La noche se hizo ardiente y sucumbió a la fiebre. Ella, sobre mi pecho, me mira avergonzada, le sonrío y mi mano alisa su cabello que destella bajo el reflejo de la bujía. Me pregunto: ¿Cómo puede tener esa luz de vergüenza en sus ojos? ¡Si ella fue el ave que me alzó hasta el cielo!.
¡En su respiración fui flauta y gacela!
Fuente de Cantos, 10 de octubre de 2025. Fotografía de Jesús Apa.
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