viernes, 30 de septiembre de 2016

La ola perfecta

Hay una edad para todo, o al menos cada una tiene su momento, esa dónde debes poner el acento sobre algo que requiera cierta importancia. Pero cualquier edad es idónea para valorar lo que tienes alrededor, abrir bien los brazos y abarcar todo cuánto puedas, (más bien a quienes puedas), y simplemente convocarlos para hacerles ver que los quieres. "Sencillamente" para eso. ¡Ahí es poco!. Yo pensé que los cuarenta sería una buena ocasión para todo esto.

Entonces se organiza una fiesta en tu honor, con una participación aún desconocida, y dónde más tarde, ese honor servirá para formar una aureola que cubra todo el espacio. Y sin saber por qué, empiezas a entender cosas que te van ocurriendo. Cosas que pensarías, en otras circunstancias, que habría que darlas por hecho, pero no es así. La realidad te da un repaso y se vuelve inesperada. Porque si resulta que te alegras de manera desproporcionada, por encontrarte por sorpresa con un amigo o una amiga, imagina esa sensación una vez tras otra. Pero sobre todo, entiendes que la sonrisa es contagiosa, y yo me contagié hasta enfermar de felicidad.

Tampoco sabía que era tan bueno eso de llorar, o mejor aún, tan gratificante elegir quienes quieres que vean tus lágrimas. Cuando eso ocurre, puedes dejar que corran. Sin ninguna vergüenza, sin ningún pudor. Incluso te sorprende, que la gran mayoría se atreve a llorar contigo. O más bien, que no pueden evitarlo. Entonces llorar, se convierte en lo más hermoso que podría ocurrirte. Así que entiendes que llorar por o con alguien, va a ser la manera más extraordinaria de conectar con los sentimientos de otra persona. 

Y es también entonces, que descubres que siempre se puede querer más, o que querer demasiado, sigue siendo demasiado poco. No hay límites, menos aún excusas, para acercarte a quienes te aprecian, o al menos, con quienes volver a sentir cariño, que aunque en algunas ocasiones estuviera dormido, despierta sin sobresaltos, y es así como vuelves a sentirlo. Esa melancolía traicionera que te hace arrodillarte ante tan bonito sentimiento.

Igual eso de felicitar es una formalidad, pero ser amigo, es una lealtad. Y de esta manera iba desenvolviendo regalos que iban vestidos de las personas que yo sobradamente conocía. Y disfrutaba con quien acudía a la fiesta, y pensaba cariñosamente en quienes no estaban, o quienes en la distancia dejaban un bonito mensaje de amor y cariño. Y me alegraba por formar parte de la vida de gente sencilla, normal y corriente. Valga lo especial que llegan a ser para mi.

Y era en ese momento, que sencillamente me felicitaba a mi mismo por ser feliz. Por ser capaz de entender qué es la felicidad; en qué consiste. Que nada tiene que ver con tus posesiones, tus triunfos, ni tan siquiera el conocimiento que te dan tus fracasos. Que nada tiene que ver con el dinero, con el poder, menos aún con el prestigio. Y sí, tenía que felicitarme por haber entendido, que la felicidad tiene que ver con aquellas personas que te ayudan a conseguirla. Ningún éxito es individual, sino, que se lo pregunten al amor.

Pero en aquella vorágine de dicha, precisé de mi momento en soledad. Saborear todo aquello de manera solitaria, era necesario; aunque más que el disfrute de ese preciso instante, pensaba sobre las consecuencias de haber llegado a esos sentimientos. De quienes habían producido en mi esa tormenta de cariño. Era el ejemplo perfecto de "causa-efecto". Será que das, que algún día recibes. Pero tampoco quise pensar demasiado....

....Así que tomé mi tabla, y avancé sin mirar atrás. Era una tabla gigante, pero apenas si pesaba. Remé con mis brazos, y me metí hacia el océano. Pronto empezaron a llegar las olas, pues el mar estaba crecido, y mi entusiasmo era firme y decidido. Ese día era el idóneo para surfear, para subir en la ola perfecta. Pero, igual necesitaba algo de mayor tamaño, ya que por muy perfecta que fuera la ola, necesitaría llevar a mucha gente en mi tabla. No cabrían ahí todas las personas queridas.

Así que pensé en otro medio de viaje para disfrutar de ese momento con todos mis amigos, tal vez con más capacidad, tal vez con más libertad de subir y bajar, pero en el cuál siempre habría espacio suficiente. Y pensé en mi avión, que aunque pequeñito, disponía de mucho más espacio que mi tabla de surf. Que me permitiría viajar y visitar a las personas que tengo lejos de mi lado. Además, sería ideal para dejar que los sentimientos vuelen. Pero una vez más, pensé que no sería lo más adecuado, pues si no hay espacio para todo el mundo, siempre quedará algún vacío que te recordará la ausencia de alguien.

Fue entonces que pensé, que el único lugar dónde todo el mundo cabe, sin dejar nadie atrás, en el cuál hay espacio más que suficiente, para surfear, para volar...., y mejor aún, para llevar consigo a todas las personas que te quieren, vayas dónde vayas, es en el Corazón.....









































Fuente de Cantos, 24 de septiembre de 2016. Fotografías de Amparo García.


     

    

5 comentarios:

  1. Lo bueno que siempre tienen las fotos es que te transportan de nuevo a los momentos vividos; y si consigues guardar tan buen recuerdo, lleno de ilusión, sorpresas y felicidad... mereció la pena. Un placer haber participado, lo pasamos todos genial! Fantástico post 😋

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    1. Gracias Amparo, porque hiciste un reportaje maravilloso y siempre estuviste pendiente que saliera lo mejor de nosotros cuando venías con la cámara. Además, disfrutaste de lo lindo, y me alegro por ello!!!

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  2. Jesus, tan solo 7 días que te conozco, no en persona, pero si en esas maravillosas fotos de Amparo y de tu hermana Mila, a la cual le estoy enormemente agradecido que contara conmigo para ese momento tan especial que estaba preparando para su gran hermano, tú. Simplemente verte la cara en una de las instantáneas de Amparo, donde con la tarta que elabore con toda mi ilusión, porque cada vez que me encarga una, pienso en ese momento de verla el agasajado ¿qué pensará? ¿Cuál será su reacción? ¿Gustara o no? Pero solo verte la cara con la que mirabas a Mila, eso, eso no tiene precio. GRACIAS a Mila y a ti, por cómo creo entender que te gustase mi elaboración. Un auténtico placer,

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    1. Y por cierto Juan, lo más importante....la tarta estaba riquísima!!!

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  3. Juan M, pues a decir verdad, la tarta no pudo ser más acertada, y por supuesto, mejor ejecutada. Pongo en valor tu gran trabajo, asegurándote que solamente la alegría de todos los presentes compensó tu esfuerzo, que a buen seguro fue destacado. Un placer también para mi, y enhorabuena por tu trabajo!!

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