viernes, 5 de julio de 2019

Comprar tiempo

Si pudiéramos comprar más tiempo para vivir, creo que estaríamos toda la vida ahorrando para hacerlo llegado el momento. Es una lástima que eso lo pensemos o lo planteemos, cuando ya no hay más remedio y la muerte está cerca. En el momento que nos llega una enfermedad incurable, cuando ya sólo tenemos edad para ir apagándonos o bien, en el preciso instante antes de tener un accidente e irremediablemente se nos pasa la vida por delante en pocos segundos.

Si nos diagnosticaran poco tiempo de vida, ¿qué haríamos con ella? La respuesta es bien complicada, habría que verse en la situación. Igual lo que hoy pensamos difiere mucho de lo que haríamos si realmente eso sucediera. ¿Pasar el resto del tiempo con la familia y amigos? ¿Venderlo todo e irte a vivir tus últimos días cómo o dónde nunca lo hiciste? Cerca del mar, en la montaña, en un lugar solitario... ¿O tal vez, seguir como hasta ahora y regalarlo todo?

Lo único bueno de no poder comprar tiempo, es que los ricos ahí no llevan ventaja respecto a los que menos tienen. Cierto es, que en las enfermedades, pueden responden ante ellas de diferente manera, buscar otras curas, probar otros métodos, pero lo que se dice "comprar tiempo" como tal, ahí sí que cada uno nace con el que se le tiene asignado. Que en cualquier caso, siempre debería ser suficiente para aprovecharlo.

Por eso hay quien sabe estirarlo como una elástica, y aún teniendo el mismo que otros, lo disfruta infinitamente más. Les cunde mucho más. Entonces es ahí donde pienso que está el secreto; en saber estirar cada día, cada minuto. El problema suele ser el de siempre, que nos sabemos muy bien la teoría, pero practicamos poco con el ejemplo.

Hoy me acordé de una bonita reflexión que hizo Quino, el autor de Mafalda. La leí hace bastante tiempo, pero ha venido ahora al recuerdo a consecuencia de conocer la historia de una señora de Suiza, amiga de la familia y que, tras conocer que le queda poco tiempo de vida, ha decidido pasar sus últimos días en casa, tranquila, respirando el último aire, y regalar a sus seres queridos y amigos aquellos objetos que le gustaría que quedaran en buenas manos. A Helena, le corresponderá cuidar de su piano...

"Se debería empezar muriendo y así ese trauma quedaría superado. Luego te despiertas en un Hogar de ancianos mejorando día a día. Después te echan de la Residencia porque estás bien y lo primero que haces es cobrar tu pensión. Luego, en tu primer día de trabajo te dan un reloj de oro. Trabajas 40 años hasta que seas bastante joven como para disfrutar del retiro de la vida laboral. 

Entonces vas de fiesta en fiesta, bebes, practicas el sexo, no tienes problemas graves y te preparas para empezar a estudiar. Luego empiezas el cole, jugando con tus amigos, sin ningún tipo de obligación, hasta que seas bebé. Y los últimos 9 meses te pasas flotando tranquilo, con calefacción central, roomservice, etc. etc. 

Y al final... ¡Abandonas este mundo en un orgasmo!



Cabeza la Vaca, 5 de julio de 2019. Imagen libre en la red.





  

No hay comentarios:

Publicar un comentario