viernes, 12 de julio de 2019

El cazador..., de frases

Tal y como era costumbre en aquel pequeño, y al menos una vez a la semana, salía con el atardecer del día y ataviado con todo su equipo de caza. Lloviera, hiciera frío o luciera un radiante sol, se equipaba con su traje mezclando todo tipo de colores pero con apariencia de explorador y aventurero, su pelo alborotado y su fina y ágil red. A pesar de su corta edad y su evidente inocencia, era todo un cazador..., de frases.

Ellas esperaban ansiosas ese día y revoloteaban sin cesar para llamar su atención. Él, las iba atrapando con su red, una a una para, mientras las iba agolpando en la bolsa que colgaba de su chaqueta. Se esmeraba en ir rescatando todas cuantas pudiera para así tener dónde elegir a la hora de componer su historia. Estaba aquella frase que planeaba y  venía a toda velocidad y con una gran energía, aquella otra que descansaba a la sombra de un árbol y no había advertido su presencia, o aquellas que estaban en mitad de un intenso debate y eran sorprendidas por su red.

Llegado el momento, las sacaba de la bolsa y las amontonaba sobre el papel, que realmente sus destino y donde todas querían estar. Ahora era el lápiz el que las cogía con su afilada punta y las colocaba en el orden que creía oportuno. El joven era diestro con la mina y tenía claro las que utilizaría ese día. El resto, las que no consideraba oportunas para el momento, las dejaría ir. Y quien sabe, igual tenía suerte de cazarlas otro día en las que sí serían usadas, todo dependía del estado de ánimo de aquel joven "cazador..., de frases".

Y ahora sí, una vez todas apretadas en el papel, se debatían entre ellas por ser la protagonista de la historia de hoy. Estaban, como no, las frases de amor, las de alegrías, las que te hacían reflexionar o aquellas que te provocaban un sentimiento antes desconocido. Y por supuesto, las que siempre peleaban entre sí disputándose por ser la frase final de la historia. Ahora, todo iba a depender, como siempre, de dos cosas; de la suerte, en referencia a ellas, a las frases, y de la inspiración de aquel cazador para utilizarlas.

Pero a veces en la red entran todo tipo de palabras sueltas, símbolos, números o letras que han quedado huérfanas de sentido. Solo hay que buscar la forma de unirlas para que digan algo. Todo cabe en la red de este joven aventurero y amante de las frases. 

Pero una vez más, y a pesar de que suele conseguir que en su unión provoque historias interesantes, atrevidas u originales, han sido muchas las ocasiones que para ellas, las frases, la historia se ha tornado un tanto agridulce. Y parece ser que hoy también es uno de esos días.

Lo perciben y sienten en el momento que lo ven dudar, o pensar demasiado. Eso, a pesar de que entre todas las frases haya buena armonía, que se sientan bien cómo han quedado en sus uniones, en su composición y colocación. A pesar de ese buen maridaje entre ellas, jamás entenderán que, en ocasiones, tres puntos suspensivos hacen el mejor final de cualquier historia...


Cabeza la Vaca, 12 de julio de 2019. Imagen libre en la red.

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