La avispa vigila a la araña que sale de la guarida y expone el vientre al influjo lunar para que los hilos tengan textura de muerte. De pronto, el aire se hace oscuro y un zumbido dentella el silencio. Todo ha coincidido con el descuido del arácnido. La avispa incrusta el aguijón y su esperma.
Semanas después, la araña pare con muerte a cientos de avispillas que salen al mundo elegantes y con vestidos de seda.
Cabeza la Vaca, 1 de julio de 2022. Imagen libre en la red.
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