viernes, 23 de marzo de 2018

El Viernes de Dolores me viene de perla

Hace ya más de dos mil años, en que un viernes como pueda ser este, María, la Madre de Cristo empezaría una semana trágica, comenzaría la secuencia de unos días llenos de dolor. También cómo no, del protagonista de aquello, de Jesús y La "Semana de Pasión", tal y como se sigue conociendo en la religión cristiana. El viernes anterior al Domingo de Ramos, y dónde los cristianos manifiestan su fervor religioso en la celebración de los Dolores de Nuestra Señora. Así pues, en un día como el de hoy, se conmemora el terrible dolor y sufrimiento de la Madre de Jesús; siete días previo a su fallecimiento, anunciado por Él mismo. Quizás sea el suyo, la manifestación del mayor dolor jamás conocido.

Así que hoy, esta mañana, me levanté con dolor, una sensación física, incómoda, y ya algo habitual en mí en el último mes. Nada serio, un pequeño problema buco-dental muy común, por el que hemos pasado creo, la mayoría de los mortales. Algo tan sencillo como un dolor de muelas pero, para mi, sin lugar a dudas, algo único. Justo como si nadie más en este mundo hubiera soportado este tipo de dolor, tan solo yo. Y es que si has pasado por eso, que seguro que si, ese dolor, esa sensación, ya la tienes en el olvido. Porque el dolor físico, solamente se percibe en el presente, cuando se tiene. Aún así, el dolor no se manifiesta de la misma manera en todo el mundo.

El dolor viene representado de cientos de formas y se pone de manifiesto en nosotros por distintos motivos. Claro que existe el dolor físico, sensorial, el dolor psíquico, el anímico, al igual que también podemos sentir alguna vez el dolor sentimental. Cuando sufrimos por nuestra propia salud, se trata de una dolencia la cual tenemos que remediar con fármacos y medicamentos. También está ese que sentimos y que nos afecta a través de terceras personas, y en el cual no hay medicina que pueda tratarlo. El dolor por perder a un ser querido, a un amigo o sencillamente, el dolor que nos llega de manera involuntaria ante cualquier injusticia social. Todos y cada uno de esos tipos de dolor, se representan de forma distinta en cada uno de nosotros.

Para mi, al igual que para ti, mi dolor no es como el tuyo. No sabría explicarlo, pero no lo es. Es diferente, estoy seguro. Porque mis sentimientos son únicos y por consiguiente, distintos a los tuyos. Yo lo veo en algo tan sencillo como un dolor de muelas; "Vaya, es terrible y se pasa muy mal cuando duele una muela. No apetece hacer nada, todo te resulta incómodo y no hay forma de remediar el dolor ni tan siquiera tomando calmantes". Es lo que me dicen, y es así, pero hablan desde el vago recuerdo de quien sintió un dolor que ahora mismo ni pueden imaginarse porque les pasó hace tiempo.

Es por eso que creo que el peor dolor que uno puede sentir, no es precisamente el físico. Este pasa, tarde o temprano, y llegas a olvidarle con tanta fuerza que apenas llega a ti un vago recuerdo de él. Por eso el peor daño que uno puede sentir, es aquel que más tarda en olvidar. Es ese por el cual no encuentras remedio y entonces, tendrás que ser tú mismo el que lama esas heridas porque nadie, absolutamente ninguna otra persona ni sustancia, podrá hacerlo por ti.

Lo ideal sería obtener algún aprendizaje del dolor, y ya que se pasa por una situación a veces extrema, quedarnos con algo positivo a cambio. Y así, reflexionando por este tema, me acordé que hoy es Viernes de Dolores, pero estamos hablando de algo que ocurrió hace más de dos mil años, y sinceramente, no sé si hemos llevado a cabo esa experiencia de sufrimiento y dolor que alguien recibió por nosotros, por nuestro perdón. Así que de lo que si me he acordado es de una lectura pasada que me llegó hace un tiempo y que hablaba sobre un fenómeno extraño de la naturaleza, relacionado con el dolor; las perlas.

"Una perla, considerada una joya de gran valor, es el producto de un "problema" contrarrestado con un proceso natural. Aquello que nos agrede y nos irrita, puede ser envuelto con capas de aprendizaje que no solo neutralizan el problema, sino que nos enriquecen como seres humanos.

Mira que son hermosas las perlas pero aún así, debemos saber que son producto del dolor.

Toda perla es la consecuencia de una ostra que ha sido herida por un grano de arena que ha entrado en su interior. Una ostra que no ha sido herida no puede producir perlas...

En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia llamada "nácar" y cuando un grano de arena penetra en la ostra, ésta lo recubre con capas de nácar para protegerse. Como resultado, se va formando una hermosa y brillante perla.

¿Te has sentido alguna vez herido por las palabras o actitudes de alguien?

Es posible que hayas sido acusado de decir cosas que nunca has dicho.

¿Te han culpado de haber hecho algo que jamás hiciste?

También es posible que te hayan malinterpretado y hayas sufrido por ello.

¿Y has sufrido alguna vez los golpes de la indiferencia? ¿No te han valorado como mereces? ¿Te han herido o decepcionado aquellas personas que menos esperabas?


Si de todo eso, a pesar del sufrimiento, has conseguido aprender algo positivo, es que has hecho de tu herida una perla. Has conseguido cubrir esas heridas con varias capas como hace la ostra.  Y recuerda, que cuanto más cubierta esté tu herida, menos dolor sentirás.

Por el contrario, si no la cubres de amor, de perdón o incluso de indiferencia, esa herida permanecerá abierta, te dolerá más y más cada día. Se infectará con el resentimiento y la amargura y peor aún, nunca cicatrizará. 

Por eso que en nuestra sociedad, podemos ver muchas "ostras vacías", no porque no hayan sido heridas, sino porque no supieron perdonar, no consiguieron aprender y menos aún, comprender y transformar el dolor en una perla.

Es posible que el dolor se manifieste de diferente forma en todos nosotros, que las heridas estén más o menos abiertas y tengan distintas formas con el daño que nos hayan provocado, pero eso sí, cuando consigues superarlo, el alivio, esa sensación, siempre es única e irrepetible y mucho más aún, si te llevaste de ello algún tipo de aprendizaje...


Fuente de Cantos, 23 de marzo de 2018. Imagen libre en la red.






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