viernes, 16 de octubre de 2015

Pasa la vida

De un tiempo a esta parte, creo que solamente valoramos el tremendo impacto de la combinación tiempo-vida, cuando cumplimos años. Paramos un poco a reflexionar, nos miramos, contemplamos serenamente nuestro ser, nos preguntamos en qué momento nos encontramos, --y a veces ni eso--, y seguimos adelante. Demasiada poca reflexión; un solo día al año y quién se va a parar a recriminarse nada, ¿verdad?. Y mientras tanto, la vida pasa, pasa la vida, y no te enteras. Ni tan siquiera paras en poner la colocación del adverbio si lo hubiere, el sujeto, o verbo. Pasar....vida...., da lo mismo el orden de los factores, pero sin embargo, es distinta la interpretación, según si has hecho aquello cuánto querías o no, y sobre todo, si estás dispuesto a seguir llenando tu vida de cosas y gente nueva.

Decía Jorge Manrique, en su famosa y fantástica "Coplas por la muerte de su padre"; 

"Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte contemplando,
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte,
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado, 
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado 
fue mejor."....

Este fragmento que solo es la primera parte, invita a reflexionar, pero el resto también me pareció un poema de lo más pensativo, y donde en cada una de sus frases hay un sentido tremendo a la vida, sobre todo, a como ésta va pasando hasta llegar a su final. Y mi conclusión siempre se centra en que tu comportamiento vaya encaminado a ir aceptando las cosas tal cual van viniendo, y con firmeza ante la toma de decisiones que serán cruciales en el camino de tu vida, donde estar en modo "pause" en esa toma de decisiones, puede ser lo que haga que interrumpa tu disfrute y que sigas creciendo de alguna manera.

Precisamente esta mañana, hablando con mi amiga Emilia Biesek, me contaba la sensación de añoranza y nostalgia que había sentido al volver a Madrid para pasar unos días. De repente, echaba de menos a gente y a determinadas cosas, que ella misma decidió valientemente dejar a un lado no hace mucho, pues otro tiempo nuevo vendría para su vida. Y mientras esto me contaba, recordé perfectamente una enseñanza que tuve de mi amigo Mikki, y que jamás olvidaré. Sobre el hecho de vivir sin mirar lo que te espere por llegar, sin dar comparación a lo que te toque encontrarte en tu nueva etapa, en la construcción para el nuevo camino de tu vida.

Me contaba Mikki, la experiencia vivida en su recorrido por América del Sur, yendo totalmente a la aventura. Comenzando su día, desconociendo donde dormiría esa noche, y sin saber lo que le esperaba el siguiente; caminando, sin más. En esa andadura, miles de anécdotas, de experiencias, de fiestas llenas de diversión, también de infortunios, y sobre todo, de personas encontradas en su camino. 

Recuerdo una divertida historia, donde me decía que viajando en un viejo coche con un amigo al cual conoció en la misma aventura que él, decidió pintar con colores este vehículo, y sobre el cuál dibujó la figura de una mujer desnuda. En uno de sus trayectos, la policía decidió darles el alto, posiblemente por la gran llamada de atención de tan colorido coche. Pero al ver que todos sus documentos andaban en regla, y sin saber el policía qué cosa desaprobar, solamente le quedó objetarles, para que siguieran adelante, una salvedad; "está bien, pueden ustedes continuar, pero con la condición de que tendrán que pintarle, al menos a la chica desnuda, algún tanguita o bikini para que no llame la atención al resto de conductores y provocar así algún accidente".

Pero al hilo de esto, que no deja de ser una anécdota divertida, lo que él pretendía transmitirme, es que cuando vives momentos únicos, y experiencias inolvidables, el mayor error es no avanzar, volver atrás y esperar que ese momento anterior se repita, o incluso sea superado por el actual. Porque si tratas de repetir experiencias, con la intención que se conviertan nuevamente en situaciones que te hicieron feliz, posiblemente consigas frustrarte. Quizás la música de esa fiesta en la que tanto te divertiste ya no sonará igual, tu baile en ella llevará otro ritmo, o tal vez las personas que allí estén ya no sientan lo mismo que antes. O como en el caso anterior, igual la pintura y los dibujos sobre ese coche serán otros, y a lo mejor el policía que te detenga a pedirte la documentación, tenga otro sentido del humor. 

Cuesta trabajo dejar atrás aquellas cosas o personas que nos hicieron felices, pero ya cumplieron con su cometido, finalizaron el guión que tenían definido para ti, y tenemos que aceptar que en la vida se producen cambios, y que afectan a esos factores que provocaron tu felicidad o tu dicha, pero que ya no formarán parte de tu vida. La única manera que tienes de superar eso, es seguir adelante con nuevos propósitos, pues solo así, volverás a llenar tu vida de cosas nuevas, de personas que te aporten distintas aventuras. En definitiva, vivir sin esperar nada, o quizás al contrario, y vivir esperándolo todo. Va a depender del modo en que afrontes lo nuevo que te toque experimentar.

"-- Cuentan que un día, pasó un joven por una pequeña aldea. Un viejo abuelo nonagenario estaba plantando un almendro.  El joven, quizás de manera jocosa y burlona, y debido a su extrañeza, le dijo; "eh abuelo, ¿plantando un almendro confiando en que más pronto que tarde dé sus frutos?. Y él, todo doblado como estaba, volviose hacia el joven diciéndole; "Yo, hijo, obro como si no hubiera de morir nunca". "Y yo", le respondió el joven, "obro como si mi muerte fuera inminente"--.

¿Quién de los dos acertaba?, pregunto yo ahora. Pues ambas teorías, son realmente inteligentes, de ahí, que el riesgo estriba en no saber si actuar de una manera u otra, y que eso te lleve a no hacerlo de ninguna de ambas. Aunque para mi, lo realmente importante, es no usar el pasado como referencia a lo vivido, buscando que todo se repita como en aquella época que creías que vivías tu momento más dulce, o como decía Manrique, pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor.

Has de vivir la vida, no viéndola pasar, sino siendo consciente que ésta pasa, y tú has de avanzar con ella y adaptarte a los cambios que se producirán, sin pensar en que un día fuiste feliz y ahora no puedes serlo con aquella intensidad. Pasa la vida, y no veas la vida pasar, pues de ser así, te hará pensar eso...que cualquier tiempo pasado fue mejor. No vivas la vida esperando que ocurra lo que deseas, vívela de tal manera, que sea ella la que te sorprenda, sintiendo como únicos, esos momentos inesperados que no estuvieron planificados en fechas ni horarios. Y principalmente, no temas al cambio. Lo peor que puede pasarte en esta vida, es que no pase nada en TÚ vida. Es cierto que mientras estamos viviendo una dicha, es raro que lo percibamos. Sólo cuando ya pasó y volvemos atrás la mirada, comprendemos de pronto -a veces con sorpresa- , cuán felices hemos sido.

Pero es preciso saber, que será realmente complicado que vuelvan a establecerse los mismos elementos en los cuales conseguiste esa felicidad, pues no esperes nunca que la gente sea la misma, que las circunstancias sean idénticas, y sobre todo, que tu predisposición a aceptar lo que en su día hubo, vuelva a hacerte disfrutar.

Y es que, no te bañarás dos veces en el mismo río, porque la segunda vez el río será otro; y tú también...



Mikki Pajaanen, desierto de Atacama, Chile. 25 años atrás... Fotografía de Mikki.





Emilia Biesek, Madrid, julio de 2015. fotografía de Jesús Apa.





1 comentario:

  1. COMO SIEMPRE, LO QUE ESCRIBES ME HACE PENSAR, Y PENSAR Y PENSAR!

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