viernes, 23 de octubre de 2015

Superheroína

Como cada noche, y ya vestida con un precioso pijama rosa, Martina espera la ocasión en que su padre lea uno de los muchos cuentos que tiene para ella. Sentada junto a su madre, sonríe al verlo aparecer por la puerta. Ya sabe que se aproxima el momento especial de cada día, y su padre avanza hacia ella, feliz y sonriente. Quizás para él, también se convierte en el instante más esperado de cada jornada. Ella abre sus brazos, y tras darle un cariñoso beso a su madre, sube hacia su padre de un pequeño salto. Toca su cara, se lo come a besos, juega con su pelo, pues este es el pasatiempo favorito de ella. Él, muere de amor, se estremece, y hace un gesto sonriente hacia su mujer, donde la felicidad llena todo el espacio entre ambos.


Pero a pesar de eso, él viene triste de escuchar todas las noticias negativas que nos llegan en el día a día, así que tratará de desconectar y disfrutar del momento mágico que tendrá con su hija, mientras le lee algún cuento como todas las noches. Martina, obviamente es ajena a todo lo que ocurre allá afuera, pues solamente entiende el mundo en el que vive, donde encuentra amor y felicidad a diario. Juguetea con la cabeza de su padre mientras va camino de su dormitorio, donde al llegar, de un salto pasa de los brazos de su padre a la cama. Él, coge el diminuto banco que tiene reservado para su lectura y así estar a la altura de ella, enciende una pequeña lámpara, y le pregunta a Martina qué cuento quiere para esa noche, a lo que ésta responde decididamente;

"Hoy quiero escuchar un cuento de héroes". Su padre sonríe ante la curiosa petición de Martina. --¿De héroes?--, le dice Él, "pero hay muchos héroes, así que tendrás que elegir entre todos ellos".

"¿Y cuáles son todos papi?". Su padre intuye, ante la curiosidad de Martina, que esa noche le espera una entretenida conversación con su hija. --Pues cariño, hay muchos héroes, porque cada cual tiene poderes distintos, así que si me dices el poder que más te gusta de todos, te podré decir qué héroe lo tiene y hablar sobre ello.--

"No lo sé papi, ¡yo quiero conocerlos a todos!". Martina, como siempre, coqueteaba con la serenidad y paciencia de su padre. --Pero tendrás que decidirte cariño, porque por esta noche no podemos hablar de todos. Yo te los nombro, y tú eliges uno al azar.... Superman, El Capitán América, Batman, Catwoman....le iba nombrando su padre, "Ya lo tengo papi", interrumpió ella de repente. "Quiero que hables de tu héroe favorito". Él, como ante todas las ocurrencias de su hija, sonrió, pensó por un momento en la petición de Martina, y acto seguido le dijo; --Está bien, te voy a hablar de cómo es y cuáles son sus poderes. Pero no se trata de un héroe, sino que es una Superheroína. Bueno, aunque realmente no hay solamente una, sino que son muchas, y yo conozco a algunas de ellas--. Martina quedó boquiabierta, esperando a que su padre contara todo lo que sabía sobre eso. 

"Pero papi, ¿de verdad que conoces a muchas?. ¿A muchas Superheroínas?. Y, ¿cómo son? ¿cuáles son los poderes que tienen?". Él, respiró profundamente, y empezó a hablarle de manera pausada y emocionada;

--En primer lugar, tengo que decirte que estas Superheroínas, nunca quisieron serlo, pero cuando les tocó, fue como si se transformaran en otras personas y así adquirieron estos súper poderes. Incluso no sabían que pudieran convertirse en increíbles luchadoras. Además, ellas tienen una fortaleza asombrosa, y soportan una carga muy pesada, y sin embargo siempre guardan más fuerzas para soportar otras cargas que no son las suyas.

Otro gran súper poder que adquieren, es que a pesar que se vuelven mucho más sensibles, no sienten dolor, ya que cuando éste aparece de cualquier forma, sonríen, cuando lo que deberían hacer es gritar, cantan, cuando lo normal sería llorar, pero sin embargo lloran en momentos felices, y por algún motivo, ríen cuando están nerviosas. 

Martina escuchaba impresionada a su padre, atentamente digería cada una de sus palabras, y no mostraba reparo a pesar de no entender algunos súper poderes. Pero como era una niña inquieta, se decidió por una pregunta; "Y papá, ¿de verdad que nunca lloran?". Su padre, no dudó en su respuesta; --A veces es cierto que lloran debido al sufrimiento, pero ni tan siquiera sufren por ellas. Cuando lo hacen, tratan que no sean vistas por nadie, y si eso ocurriera, o bien ellas mismas, alguien de su familia, o incluso a veces otra Superheroína como ella, procura secar sus lágrimas.-- 

"¿Y también tienen familia papi? ¿Con hijos y todo eso? ¿Y amigos y amigas?".

--Claro que sí hija. Y siempre quieren lo mejor para todos ellos, sus familiares, lo mejor para sus amigos y amigas, y en último lugar, para ellas mismas. Se alegran cuando sus personas queridas tienen premios, cuando ven a la gente de su alrededor felices. 

Sus súper poderes son tales, que se encargan de traer alegría y esperanza, amor y respeto, son las encargadas de acercar la comprensión y el cariño a las personas, y además, con sus súper poderes, consiguen convertir a los que las conocen en mejores personas. Llenan todo de optimismo y energías positivas. Podemos decir, que ante ellas, y sin explicarnos por qué motivo, todo el mundo acaba contagiado por la alegría. ¿No te parecen unos increíbles súper poderes?--

"Wauuuu", exclamó Martina asombrada por unos poderes desconocidos totalmente por ella. Y así de repente, y de manera improvisada como de costumbre, dijo a su padre;

"¡Pues yo cuando sea un poco más mayor, quiero ser una Superheroína como ellas!" 

Su padre, ante la exclamación de su hija, quedó paralizado. Y Martina le dijo nuevamente;

"¿Verdad papi?, ¿A que yo puedo ser una gran Superheroína como ellas?

--No cariño, espero que nunca llegues a ser una Superheroína como ellas, aunque ojalá consigas algún día sus súper poderes--.

Martina frunció el ceño, con un gesto que delataba un poco su contradicción por la versión de su padre, pero no dudó un segundo en hacer una nueva pregunta;

"Pero, ¿contra quién luchan?"

--Contra nadie hija, no luchan contra nadie. Solamente luchan por la vida--. 

Pensativa pero ya más conforme, preguntó de nuevo. "Está bien papi. Y ahora dime, ¿cómo podré reconocerlas?. ¿Llevan una máscara, algún traje especial, alguna capa...?"

--No hija, nada de eso. Aunque algunas veces podrás recocerlas con un pañuelo rosa en alguna parte de su cuerpo...--

"¿Rosa?, ¡Como mi pijama!. ¡A partir de ahora, también serán mis Superheroínas!!!.

P.D. Dedicado a todas aquellas mujeres que desgraciadamente sufren algún tipo de cáncer, y el cáncer de mama en particular.





Martina en la ficción. Imagen libre de la red.








  

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