viernes, 18 de agosto de 2017

En busca de la felicidad

Uno cuando lleva una vida tan frenética y decide tomarse unas vacaciones, un pequeño tiempo de descanso, expone la mente a tal intensa actividad, a tal cúmulo de intenciones positivas, que no para de reflexionar sobre cosas tan simples y obvias en las cuales, al final, todas van enfocadas en saber si estás o sigues en el camino correcto en encontrar la felicidad. Porque el día a día no te permite tales pensamientos, ya que actuamos de manera cuadriculada y tan metidos de lleno en nuestra rutina, que no da para más. Simplemente amaneces un día tras otro y cumples tu listado de tareas; vas tachando las que resuelves, y vas aparcando para otro día las que quedaste sin cumplir.

Así me encontraba estos días en Lanzarote, pensando en si lo que uno hace a diario, te lleva a obtener esa felicidad que todo el mundo ansía encontrar. En los paseos por aquella isla, absorto en tales pensamientos, mi atención quedaba fija en los paisajes tan extremos y cambiantes que ahí puedes presenciar; grandes montañas volcánicas, un mar limpio y con unas aguas turquesas y transparentes, o bien zonas desérticas, dónde solamente puedes ver kilómetros y kilómetros de piedras negras fruto de las erupciones volcánicas. ¡Realmente parece que estás en otro planeta!.

Y mientras miraba estos paisajes con tantos contrastes, tan distintos y tan propios de esta tierra, pensaba nuevamente en la felicidad, y ese pensamiento, me llevaba a reflexionar sobre que la felicidad, no puede ser la misma para todo el mundo, sino, que muy al contrario de eso, deben haber muchas maneras de buscarla, o mejor dicho, muchos lugares dónde encontrarla. Lo que supone ser feliz para unos, puede llegar a ser insatisfactorio para otros. Es la mejor manera de saber, que no siempre se puede juzgar el comportamiento o la forma de vivir de cada cual.

Así que con esos paisajes y con ese pensamiento presente en mi cabeza, y confiado en que todos mis pasos me llevan por el camino correcto en la búsqueda de la felicidad, en que me acordé de aquel cuento que dice que;

"En cierta ocasión se reunieron todos los Dioses y decidieron crear al hombre y la mujer, y planearon hacerlo a su imagen y semejanza.

Entonces claro, uno de ellos, muy astuto, dijo;

-"Espera, si lo vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, al final van a tener un cuerpo como el nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra, nuestros mismos poderes..., debemos pensar en algo diferente, ya que de no ser así, estaremos creando nuevos dioses. Deberíamos quitarles algo, pero...¿ qué les quitamos?"-

Después de mucho pensar y razonar como lo hacen los Dioses, otro de ellos dijo;

-"¡Ya sé, vamos a quitarles la felicidad!".

-"Pero eso es demasiado duro,- pensó otro- . No es propio de Dioses".

- "Bueno, entonces vamos a quitarles la felicidad, pero vamos a esconderla para que no la encuentren jamás. Solamente debemos pensar dónde ponerla".

Así que propuso el primero:

"Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo", a lo que inmediatamente otro repuso:

"No, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está".

Luego propuso otro:

"Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar", y otro no tardó en contestar:

-" No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien podría construir un submarino que bajara al fondo del mar y entonces la encontraría"-

Uno más, pensó aún con más determinación:

-" Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra, allí seguro que no irán jamás"-. Pero le dijeron:

"Debemos recordar que los dotamos con poderes, que alguno de ellos podría usar debidamente para construir una nave espacial que lo lleve a algún otro planeta, la encontraría, y todos tendrían la felicidad y serían igual que nosotros"

El último de ellos, que era un Dios que había permanecido en silencio, escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás Dioses, analizó cada una de ellas y entonces rompió su silencio diciendo:

-"Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren"-.

Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:

"¿Dónde sería?".

"- La esconderemos dentro de ellos mismos...estarán tan ocupados buscándola fuera, que a nadie se le ocurrirá pensar, que cada cual trae la felicidad consigo...-". 



Montaña clara hendida, Lanzarote, 18 de agosto de 2017. Fotografía de Jesús Apa.

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