viernes, 6 de julio de 2018

Pon los sueños a trabajar

Si aún no has escuchado este término; "las casaciones", estoy seguro que no tardarás en hacerlo. No tiene nada que ver con lo que conocemos como casación o recurso de casación, que es aquel que tiene por objeto anular una sentencia judicial que contiene una incorrecta interpretación o aplicación de la Ley o que ha sido dictada en un procedimiento de dudosa legalidad. No, nada tiene que ver con eso. 

Las casaciones, son el nuevo concepto de descansar, esta vez, desde una perspectiva totalmente casera. Tienen  como objetivo principal el recomponerte del cansancio acumulado desde un espacio que conoces a la perfección y con un único objetivo; dormir como no lo haces el resto del año.

Dormir es necesario para sobrevivir físicamente, si no dormimos, nos morimos, y puede ser, además, muy útil para solucionar algunos problemas, (y lo dice uno que duerme muy poco). Pero es que cuando dormimos, soñamos, es decir, el cerebro sigue centrado en lo mismo que nos preocupa cuando estamos despiertos, pero en un estado de conciencia diferente. Por ello, cuando soñamos, podemos descubrir cosas de las que no nos damos cuenta cuando estamos despiertos.

El problema radica en que, en nuestra rutina diaria, los sueños van acelerados, no son calmados, digamos que, son de muy mala calidad. Para conseguir buenos sueños, el cuerpo (más bien la mente), debe estar preparada para ello. Parece ser que el mejor sitio para conseguir eso, es el lugar con el que mejor conectamos interiormente; tu cama, tu sillón, tu rincón favorito..., en definitiva, tu casa. 

Es aquí donde grandes directivos, personas influyentes o aquellos que exponen la mente a grandes dosis de estrés, que buscan su casa y entorno para recargar pilas y, parece ser, que para soñar. Sucede muchas veces que los sueños nos parecen extraños; ello es debido a que, cuando soñamos, se activan áreas del cerebro relacionadas con las emociones profundas, con las imágenes visuales y con el movimiento y, en cambio, se ralentizan áreas del cerebro relacionadas con la lógica o con lo socialmente apropiado.

Hace unas décadas se empezó a comprobar que soñar sirve para aprender y para mejorar la memoria. Actualmente, cada vez hay más evidencias de que soñando podemos encontrar soluciones o pistas para resolver nuestros problemas y dilemas. 

A través de la intuición y de los sueños, el cerebro puede acceder a pensamientos que nuestra mente inconsciente sabe, pero de los que no nos hemos dado cuenta conscientemente, y que pueden resultarnos útiles. Esto lo conseguimos en un estado de relajación, pero no en una situación de letargo como cuando estamos en vacaciones.

Soñar bonito, o tener sueños de calidad, nos vuelve más creativo. Músicos como Beethoven o Chopin cuentan cómo se han despertado con partituras en sus cabezas. La escritora Mary Shelley creó mientras soñaba el personaje de Frankenstein. El científico Mendeleyev, vislumbró la famosa tabla periódica cuando estaba dormido, y así, otros muchos personajes importantes de nuestra historia que explotaban su ingenio a través de los sueños.

Hay una técnica muy sencilla llamada "incubación de sueños" según la cual, si pensamos en determinados problemas o dilemas antes de dormir, tendremos más posibilidades de encontrar una solución.

Claro que es bueno irse de vacaciones, desconectar del trabajo y los problemas diarios,  conocer otros lugares, sentir otras culturas pero a veces, es bueno guardar unos días y estar en casa, de casaciones, dormir como no lo haces el resto del año, y dejar que los sueños hagan su trabajo mientras tu descansas...


Fuente de Cantos, 6 de julio de 2018. Imagen libre en la red.

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