viernes, 6 de enero de 2017

La tinta invisible

Algo debía pasar con mi bolígrafo, cuando cada año, entregaba a los Reyes mi carta y no traían aquello que pedía. Quería una bicicleta grande y de color naranja, y cuando veía que no cumplían con mi encargo, me quejaba amargamente. Porque en cambio, a mis amigos sí les habían traído todo cuanto habían pedido en sus cartas.

De haber tenido más uso de la razón por aquel entonces, hubiera pensado que los primeros indicios de desigualdad social, se viven cuando eres pequeño, en el día de los Reyes. Cuando tus regalos están muy por debajo del nivel de tus amigos, a pesar de que elegiste lo mismo o incluso más que ellos. ¿Será que la tinta de mi bolígrafo es invisible a los ojos de los Reyes Magos?. Pero no, en ese momento, piensas que, o no llegó tu carta a su destino, o simplemente, no te portaste lo suficientemente bien como para ser correspondido con semejantes regalos.

En mi casa se montaba el tradicional Portal de Belén, pero apenas si lo recuerdo. Seguro que era muy discreto. Pero seguro, que en él no faltarían las figuras más representativas, incluida la de los tres Reyes Magos montados en sus camellos, dirigiéndose junto a sus pajes al establo donde nació Jesús de Nazaret.

La tradición decía, que desde el día 25 de diciembre, debías ir adelantando esas figuras en la dirección del nacimiento. Poco a poco, día tras día, calculando perfectamente la distancia, para que, el día 5 de enero, esas piezas estuvieran frente a las imágenes de Jesús, María y José. Pasado el 6 de enero, vuelven a regresar a Oriente, de dónde llegaron.

Pero, ¿qué demonios pasaba con estos tres tipos?. ¿Será posible?. Había hecho todo correctamente; no había quejas en casa sobre mi ayuda o comportamiento, las notas eran más que aceptables, y la relación con mis hermanos era sobradamente buena. ¿Por qué no traían los reyes aquello que ponía en esa dichosa carta?. Mi año había sido en líneas generales bastante bueno, pero ni así veía recompensada mi buena actitud. Era motivo más que suficiente para que no les tuviera el más mínimo cariño.  

Cuando me enteré de la verdad, y supe realmente lo que ocurre esa noche, quizás fue cuando entendí lo mágica que es. Cuántos padres, al igual que hacían los míos, tienen que hacer precisamente magia, para darle a sus hijos lo mejor que pueden dentro de sus posibilidades. Sin chistera, ni varita mágica que valga para sacar los regalos de la nada.

Ahí me imagino a mí mismo adelantando las figuras de los tres Reyes pasito a pasito, totalmente ilusionado esperando que llegara esa noche mágica. Ahí que también imagino a mis padres, a cada pasito de los camellos, rompiéndose la cabeza para regalarme lo que buenamente pudieran, a buen seguro, sin tener nada que ver con lo que había escrito en mi carta, con esa tinta invisible a los ojos de sus destinatarios.

Qué será que la vida te va haciendo entender todo aquello que en tu niñez o infancia era incomprensible a tus sentidos. Qué bueno fue saber que los Reyes, están contigo los 365 días del año, aunque a veces también, qué triste que la vida, vaya decidiendo las cosas por ti, y en tu adolescencia vuelvan a resultarte incomprensibles aquellas situaciones inmerecidas, por muy bueno que hayas sido durante todo el año.

Pero aprendí, que el mejor regalo, no solo de un 6 de enero como hoy, es la herencia recibida de valores, sacrificios y esfuerzos en dedicación a tu vida, de esos Reyes, magos la mayoría de las veces, que no necesitaban ninguna carta para saber qué era lo mejor para ti. Y entendí, que aunque tu comportamiento hubiera sido bueno, igual para "tus Reyes" no fue un buen año. Así fue como aprendí, sin necesidad de ninguna lección magistral, a no quejarme de lo que no puedo poseer, sino a apreciar lo que tengo.  

Si volviera a escribir hoy una carta, lo haría con ese bolígrafo de tinta invisible, la cual, solamente podía ser leída por ellos, los verdaderos Reyes Magos, que al contrario de lo que dicen, suelen ser dos, y fuera de toda leyenda, están ahí desde el primer momento en que naces, y ya no se marchan de tu lado.


Imagen libre en la red. Fuente de Cantos, 6 de enero de 2017.
  




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