viernes, 2 de octubre de 2020

Microcuento; cuidado con los sueños

Por darle un poco de romanticismo a este texto, aunque no lo tiene, lo contaré tal que así;

El murmullo de la noche, como quién anda de puntillas, daba buena compañía a aquella luz tibia del dormitorio, pero no era más que el ventilador de techo que vigilaba todas las noches el matrimonio de los García.

En pleno sueño Rem de ambos, la estampa era la siguiente; Él, que aunque lo desmiente a diario, ronca como un bendito. Ella, hecha un ovillo, sueña. Y sueña que llega el auto de su cónyuge en horas que normalmente no está, se angustia y grita: "¡Mi marido, mi marido!" 

El esposo se sobresalta, deja su ronquido a un lado, busca sus pantalones, la camisa y el resto de cosas en vano. Desesperado y sin tiempo que perder, sin zapatos y descalzo, sale corriendo del edificio. A mitad de la calle, aún sofocado, se detiene abruptamente. Pensativo, se da media vuelta y regresa al hogar.

"Qué susto", -- se dice en voz baja, mientras volvía a casa sin saber qué explicaciones darle a su mujer ante aquella estúpida huída. 

Aunque en verdad, también pensaba en qué explicaciones le daría ella sobre su sueño...


Fuente de Cantos, 2 de octubre de 2020. Imagen libre en la red.

  


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