viernes, 16 de enero de 2015

Paris, El Alma y L´Amour

Siempre suele atribuirse a las grandes ciudades con un apelativo. De sobra es conocido, que New York es la ciudad que nunca duerme, Venecia es la ciudad del amor, o que Paris es la ciudad de la luz. Pero a ésta última concretamente, se la quiere asociar con otros muchos sobrenombres. La ciudad de la gastronomía, la ciudad del Sena, e incluso, al igual que Venecia, también la ciudad del amor. Así que hace unos días decidí visitarla, era mi segunda vez, y quería comprobar si realmente se le pueden atribuir estos adjetivos.

Pude contrastar, que ciertamente tiene una luz especial. Hecho éste, dado que es una ciudad inmensa, enorme, con avenidas grandiosas, que permite al sol iluminar sus majestuosos edificios aún más si cabe. También se trata de una ciudad de buen comer. Alubias, foie, quesos, carnes, pescados, buenos vinos; en definitiva, un notable en gastronomía. Y en cuanto al río Sena, he de decir, que es maravilloso. Recorrí el mismo en barco, de noche, y francamente es algo especial. Así pues, solamente me faltaba buscar Al Amor, y efectivamente, allí lo hallé. Pero curiosamente, junto a él, me encontré con El Alma, y así fue como presencié la increíble conversación que ambos tenían.

Se presentaba ante mí El Alma en forma de mariposa. Todos sabemos que ellas, son inofensivas, coloridas, dulces, hermosas, muy silenciosas y pacíficas. Hablaba de paz, de libertad, de felicidad. El Amor, a su lado, la escuchaba atentamente. Éste, estaba simbolizado por un Ángel, representado en forma de niño, y con unas hermosas alas blancas. Él, se enamoró del Alma rápidamente, y quiso conquistarla de la manera más sutil. "Eres sin duda la mariposa más hermosa que jamás he visto", le dijo el Ángel, arrodillándose para acercarse a ella y persuadirla. "Eres realmente un Ángel muy agradable", le dijo ésta, "pero he sufrido muchísimo con seres como tú. Vete por favor de mi lado". 

"Pero no tienes que tener miedo de mí. Piensa bien que soy El Amor. De bien es sabido, que soy uno de los sentimientos más nobles y una de las experiencias más dulces y esperadas de cualquier Alma", le insistía el Ángel. "Debes confiar en mí. Como prueba de ello, te daré lo más preciado que una mariposa de tu belleza merece, como es esta bonita rosa. La más hermosa que existe". El Alma lo miraba atentamente. Parecía seducida por la propuesta. Al ver el Ángel que su poder de persuasión estaba resultando su efecto, tocó suavemente con sus dos dedos a la mariposa, y la acercó un poco más a la bonita rosa que le mostraba ante sus ojos. Pero la mariposa, en un primer momento, batió sus alas y se apartó. El Ángel, sorprendido, volvió a insistirle; "¿Pero porqué tienes miedo?. Pareces una mariposa libre, y yo soy El Amor. No hay sentimiento más puro y digno que éste. La rosa que te ofrezco, solamente es en señal de mi lealtad y confianza".

Entonces, la mariposa le contestó. "Es verdad que soy un Alma libre, y también es cierto que no hay cosa más bella que El Amor, y más aún, cuando viene representado como tú. A modo de Ángel, inocente, amable, y ofreciéndome la más bonita rosa que jamás he visto. Pero otros como tú ya vinieron, y resultó que sufrí mucho. No solamente me ofrecían rosas, sino que además, me brindaban lealtad, fidelidad, comprensión, e incluso me dijeron que no había nadie como ellos. Que la unión conmigo sería algo único, inseparable e irrompible. Pero por un motivo u otro, finalmente acababan cansándose de mí. Acababan jugando conmigo y dañando mis alas, antes de que llegara alguna otra mariposa más colorida, más joven, o con unas alas más llamativas, y decidían abandonarme. Es por eso que no me fío de Ángeles como tú".

De repente, se dieron cuenta que yo les observaba. Había sido testigo de toda la conversación. Por un momento, pensé que saldrían corriendo cada cual por su camino, pero lejos de asustarse, me miraron, y me preguntaron qué pensaba al respecto de lo que había escuchado. Un poco contrariado y a la vez sorprendido, les contesté...

"Es cierto que El Amor como sentimiento, es noble, cariñoso y complaciente. Es sabido, que allá donde hay felicidad, existe éste. Pocas veces se habla mal de Él. Pero también es cierto, que es quien más dolor produce. Nadie rompe tantos corazones como El Amor, incluso viniendo de un niño con cara de Ángel, o de un Ángel con cara de niño. Ocurre a diario, y seguirá pasando por el resto de los siglos.". La mariposa miró al Ángel como asintiéndole, y éste me miraba a mí desolado y confuso.

"Pero he de decir en favor de este Ángel",>continué>, "que no siempre El Amor busca Al Alma con intención de hacer daño". Sonrió entonces el Ángel. "Pienso que toda mariposa debe buscar y encontrar a su Ángel, sin miedos y desconfianzas, pero para ello, todo Ángel que se precie a esto, debe tratar a esa mariposa de la manera más dulce y delicada,  puesto que sus alas son frágiles y si se rompen, el daño puede ser irreparable. Es por ello que pienso, que El Alma y El Amor, como más felices son, es compartiendo la vida juntos. Y tú, tan dulce como eres, mariposa, si crees en este Ángel, no mires la rosa que hoy te regala, pero sí piensa que si otros Ángeles te hicieron daño, no por ello debes renunciar a lo que éste te ofrece. Y en cambio a ti Ángel, te diré, que si decides conquistar a esta bella mariposa, no juegues con ella, como otros hicieron, pues no hay mayor dolor que cuando El Amor disfruta sádicamente con las Almas."  

Una vez dicho esto, les deseé suerte, y me marché del museo del Louvre, que fue donde me los encontré...

Dedicado a todas aquellas Almas que aún esperan Al Amor. O mejor dicho, dedicado a todas aquellas mariposas que aún esperan a su Ángel!!!.





Enero del 2015, Museo del Louvre, Paris. Fotografías de Jesús Apa.










No hay comentarios:

Publicar un comentario