viernes, 6 de febrero de 2015

Sweet time


Igual resulta que me estoy convirtiendo en un fanático de conocer personas interesantes. A veces, donde menos te lo esperas, sin necesidad de realizar ningún viaje. Unas veces es por intuición; otras porque tienes que realizar alguna actividad, curso o jornadas, y esa persona va “metida en el paquete”. Basta con querer saber, para rápidamente percibir que vas a aprender algo sugestivo de esta persona, a pesar de ser una desconocida. O bien, para darte cuenta, que con una simple conversación, puedes entender cosas que antes te pudieran parecer impensables. Esta historia no forma parte de ninguno de mis viajes, sino que forma parte de algo a lo cual deberíamos enfrentarnos alguna vez en la vida, más pronto que tarde. Es la historia del viaje de una persona que iniciará una aventura hacia su propio interior.

Hace año y medio salí de casa para emprender un viaje de cooperación internacional a Uruguay. No sabía a lo que me enfrentaría, y realmente medité mucho realizar esta tarea. Una de las cosas que más me disgustaba era estar totalmente desconectado y sin teléfono con mi entorno y familia por espacio de un mes. Ahora es evidente que me parece una tontería, pero es cierto que nos hemos acostumbrado a depender en demasía de una sociedad, que en verdad no te necesita para nada. Es cuando pasada esa "aventura", te das cuenta que a quienes nos necesitamos realmente es a nosotros mismos, ya que a veces nos centramos demasiados en estar "metidos" en la rueda social y estipulada de esta vida. Preocupados por querer seguir unos patrones que te convierten en un granito de arena de una playa inmensa. Quizás seamos siempre granitos de arena para cualquier persona del planeta, pero no estaría mal ser únicos para nosotros mismos.

Cuando la protagonista de esta historia me contó en que consistiría su particular exilio y por qué razón lo haría, me quedé realmente sorprendido. Su retiro consistiría en estar durante diez días en un lugar alejado de todo, donde realizará una técnica de meditación que tiene sus orígenes en la India hace más de 2.500 años. Se trata de un retiro intensivo, en completo silencio, sin poder hablar con absolutamente nadie. Dedicando entre 8 y 10 horas a la meditación, desde las 4 de la mañana, y convirtiéndote por unos días en vegetariano. Esto favorecerá el buscar tu purificación mental.

En su explicación me comenta; "Resulta que en nuestra vida vamos muy rápido. Tenemos muchas distracciones y siempre estamos saliendo afuera. Con el silencio que allí se tiene, uno consigue escucharse a sí mismo. No se puede leer ni escribir, ni tener ningún contacto con el mundo exterior, pues este hecho te haría salir fuera de ti". Después de esta explicación, a cualquiera le podría resultar algo sencillo, pero reflexionando bien sobre ello, creo que es una experiencia realmente dura, pero a la misma vez fascinante. Levantarte y la "única" preocupación es ocuparte de ti mismo, de tu cabeza, tu mente, conocer tu silencio. Porque, ¿realmente solemos "escuchar" nuestro propio silencio sin que cualquier cosa del día a día lo interrumpa?. Creo que deberíamos realizar esta práctica mucho más. 

Y continua diciéndome; "Con tantos días de retiro, la mente trabaja y se engancha a un tema tras otro. Puede resultar duro, pero al final uno acaba observando sus propias dinámicas mentales. Cada cual tiene la experiencia que necesita, convirtiéndonos en nuestros propios maestros. Consiste en favorecer la experiencia introspectiva". Es la vida contemplativa, pienso yo. Pero, ¿realmente los que vivimos en este mundo acelerado y desordenado nos podemos llegar a plantear eso?. Si lo piensas bien, puede dar incluso pánico!!. Estar con "uno mismo" durante tanto tiempo no es algo habitual; creo que puede resultar agotador.

Pero resuelve mis miedos diciendo; "Realizar esta práctica es como pasar por un túnel de lavado mental. Se agudizan los sentidos. Estás en atención plena. El hecho de estar ocupado de uno mismo, sin contacto ni conversación con nadie, hace que todo lo que nos embota del día a día desaparezca. Es una experiencia total. Estamos como ser humanos y punto!!". Es justo con esto último, cuando me doy cuenta en qué "grado de ser humano" nos encontramos en esta sociedad. Cuantísimos valores vamos perdiendo en el transcurrir de los años. Sin lugar a dudas, nuestra mente permanece más dormida que despierta, aturdida y anestesiada, centrada en lo que nos impone la sociedad. Ocupada con el día a día, con subsistir y sobrevivir. Solamente nos ocupamos de nosotros mismos cuando descansamos del trabajo o de cualquier otra tarea cotidiana, y a veces ni eso.

No digo que vayamos a realizar forzosamente esta experiencia o este tipo de retiros, pero sí quizás pudiéramos ocuparnos más de nosotros de alguna manera. Conocernos a nosotros mismos es algo que a buen seguro, en un futuro se convertirá en una dura tarea, en una experiencia turbulenta, que nos obligará a "alejarnos" de la sociedad a la que estamos atados para acercarnos a nosotros mismos. Quizás deberíamos acortar el hilo que nos sujeta a eso, para que cuando queramos retroceder, no nos hayamos alejado demasiado de nuestro propio "YO".

Posiblemente todas estas técnicas de meditación las hemos podido leer o escuchar en algún lugar, o nos ha llegado este tipo de información de rebote. Ya sabemos que existen distintas doctrinas filosóficas y religiosas como el budismo y otras muchas menos conocidas. Pero saber que este tipo de experiencias son practicadas por personas como tú y como yo, y que realmente te aportan este tipo de beneficios mentales, hacen que nos creamos realmente la urgencia de prestarnos más atención y de aprender de nosotros mismos. Leernos interiormente y redescubrirnos para convertirnos en realmente quien somos, no en quien nos dicen que seamos.

Ahora más que nunca entiendo una de las frases que esta persona utiliza, que dice que "El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos".


Imagen del Monasterio de Santa Catalina, Arequipa, Perú. Imagen de flaviaroundtheworld.




No hay comentarios:

Publicar un comentario