viernes, 2 de enero de 2015

Mi primer día del año

Amanezco en Wellington, Nueva Zelanda, bajo el sonido de las flautas y tambores de los maoríes. No deja de asombrarme el baile típico del "haka", donde se muestra el poderío físico de los hombres de la tribu en tributo de la defensa de una tierra y sus costumbres.

Seguidamente paso a Sidney, Australia, después de una noche entera de fuegos artificiales desde la famosa Ópera. Estamos a mitad del verano y la gente disfruta de sus vacaciones. Una agradable temperatura acompañará el día, el cual estará dedicado hoy al descanso con las familias. Sigue siendo cada año considerada la mejor ciudad del mundo para vivir.

Seguidamente hago una parada en Hong Kong, la parte más occidental de China, y donde en el día de hoy, la familia se reúne para festejar este día cocinando juntos los jiaozi, unas empanadillas rellenas de carne y típicas de esta época. Más tarde, los adultos les entregan a los más pequeños unos sobres rojos con dinero, haciéndole extensivo los mejores deseos para el próximo año.

Y en Moscú, Rusia, empiezo el día con un escenario totalmente cubierto por la nieve. Voy a recorrer el frío país cruzando incluso 11 zonas horarias distintas debido a su enorme extensión. En este país el 1 de enero se celebra de manera muy peculiar. El abeto es el árbol por excelencia en cada hogar, y donde este día se saca todos los platos o muebles rotos que hay en cada casa y se tiran por la ventana, como símbolo que se empieza una nueva etapa vital. Hoy es el día de perdonar todos los males y todas las ofensas. También en este día se estrena algo nuevo, como ropa o zapatos.

Seguidamente paso por Londres, Roma, París, Berlín y Madrid, donde aquí puedo saludar a la gente que va de regreso a casa después de una noche de fiesta y ver las campañadas en la Plaza del Sol. A mi paso por Roma, me cuentan los italianos que la pasada noche la despidieron comiendo lentejas para despedir del año, en la Notte di Capodanno, ya que estas legumbres representan la prosperidad. En cambio, en España, se despide el año comiendo 12 uvas, y que según dicen, es una tradición que proviene de principios del siglo pasado, donde en un pequeño pueblo valenciano, hubo un excedente de producción de uvas y se decidió que se comieran esa noche como símbolo de la abundancia. Desde entonces es toda una tradición.

Doy un enorme salto hasta la brasileña ciudad de Río de Janeiro, donde saludo a los más rezagados de la fiesta celebrada en la playa de Copacabana, en la noche anterior, bajo hogueras que resplandecen toda la noche veraniega. Decido pasar a Buenos Aires, donde la gente descansa y reposa el asado de la noche anterior, para después hacer una visita fugaz a Chile, donde los ciudadanos de aquí me cuentan que decidieron adoptar la tradición tanto de comer lentejas, como uvas, al igual que en las ciudades europeas que antes comentaba. 

Y prácticamente en el mismo instante camino por el Time Square de New York, donde los vestigios de la fiesta de la noche anterior son evidentes. Aquí los viandantes me cuentan que horas antes vieron bajar "la pelota" del Time Square, y donde toda la muchedumbre allí agolpada iba contando hacia atrás, al contrario que en otros lugares del mundo, y desde el 12, 11, 10...hasta el 1, esperando a acabar la cuenta atrás y besar a la persona que tuvieran al lado.

Aunque Los Ángeles está en el mismo país, en mi paso por la ciudad, veo que las tradiciones son distintas, principalmente porque aquí se hablan hasta 200 lenguas distintas. La ciudad más multicultural que existe, y donde la noche anterior cada cual celebró el fin de año a su manera.

Para finalizar mi recorrido, decido hacerlo en la maravillosa isla de Hawai, y donde será mi último día de visita en este 1 de enero. Aquí llego después de hacer un viaje por todo el planeta y descubrir a la maravillosa gente de todo el mundo. Distintas costumbres en distintas culturas, pero donde siempre he sido bienvenido, y más aún el primer día del año. 

Da igual que no hayas tenido un buen día en este 1 de enero, pues mañana volveré a estar de nuevo contigo, y habrá 364 oportunidades más. Cuando se pasa por un día malo, lo mejor es que este acaba, y puede comenzar otro que será mejor. Yo estaré ahí, saldré para tí, y siempre que esté en tu mano hacer de este un gran día, no dudes en hacerlo. Y como podrás comprobar, y tal y como se suele decir, todos los días salgo para todos.

Firmado; El Sol.


Transcurso del sol a lo largo del planeta. Fotografía de "Wikipedia".



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