viernes, 1 de mayo de 2020

El banquete

Siempre que elijo leer un libro y resulta ser demasiado extenso, trato de compaginarlo con otras lecturas para no saturarme mucho. Bien eligiendo otro libro, a ser posible de lectura más fácil y rápida, o algo sobre pequeñas historias, cuentos, fábulas, etc... Suelo dejarme llevar mucho por recomendaciones, pero también me gusta descubrir por mi cuenta nuevas lecturas para sumar.

Preguntaban por ahí en algún artículo, al igual que lo he escuchado de mucha gente en estos días, que si la situación actual que vivimos conseguirá cambiarnos. Dicen que nos hará mejores personas, que sabremos valorar realmente las cosas importantes de la vida, y que por supuesto, habrá un antes y un después en cada uno de nosotros. Y ojalá... porque aunque unas cosas dependerán de nosotros, y otras tantas no, yo soy del pensamiento de que cualquier cambio o actitud en la vida, depende de uno mismo, sobre todo tendrá más éxito en la medida que no nos afecte en cómo pudieran verlo los demás.

Y así, buscando nuevas lecturas, me estaba centrando demasiado en leer algo sobre cosas actuales, nuevas novelas, nuevos autores, y pensé; "¿y por qué no busco para leer, algo del pasado?"  

Y me fui a descubrir personajes influyentes por la antigua Grecia, por Roma, que siempre me ha apasionado su historia. Y fue entonces que encontré a un tipo muy interesante, Epicteto, un filósofo griego de hace más de dos mil años y que vivió parte de su vida como esclavo en Roma. Que no dejó obra escrita, pero que un discípulo suyo sacó un Manual con todas sus enseñanzas. 

Así que decidí leer ese texto o documento, y no pude dejar de sorprenderme al comprobar que todo, absolutamente todas las enseñanzas que hay en él, son de aplicación a nuestra vida actual. Es como si apenas hubieran pasado unos años desde que eso se escribiera. Muestra de que la sociedad actual y los valores primordiales, no han cambiado tanto.

Son algo más de cincuenta buenas praxis, muchas de ellas sencillas y fáciles de aplicar, pero enfocadas bajo la perspectiva de saber lo que puedes controlar, y lo que no. Por eso dice que la felicidad y la libertad, comienzan con la clara comprensión de este principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras, sencillamente no. Sólo tras haber hecho frente a esta regla fundamental y haber aprendido a distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior. 

Todos los temas sobre lo que se habla en este Manual son realmente interesantes; 

- Sobre desear; "No pidas que las cosas lleguen como tú las deseas, sino deséalas tal como lleguen, y prosperarás siempre".

- Sobre la virtud; "En cada cosa que se presente, recuerda entrar en ti mismo y buscar allí alguna virtud que tengas para hacer uso adecuado de este objeto".

Pero mi preferido, quizás por ser de los más sencillos y por depender de uno mismo, es en el que habla de la dignidad, comparándolo con un banquete;

"Recuerda que debes conducirte en la vida como en un banquete. ¿Un plato ha llegado hasta ti?. Extiende tu mano sin ambición, tómalo con modestia. ¿Se aleja? No lo retengas. ¿No ha llegado aún? No lances desde lejos tu deseo, sino que espera a que el plato esté a tu lado. Pórtate así con los amigos, con una mujer, con los cargos y las dignidades, con las riquezas, y serás digno de ser admitido en la mesa de los dioses. Y si sólo tomas lo que se te ofrece, y sabes contentarte con lo poco que es necesario sin ceder a la envidia, entonces no sólo serás convidado por los dioses, sino su igual, y reinarás con ellos".

Y digo que es el que más me gusta de todo su Manual, porque ciertamente estamos a diario, invitados a un banquete... 

Y es que estés donde estés, compórtate siempre como si fueras una persona distinguida, pues al final, acabarás siéndolo, sobre todo para ti mismo.



Cabeza la Vaca, 1 de mayo de 2020. Imagen libre en la red.

   


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