viernes, 20 de marzo de 2015

El equilibrio

"Felicidad que bonito nombre tienes", dice la canción. Realmente, podría ser el punto de partida de saber como te encuentras. El hecho de ser feliz, debe indicar, que tienes cuanto necesitas, al menos, en ese momento. Porque considero, que ser feliz, es un "flash", un instante, un momento, o varios. Ante la pregunta de si eres feliz, analizas el momento, consideras tu situación actual, y respondes de manera afirmativa o positiva, para acto seguido, volver a tus cosas. Pero es curioso ver como la felicidad tiene distintos cursos y etapas en la vida. Tal vez, justo el momento que vives ahora, no te hacía feliz en un tiempo atrás. O al contrario. La felicidad por la que pasas ahora, no dura eternamente, e igual, en un corto tiempo, necesitas otras cosas para conseguir este estado. Porque como tal, hay que pensar que es eso, un estado, nunca un objetivo.

Decía Gandhi, que la felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice, y lo que uno hace, están en armonía.

Sin lugar a dudas, considero, que la palabra felicidad, va unida a la existencia de sentimientos y sensibilidad en nuestro ser. Está claro, que es lo que sustenta ese estado anímico, o como queramos llamarlo. Es muy posible que haya factores externos a estos sentimientos, que empujan de una manera u otra a mejorar tus condiciones de felicidad. Pero es erróneo pensar o calibrar la palabra felicidad, a la combinación total de todos esos elementos. Éstos, también han sido fruto de frustraciones y desencuentros con la vida, más que símbolos o emblemas de la felicidad. Me refiero al Poder, Dinero, Trabajo, Belleza, Amor...todos ellos siempre anhelados y esperados, para ir en busca de la felicidad, cuando es ésta, la que llega a ti sin que la esperes.

Hay quien piensa que el Poder y el Dinero, es lo más parecido a la felicidad plena. Otros piensan, que lo Material es sinónimo de ésta. La Belleza, el Amor, la Fortuna, y otros muchos elementos de vanidad, han sido asociados como elementos fundamentales a la ansiada felicidad, en su estado más individual. Posiblemente la Salud, sea la base primordial de llegar a conseguirla, pudiendo ser el elemento más fundamental para saborearla en mayores ocasiones, pero incluso teniendo la mayor de las saludes, existen grandes riesgos de no ser feliz. Pero son tan dispares estos elementos, que resultaría una gran casualidad que todos ellos se aliaran.

La felicidad, posiblemente, se tope contigo sin necesidad de tener al completo todos estos elementos que puedas asociarlo a ella. Ni tan siquiera, teniendo algunos de éstos, y que ellos estén en su mayor expresión y apogeo. Pero tengo claro que no se puede ligar la felicidad al Poder o al Dinero. Ambos, son destructivos si no son bien gestionados. Y qué decir de lo Material. Siempre se ha dicho que no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita. Cuan verdad esta!!

Sí que tal vez el hecho de amar, y ser amado, te dé la posibilidad de vivir mayores momentos de felicidad. Puede ser un buen indicador de la misma, ya que en la mayoría de las ocasiones, no se necesita nada más, pues se trata de sentimientos y sensibilidad en su estado de mayor excelencia. Pero resulta paradójico, que a veces tenga que depender de otra persona, con lo cual, es el elemento con el que mayor disfrutas, pero que mayor inestabilidad podría crearte.

Tampoco podemos hablar que la belleza juegue un papel importante en la felicidad de cada cual. Cuantos hombre y mujeres bellos existen y han existido en la vida, que a pesar de la gran belleza física que poseen, son desdichados. Incluso en la salud. Algo tan primordial para subsistir, no debería ocupar tanto peso en el término felicidad. Cada cual puede ser tan sano como se sienta. Realmente hay enfermos que rebosan vitalidad y optimismo, y otras personas con un estado de salud envidiable, viven angustiadas por el miedo a sufrir. Pero no cabe duda que sin salud, la felicidad es un estado utópico de uno mismo.

Pero, fuera de todos estos elementos, ingredientes, o componentes que puedan contribuir a la felicidad, debemos pensar lo que realmente nos hace feliz. Porque, ¿qué nos aporta realmente la felicidad?. Amigos, familia, pareja, sentirse bien con uno mismo; Estos son realmente los factores saludables y significativos a tener en cuenta en la combinación de los elementos. La clave, quizás consiste en estar en equilibrio con todos ellos. Saber nivelar esa balanza que los mantiene. Y las balanzas, como mejor se equilibran, es con poco peso, no con cargas fatigosas. Si tenemos cada vez más, y en definitiva, es lo que perseguimos, conseguir ese estado de felicidad, o ese equilibrio, va a ir proporcionado a un mayor número de factores. Tampoco conviene llevar mucho peso, pues lo que antes te hacía feliz, igual ahora no logra conseguirlo.

A veces aumentamos esa carga, con pensamientos futuros que pueden esclavizar nuestro día a día. Pintar un futuro en la cabeza, que nos condicione a conseguir un estado de felicidad, puede resultar inquieto. Siempre se ha dicho, que cuando el destino, es más importante que el viaje, acabamos por no disfrutar de éste, o lo que es lo mismo, nos perdemos el presente. A modo de historia o cuento, hay una parábola sobre un pescador que refleja claramente todo esto que en ocasiones nos planteamos. Y dice así;
    
"Resulta que había un pescador que faenaba diariamente en las aguas en busca de atunes. Una vez que llegó al muelle, un hombre que observaba las buenas piezas de atunes que traía en su pequeña barca, le preguntó que cuanto tiempo le llevaba recolectar esos peces, a lo que el pescador le respondió, diciendo que tan solo media mañana. Así, el hombre sorprendido, le preguntó;

   - ¿Y porqué no dedicas más tiempo, y así traes tantos atunes como pueda proporcionarte el mar al cabo del día?. 

A lo que éste contestó;

   - Resulta que con lo que pesco, tengo lo suficiente para atender las necesidades de mi familia.

El hombre, volvió a preguntarle;

   - ¿Y qué haces con el resto del tiempo?

   - Cuando finalizo la pesca, < dijo éste >, trato de descansar un poco. Luego, juego con mis hijos, disfruto de la comida, y duermo la siesta. Trato de pasar la tarde con mi mujer dando un paseo, y después, al caer el sol, voy al pueblo a disfrutar de un buen vino y conversar con mis amigos. Tengo una vida placentera y ocupada, que llena todo mi tiempo de una manera grata.

Pero el hombre, viendo las habilidades del pescador, buscó persuadirlo diciéndole;

   - Yo podría ayudarte. Te financiaría para comprar un bote más grande y tener más personal. Así conseguirías pescar muchos más atunes. Muy pronto, tendrías una gran flota, y en lugar de vender el pescado en pequeños comercios, lo venderías a grandes conserveras. Así conseguirías irte de este pequeño pueblo e instalarte en la capital, donde tendrías una gran empresa.

El pescador, que lo escuchaba atentamente, le preguntó;

   - ¿ Cuanto tiempo tardaría en ocurrir todo eso?

   - Entre 15 y 20 años!, respondió el hombre.

   - ¿Y luego qué?, volvió a preguntar el pescador.

   - Cuando llegue la hora, y dado que tendrás una gran empresa, podrás vender tus acciones y entonces tendrás millones. Muchos millones.

   - Vaya, millones!!!. Exclamó el pescador. ¿Y luego, qué?

A lo que el hombre le contestó;

   - Pues luego, te podrás retirar. Vivir en un pequeño pueblecito de la costa. Podrás descansar, pescar un poco, jugar con tus hijos, dormir la siesta. Pasar mucho tiempo con tu mujer. Y por la noche, podrás ir al pueblo donde compartirás un trago de vino con tus amigos mientras conversas con ellos.

Y el pescador respondió;

   - ¿Y acaso, no es eso lo que tengo ya?!!!


Hoy, 20 de Marzo, dicen que es el día de la felicidad. Sin embargo pienso, que todos los días son buenos para ser feliz. Y eso, no es ningún cuento...




Fotografía libre en la web.

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