viernes, 27 de febrero de 2015

El valor de la Amistad

Si existen cosas preciadas en esta vida, una de ellas, sin lugar a dudas, es la Amistad. Todo el mundo tiene amigos, y presume de tenerlos en el momento que se presenta para ello. Para cualquier persona, la amistad es un preciado tesoro, y nuestros amigos son los mejores con mucha diferencia. Aunque yo soy de los que me gusta atender bien en esas conversaciones, en las cuales se habla y realza el valor de la amistad. La gran mayoría de las veces, estas conversaciones radican en escuchar los planes que se tienen con "los colegas" para hacer múltiples actividades y planes, y sobre los cuales conservar en nuestra memoria por mucho tiempo. Casi que en exclusividad, hoy en día, hablar de amigos, va asociado al hecho de compartir momentos que se van a prestar a ser divertidos.

Una de las cosas que suelo observar repetidamente, es la variedad de amigos que tiene la gente con las cuales me mezclo en ese tipo de conversaciones. Y aquí descubro, que vienen siendo las mismas amistades desde hace años. Decenas de años; digamos que son las amistades que se vienen arrastrando desde la infancia.  Hablo de manera general, por supuesto. A estas amistades, podemos decir que las conocemos perfectamente, tanto sus virtudes como sus defectos, y están ahí, día tras día, acompañándonos en todo cuanto planeamos hacer, jornada tras jornada, o evento tras evento. Me atrevo a decir que todos tenemos esa configuración de amistad creada, los cuales giran en círculo a lo largo de nuestra vida, o mejor dicho, permanecen en un círculo alrededor nuestro, y en el cual, a veces, no llegamos a traspasar en ningún momento, estando metidos permanentemente en ese círculo.

Desde mi punto de vista, amistad y amor, este último en la faceta que sea, dan sentido a nuestro ser, y quizás sea la manera más sana de retro-alimentar nuestra autoestima. Pero no soy de los que comparte eso de que los amigos son para siempre, o dicho de otra manera, no creo que debamos estar por siempre con las mismas amistades, y cerrarnos a descubrir otras nuevas a lo largo de nuestra vida. Porque en esas muchas conversaciones que antes mencionaba, es precisamente una de las muchas cosas que observo. La mayoría de las personas se centran en mantener esas amistades, a veces ya rancias o estancadas, teniendo una vida lineal en este sentido. Y si por cualquier motivo, una de esta amistades "se les escapa" o se distancia, la frase más escuchada en referencia a ello es; "apenas si hablamos y nos vemos, pero cuando volvemos a coincidir, es como si no hubiera pasado el tiempo y como si nos viéramos todos los días". Eso es evidente, y más aún cuando nos limitamos a, llegado ese momento, hablar de cosas pasadas y recuerdos de historias que vivimos juntos en su día. Pero es para pensar, cuando eso ocurre, que ya solamente existe "pasado" en esa amistad que nos negamos a perder.

En parte estoy de acuerdo con esto, pero precisamente ocurre, porque esa amistad, por un motivo u otro, no la hemos alimentado como se debiere. Porque esta hay que alimentarla de manera continua, al igual que el amor. No puedes hablar de otras cosas que no sean las triviales, con una persona, que aunque fuera incondicional para ti en el pasado, has perdido de algún modo la perspectiva sobre su forma de ser o pensar. Ni que decir tiene, que la vida va cambiando para cada cual, y sobre lo que ayer pensabas de una manera, hoy puede ser otra cosa totalmente distinta. Porque, ¿quien puede negar que pensamos de manera distinta a hace unos años sobre el amor, la familia, la política, o incluso sobre la vida en general?. Pues es por ello, que el concepto de la amistad cambia con el paso del tiempo, y con ello, también cambian las necesidades que se "exigen" para esa amistad.

Por distintos motivos, las principales personas que llenan mis espacios de amistad, son personas que he conocido en la última etapa de mi vida, sin querer decir esto, ni mucho menos, que no conserve esa "típica amistad" de mi infancia. Además, son las amistades que generan más consolidación en el momento que se afianzan. Es cierto que todo esto depende de las circunstancias de cada cual, pero el no llevar una vida "condicionada y estipulada," socialmente hablando, me ha permitido conocer a tanta gente en mi vida, como la que me ha acompañado a lo largo de mi infancia y adolescencia. Y claro, cuando eso te ocurre, el trato que le das a esa amistad es bastante distinta, principalmente porque algo has aprendido sobre este concepto con el paso del tiempo. 

Resulta que por circunstancias de la vida, y tengo aquí que decir, que gracias a los viajes, he ido conociendo a gente importantísima para mi. Personas, a las cuales puedo considerar muy buenos amigos, y con los cuales, a pesar que puedan vivir en la otra punta del mundo, hablo continuamente con ellos, a veces, incluso más que los que viven a apenas dos manzanas de mi casa. Podría resultar incluso extraño, pero está claro que la confianza la hace el roce, pero sobre todo, el hablar de cosas profundas o importantes para tu vida, dado que muchas veces, tus amistades de toda la vida, acaban convirtiéndose en "compañeros de diversión", y hasta te resulta difícil trasladarle tus preocupaciones, tus miedos, o tus alegrías, porque están asociados a otros temas menos transcendentes. Afortunadamente, siempre dentro de estos grupos, mantenemos esas personas que son incondicionales, tanto para una cosas como para otra, y es precisamente a esas a las que hay que cuidar, pues el "filtro" está hecho, y es por algo.

"Los latinos", principalmente los españoles, somos de presumir de tener muchos amigos. Enormes grupos, y más ahora con esto de las redes sociales, en los cuales, dejamos un mensaje tras otro; bien sea escrito en esos grupos creados tecnológicamente, o bien cuando coincidimos y lo hacemos en persona. Muchísimas veces, se trata de un grupo consolidado, de hace muchos años, y con unas características muy comunes al grupo que está compartiendo mesa enfrente de nosotros. Somos los más simpáticos, los más competentes, y los más encantadores del resto de grupos. Y ahí estamos, semana tras semana, fiesta tras fiesta, o ya con el paso de la edad, de encuentro social tras encuentro social. Y como digo, sobre todo, la gente latina, somos muy dados a tener una estructura creada y cerrada respecto a eso.

Pero mira por donde, aquí sí que tengo que dejar una opinión clara al respecto. Soy de los que piensan, que a medida que vamos pasando etapas en la vida, a los amigos hay que cuidarlos, y hay que hacerlo con tesón. Pero hablo de la amistad propiamente dicha. Aquella, que con el paso de los años, va adquiriendo otro significado para tu vida. Y además, estas amistades no pueden ser excesivas, puesto que tu tiempo para cuidarlas va siendo más limitado. Familia, trabajo, viajes, etc..van ocupando un tiempo cada vez mayor en tu vida, y resulta que esas amistades, podrían volver a convirtiéndose en el tópico de amigo de la infancia del cual hablaba anteriormente. A pesar que tu situación personal cambie, has de saber cuidar a aquellas personas que merecen la pena. 

No renuncies a viajar, solo o con pareja, pues los viajes pueden regalarte más cosas de las que crees. E incluso si lo haces acompañado, ábrete a aquello que te atraiga conocer. Entrométete en todo cuanto puedas, porque nunca se sabe donde puedes encontrar esa amistad incondicional, que te aportará cosas distintas, aún siendo de un país y cultura distinta a la tuya. Y si eso te ocurre, utiliza tu experiencia adquirida en estos valores, para esa amistad saber apreciarla, cuidarla, y mantenerla a lo largo de tu vida.

Quien me iba a decir a mi, que hace 5 años, conocería a un finlandés en Estonia, totalmente distinto a mi carácter y mi forma de ser, y con el cual, años más tarde, sea una persona importantísima de mi vida. Que hablamos y compartamos miles de confidencias, consejos, planes, y que incluso, haya llegado a ser una persona tremendamente influyente en mis decisiones. Alguien al cual, no hubiera conocido de no haber sido por ese viaje, de no haberme abierto a ello, y sobre todo, de no haber mantenido y cuidado continuamente esa gran amistad, que entre otras cosas, me ha llevado a ser padrino de su hija. Esa amistad, que incluso convierte a esa persona en llegar a formar parte de tu familia como uno más!!.

Las amistades más difíciles de mantener a causa de la distancia, resultan ser las más fuertes y sinceras. 











   Mikki Pajaanen. Año 2013 y 2014. Fotografías propias.






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