viernes, 8 de diciembre de 2023

Un sincero acto de bondad...

Conocí a Félix López Wilfido Bosbelí una tarde de noviembre de este 2023. Él, sin embargo, no tenía la más remota idea de quién era yo. El aeropuerto de Honduras acontecía medio solitario, y apenas unos pocos deambulábamos esperando abrieran nuestras puertas de embarques y que un vuelo nos llevaran a nuestro destino. Los aeropuertos, sin saber por qué, siempre me han parecido lugares donde pueden ocurrir cosas bonitas, y no es que lo haya visto en alguna película, si no que yo mismo lo he vivido.

Fueron días intensos en el país hermano de Honduras. Uno sale de su zona de confort por un momento, y si te abres a aceptar todo lo que te venga, a buen seguro algo bueno ocurrirá dentro de ti. Estoy seguro que no me pasa a mi solo, y que cuando sales de casa, te vuelves receptivo a conocer gente, ayudar a otros, ser más tolerante, más empático, a mejorar la buena persona que puedas llevar dentro de ti. 

El estrés, las tensas relaciones profesionales y las pocas horas de descanso, te hacen vulnerable, irascible, irritable y lamentablemente no dejas salir de dentro de ti tu mejor versión. Si te paras a pensar, es así de triste. Vivimos en una espiral fea y desagradable, que nos lleva a convertirnos en alguien egoísta. Casi rozando el ser mala persona... Y ese hecho, sinceramente, puede conmigo.

Estas cosas las piensas con intensidad cuando ves las duras circunstancias de otras realidades. La gente que no tiene nada, que trata de ganarse la vida pasando sed, hambre, frío...y nosotros que lo tenemos todo, nos quejamos de cualquier cosa banal y ridícula, y aún así, solo mirando dentro de nosotros mismos.

Viajar me hace feliz, me enriquece de algún modo, pero principalmente, me hace colocarme en el humilde lugar que me corresponde en esta vida. Con razón dicen que viajar es algo enorme, pero que te hace pequeño. Solo fuera de casa, puede uno conocerse a sí mismo, su verdadero yo. Ver las dificultades de los demás, para sacar de dentro cualquier acto de bondad. 

Como decía, el aeropuerto de Palmerola en Honduras, estaba casi desierto, cosa poco corriente en los últimos tiempos. Y digo esto, porque recorrí la terminal de salida de arriba abajo en numerosas ocasiones. Y no es que estuviera aburrido, sino que necesitaba encontrar con urgencia a alguien cuyo vuelo salía en pocos minutos destino a Guatemala. Acompañado de quienes parecían su mujer y su padre, allí estaba Félix López Wilfido Bosbelí...

¿"Es usted el Señor Félix López Wilfido"?, le pregunté acercándome a él.

Ni siquiera respondió, se me quedó mirando paralizado. Le seguí hablando...

"Tiene usted cara de buena persona. Pero dígame, ¿cómo tenía usted pensado regresar a casa sin su pasaporte y su dinero?"

Tras un largo silencio, pero que iluminó su cara, me contestó;

-- Si señor, soy yo. Félix López Wilfido Bosbelí. --, me dijo aquel tipo, de unos sesenta años, con barba y pelo canosos, con realmente cara de buena persona y también pinta de ser un poco despistado.

"Aquí tiene usted su pasaporte, que encontré tirado por ahí. También puede mirar, que los 300 dólares que llevaba, están todos ahí. Guarde usted cuidado la próxima vez".

Así fue como conocí al Señor Félix López Wilfido Bosbelí, mirando la fotografía de su pasaporte y pesquisando por todo el aeropuerto. Fue entonces que pensé que sería un sincero acto de bondad buscarlo y entregarle lo que es suyo. Tratar que no perdiera su vuelo, que su esposa y su padre no pasaran un mal rato volviendo solos a casa, dejando en tierra al pobre de Félix, que tendría que hacerse un nuevo pasaporte, comprar un nuevo vuelo y seguramente, pasar algún día más en Honduras. 

Fue así, que conocí al bueno del Señor Félix López Wilfido. Sin embargo, ni él ni su familia, llegaron a conocerme a mí. Pero estoy seguro, que ellos, hubieran hecho lo mismo que yo.

Solamente sé, que al girarme de camino a mi sitio, escuché a su esposa decirme en voz alta;

-- Usted sí que es buena persona --

Siempre he pensado, que ¡un sincero acto de bondad, siempre provoca otro!

Imagen de las redes sociales de Félix López Wilfido Bosbelí


Niño vendiendo en las carreteras de Honduras. Fotografía de Jesús Apa.



    

No hay comentarios:

Publicar un comentario