perdido a sus familiares.

A sus cráneos adoptivos les solicitaban consejos con sus avatares domésticos, sobre sus negocios, sus amores u otras cuestiones cotidianas, y cuando sus solicitudes eran "escuchadas", dejaban una nota en un papel enrollado escribiendo; "Per grazie recevuta", (por la gracia recibida). En cambio, si sus súplicas y oraciones no eran atendidas, lo que hacían era girar la calavera, en señal de rechazo a seguir con esa adoración. Justo como en la vida misma a veces hacemos con las personas; "las giramos" cuando nos fallan.

Aquel lugar estaba lleno de miedo, pero no el que producía en sí esa cueva, sino el que allí se había quedado. Los napolitanos que a este santuario asistían, tal y como ocurre con el paso de los siglos, vivían controlados por el miedo. Ese, cuyo poder ha causados mayores sometimientos en la humanidad que con cualquier otra cosa. Utilizado en las guerras, en la religión, en las falsas creencias...nacimos con miedo, vivimos con él, y con toda seguridad, controlará nuestros límites en cada uno de nuestros días. Pero en este cementerio, quizás resulta curioso, que a través de la interrelación con la muerte o el más allá, iban generando desconfianza en ellos mismos, o más que desconfianza, quizás no iban venciendo sus prejuicios, porque es evidente que el miedo seguía apoderándose de ellos por no afrontarlos debidamente, y huir continuamente de él.


Paseaban dos amigos tranquilamente por una vieja estación de ferrocarril abandonada, cuando de repente, oyeron un grito salvaje. -- Están torturando a algún pobre desgraciado--, dijo uno de ellos, deteniéndose y escuchando como los gritos aumentaban.

"¿Te gustaría aliviar su sufrimiento?", le preguntó su compañero.

-- Por supuesto--, contestó éste tajantemente. "Pero claro, han sido tan grandes los gritos, que quizás tengo miedo", continuó diciendo.

"Muy bien, voy a mostrarte una cosa". Lo tomó del brazo, y lo alejó unos 100 metros de la estación de ferrocarril abandonada. Así, ya lejos de ese lugar, los gritos dejaron de oírse.

-- Vaya, ahora entiendo, es tan fácil como alejarse, y rápidamente ver que cesa el ruido--, dijo éste conforme de solventar sus miedos.

"Pues resulta todo lo contrario amigo mío. El miedo seguirá allí, pues no habrás podido superarlo, solamente evitarlo. La única manera de conseguirlo, será siempre enfrentándote a él".

Y es cierto, porque además sucede en la vida misma; enfrentarnos a nuestros miedos, supondrá crecer en otros muchos sentidos. Alejarse de ellos, significará ir dejando cosas pendientes, que algún día se verán acumuladas, y ya no podrás con ellas. Solamente superarás este temor si te acercas a él y no lo huyes.

Además, con esto conseguirás encontrar algo, que al contrario que el miedo, no naces con él, sino que tendrás que desarrollarlo, sobre todo con el paso del tiempo. Un sentimiento, o quizás una actitud, que sí que podrá marcar el camino que quieras tomar en tu vida. Y precisamente, cuando con alguna situación realmente importante de la vida, puedas conseguirlo, ya podrás estar seguro que jamás volverás a tener miedo por nada ni nadie. 

Esto que te encontrarás, plantándole cara al miedo y a su poder, y que ya nunca querrás que te abandone en tu vida, se llama VALOR!!!












Cimitero delle Fontanelle, Nápoles. Noviembre de 2015. Fotografías de Jesús Apa.



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