viernes, 13 de mayo de 2016

Ahora canta el gallo nuevo

Ya no canta el gallo negro,
tiene vieja su garganta.
Ya no tiene compañero,
que le toque su guitarra.

No veo al burro cansino,
subir la cuesta arriba.
Ayudando al campesino;
compartiendo su fatiga.

Ya no hay gritos en la calle,
ni andan los niños sueltos,
tampoco unos perros que ladren,
porque llega un forastero.

La plaza vacía se muere,
y las calles no tienen nombre.
A tierra mojada no huele,
ni cuentan historias que te asombren.

Está mudo el campanario,
las cigüeñas tienen miedo.
No hay ningún nonagenario,
que pueda atender los huertos.

Se ha olvidado la cosecha,
ya la tierra no se siembra.
No hay paja para las bestias,
ni agua limpia en la alberca.

Donde están esos abuelos,
que cuidaban las raíces.
Esas que te enseñaron,
a cómo ser humilde.

Un viejo grita cuál loco,
estrujando su voz marchita.
"Ya me han quedado solo;
nadie en este pueblo habita".

Y despierto de este sueño,
más bien una pesadilla.
Salgo a buscar un lugareño,
que declare que mi cabeza delira.

Pero enseguida ya lo siento,
sin que nadie me lo diga.
Llevo el corazón contento;
tengo el alma pueblerina.

Ahora canta el gallo nuevo,
le acompaña la chicharra.
La cesta va llena de huevos;
al forastero el perro ladra.

La fuente y el agua se alían,
para dar de beber a las bestias.
Mientras los campesinos confían,
en tener buena cosecha.

Las canastas son de mimbres,
y las sillas son de enea.
No se pierden las costumbres;
cuando alguien las desea. 

La lumbre espera dichosa,
la leña que la alimente.
La tierra muy silenciosa,
espera una nueva simiente.

Las calles van empedradas,
y llenas de gente humilde.
Huele a tierra mojada,
vuelvo a sentir mis raíces.

El viejo no está tan loco,
más bien diría que cuerdo.
Sus palabras son un sofoco;
"no se cerrarán los pueblos".



Fotografía cedida por María Amores.



Fotografía libres en la red. Fuente de Cantos, 13 de mayo de 2016.







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