viernes, 24 de abril de 2015

Amor imposible

El Amor es algo que no pasa de moda. Bien se ensalza, se marchita, otras se derrumba, o bien florece cual primavera. Si no se cuida, puede sufrir dolencias a veces incurables. Pero aún cuidándolo, siempre presenta riesgos insalvables, pues bien es sabido, que el Amor es cosa de dos. Es tan sumamente importante el aporte de las mejores voluntades de cada cual, a ese bien común, que de hacerlo bien, dicen que incluso, con la mayor de las epidemias morales, no se conseguiría acabar con él. Claro que, a veces, aún habiendo la mejor de las intenciones, existen amores que son imposibles.

Y es que no hace mucho tiempo, apenas unas semanas, fui testigo de una conversación, que me hizo reflexionar sobre el Amor. Pero, principalmente, sobre amores imposibles, y el desgaste que ello puede llegar a suponer. Así fue como en una tarde cualquiera, Él y Ella, aún a sabiendas que yo era testigo de dicho encuentro, y en el cual se produjo esta conversación, no pusieron medios para que yo no escuchara todo lo que allí dijeron. Dado que el momento lo requería, me puse mis gafas, me acomodé, y presencié la charla desde el inicio...

<"...incluso las historias más bonitas de amor, han llegado a fracasar, a pesar del ímpetu y la voluntad de querer",> le decía Él, que tomaba las riendas de la charla. "Es evidente, que no todo vale en el Amor. Hay amores imposibles, y éste nuestro, lo es, a pesar de que para tí, somos perfectos el uno para el otro, e incluso a los ojos de cualquiera que nos contemple.">

Ella, reacia a aceptar esas palabras, le decía con contundencia; <"...siento un rechazo continuo por tu parte. Justo cuando quiero hablar contigo, y trato de acercarme a tí, tú te alejas. No basta con que me digas que nuestro amor es imposible. Necesito una explicación. ¿Acaso no soy suficiente para tí?.">

Él, le dijo nuevamente. <"Hoy, que volvemos a vernos frente a frente, trataré de explicarte, porqué nuestro amor es imposible. A veces, en la vida, nos volvemos egoístas pensando en nuestro bienestar, y no queriendo ver ciertas realidades, solamente por el simple hecho de conseguir a la persona que pretendemos. Y puedo decirte, que el Amor, el mayor de los Amores, es aquel que surge de manera natural, y no viola los principios de la vida. Has de saber, querida mía, que a lo largo de nuestra existencia, puede ser que encontremos el Amor. Pero solamente uno, y que será único, se convertirá en el más dichoso. Y es que, el mejor tipo de amor, es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más. Nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente!!!. Y ese Amor, no puede forzarse".>

Ella, dubitativa ante todo lo que Él le decía, y en su afán de resistirse a creer en sus palabras, le contradijo; <"Pero, ¿como es posible, que puedas saber eso?. El Amor que yo siento por tí, lleva todos esos componentes que me dices. Me mantiene viva, me llena de autoestima. Yo Te Quiero, Te Amo, y tengo que estar contigo a cualquier precio. No trates de convencerme de lo contrario, pues entonces tendré que pedirte que me digas, si realmente me quieres o no".>

A todo esto, yo escuchaba atentamente, con ganas de saber donde derivaría aquella conversación....

<"Querer a alguien, no implica Amar a esa persona", espetó Él de manera directa. "No se puede obligar ni forzar al Amor, pues no existe sentimiento más inteligente que ese. Debes tratar de adularlo, cuidarlo, sentirlo en las mismas proporciones que la persona a la cual amas. Y si, después de poner todo tu corazón en ello, ante ese tipo de Amor único del que te hablo, no es correspondido a partes iguales, deberás ser valiente, y dejar que la otra persona se marche".>

Ella, con semblante triste, y con voz entrecortada, le preguntó; <"Cuéntame, ¿Por qué motivo, cada vez que trato de acercarme a tí, solamente veo tu espalda alejarse tras pasos centelleantes?. Yo, linda y agraciada, que el mundo resulta demasiado pequeño para mí. A pesar de mi belleza, mi albor, mis rasgos desiguales y a cual más hermosos. A pesar de eso, y de ser bella para cualquiera que me contemple, ¿sigues pensando que nuestro amor es imposible? Jamás podré entender porqué me dices esas cosas. Creo que llegarás a arrepentirte de no considerar, que sea para tí ese Amor único del cual me hablas".>

"Está bien, trataré de explicártelo de manera que me entiendas....", volvió a insistirle Él:
<"Recuerdo la mañana en que hallé en la corteza de un árbol un capullo, en el momento que el gusano trataba de romper los hilos envolventes, para convertirse en mariposa. Esperé largo rato; pero tardaba demasiado y yo tenía prisa. Necesitaba cuanto antes tener para mí esa bella mariposa, y no quería que pasara más tiempo. Fastidiado, me incliné y quise ayudarlo calentándolo con el aliento. Lo hice de manera impaciente, y el milagro comenzó a cumplirse ante mis ojos, con un ritmo más precipitado que el normal. La envoltura se abrió, el gusano salió arrastrándose y no he de olvidar jamás el horror que sentí al verlo: las alas estaban todavía encogidas, dobladas; con todas las fuerzas de su cuerpecillo el pobre gusano trataba de extenderlas.">

Yo no perdía detalle de lo que Él decía, mientras que Ella, lo miraba con cara de asustada y queriendo saber como continuaba esa historia, a lo que siguió diciendo:

<"Inclinado hacia él, lo ayudaba con el calor de mi aliento. En vano. Una paciente maduración era necesaria en aquel caso, el despliegue de las alas debía producirse lentamente y con el calor oportuno; ahora era tarde. Mi aliento había forzado al gusanillo a que se presentara fuera del capullo, todo arrugadito, antes de término. Se agitó desesperadamente y unos segundos después estaba muerto en la palma de mi mano".>

"Como lo comprendo perfectamente hoy, es pecado mortal el forzar las leyes de la naturaleza. Al igual que en el Amor, no debemos precipitarnos, ni impacientarnos, sino seguir con entera confianza el ritmo eterno".

Ella, ahora sí, perfectamente convencida y habiendo comprendido todas sus palabras, se resignó, y creyó en todo lo que Él le había dicho. No forzaría jamás para encontrar ese Amor único. Y aún sabiendo que era la estrella más hermosa de cuantas había en el cielo, pudo entender, que ciertamente hay amores imposibles. Y para despedirse, le dijo; <"es ahora cuando he entendido todo lo que ha pasado entre nosotros. Es por ello, que solamente deseo que la mariposa adecuada revolotee ante tu vista para señalarte el camino">.

"Así pues, solamente puedo agradecerte que me hayas explicado correctamente los motivos de este amor imposible."  Te deseo que mañana tengas un bonito día, querido Sol."

"Agradezco que me hayas entendido. Hasta el próximo eclipse, querida Luna"....




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